¿Libertad médica o riesgo sanitario? Florida mueve ficha para eliminar vacunas obligatorias en escuelas
El plan liderado por DeSantis desafía décadas de políticas de salud pública y despierta alertas entre profesionales médicos y familias
Florida desafía la historia de la salud pública
El Estado de Florida, bajo la administración del gobernador Ron DeSantis, planea convertirse en el primero de Estados Unidos en eliminar los mandatos de vacunación escolar. Esta medida, promovida como una cuestión de “libertad médica”, podría tener consecuencias sanitarias profundas, revirtiendo avances logrados a lo largo de más de medio siglo.
«Libertad médica»: un nuevo frente político
El responsable de salud del estado, el Surgeon General Dr. Joseph Ladapo, anunció que su departamento comenzará los trabajos para eliminar los requisitos de vacunación para los estudiantes, calificando las exigencias actuales como “inmorales” e “intrusivas”.
Según Ladapo: “Estos mandatos limitan la capacidad de los padres para tomar decisiones sobre la salud de sus hijos”. Esta postura alinea perfectamente con el discurso de Ron DeSantis, quien en los últimos años ha optado por posicionarse nacionalmente como defensor de una agenda de “libertad individual”, incluso en plena pandemia de COVID-19.
¿Qué vacunas están en juego?
El mandato en escuelas actualmente incluye vacunas contra enfermedades como:
- Sarampión
- Paperas
- Rubéola
- Tos ferina (pertussis)
- Hepatitis A y B
- Varicela
- Poliomielitis
Estos requerimientos han servido durante décadas para mantener controladas enfermedades que en otros tiempos eran causa común de muerte infantil o discapacidad permanente.
Preocupación entre profesionales de la salud
Lynn Nelson, presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras Escolares, advierte:
“Si esto se concreta, se abrirá la puerta a una crisis sanitaria 100% prevenible. Las escuelas son una micro sociedad, los niños que se contagian pueden llevar enfermedades a casa, afectando a bebés, ancianos y personas inmunocomprometidas.”
La amenaza del sarampión y otras enfermedades resurgentes
En los últimos años ya se empezaban a registrar brotes aislados de sarampión, especialmente en comunidades con bajos índices de vacunación. Esta enfermedad viral es una de las más contagiosas y puede causar desde neumonía hasta encefalitis. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), basta con que una sola persona infectada interactúe con susceptibles para que hasta el 90% de ellos se contagie si no están vacunados.
Florida ya estaba rezagada
Aun antes del anuncio, Florida ya iba a la zaga en vacunación infantil. En 2025, solo el 88.7% de los niños en edad de kindergarten estaban inmunizados contra enfermedades como sarampión, paperas y rubéola. Esta cifra está por debajo del promedio nacional, que supera el 92%.
¿Peor aún? Las exenciones religiosas han ido en aumento, alcanzando ya el 6.4% entre niños de 5 a 17 años, y hasta un 15% en algunos condados. Todo esto indican señales preocupantes para la aparición de nuevos brotes.
Historial: el valor comprobado de las vacunas
Desde que el Dr. Jonas Salk introdujo con éxito la vacuna contra la poliomielitis en 1955, el uso progresivo de vacunas en Estados Unidos ha sido clave para erradicar o neutralizar enfermedades mortales. Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas evitan entre 2 y 3 millones de muertes cada año en todo el mundo.
El sarampión, por ejemplo, causaba más de 2 millones de muertes anuales antes de la introducción masiva de la vacuna. Hoy, una cobertura superior al 95% es esencial para garantizar la inmunidad de grupo, especialmente en entornos como escuelas.
Turismo en juego: ¿riesgo para la industria estrella de Florida?
La inquietud también se extiende al sector turístico, que representa el motor económico del estado. En 2024, Florida recibió 143 millones de visitantes y su industria del turismo generó ingresos por más de $128 mil millones, incluyendo parques temáticos como Disney World o el complejo Universal en Orlando.
Aunque actualmente estos parques no exigen pruebas de vacunación gracias a leyes estatales que prohíben tales exigencias laborales, un brote de enfermedad contagiosa sí podría tener consecuencias económicas, particularmente si impacta la percepción internacional sobre la seguridad sanitaria del estado.
La paradoja de la libertad
¿Es la eliminación de los mandatos realmente una victoria para la libertad? Los expertos lo ponen en duda. De acuerdo con el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), la vacunación obligatoria es una herramienta vital para alcanzar coberturas superiores al 90%, esenciales para proteger a quienes no pueden vacunarse por razones médicas válidas.
“Vacunar no debería ser una elección individual cuando la inacción pone en riesgo a toda la comunidad”, advirtió un reciente informe del National Association of School Nurses. “Las exenciones deberían limitarse exclusivamente a contraindicaciones médicas certificadas.”
Más allá de Florida: ¿se esparcirá el modelo?
La medida de Florida podría sentar un precedente para otros estados donde los líderes políticos promueven agendas similares. Algunos legisladores conservadores ya han comenzado a proponer leyes que debilitan o eliminan mandatos de salud pública.
Esto reaviva el debate sobre dónde termina la soberanía individual y comienza el interés colectivo, un dilema ético profundamente arraigado en la historia de la salud pública. En 1905, la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó en el caso Jacobson v. Massachusetts que los estados tienen autoridad para obligar a la vacunación en el interés común, una doctrina que hoy parece estar bajo asedio político.
DeSantis y su proyecto de expansión
El gobernador DeSantis nombró tanto al Dr. Joseph Ladapo como a su esposa, Casey DeSantis, en una comisión responsable de redactar una ley más amplia bajo el lema de “libertad médica”. Esta legislación se espera para la próxima sesión legislativa del estado, y tendría implicaciones más allá del ámbito escolar, incluyendo empleadores e incluso instituciones sanitarias.
El término “libertad médica” ha ganado adeptos entre algunos sectores antivacunas, pero los epidemiólogos advierten que disfrazar políticas regresivas bajo discursos libertarios puede desencadenar aumentos de mortalidad, como ya se observó en países donde la desinformación erosionó la confianza en la vacunación.
Escuelas en el centro del huracán
Los distritos escolares están cada vez más presionados. Enfermeras escolares y directores de centros educativos no tienen claridad sobre cómo implementar los cambios, ya que muchos de los requisitos están atados a leyes y reglamentos federales o estatales que aún no han sido modificados formalmente.
“No eliminarán los riesgos, solo los trasladarán”, resume Nelson. “Cuando un niño no vacunado enferma de sarampión, pertussis o varicela, su escuela y su comunidad cargan con el peso sanitario y económico.”
¿Qué opinan los padres?
El sentir parental está dividido. Mientras algunos aplauden la medida como una victoria de la libertad parental, otros están considerando mudarse de estado o inscribir a sus hijos en educación a distancia si las tasas de vacunación caen dramáticamente.
“No quiero que mi hijo comparta aula con niños sin vacunas”, dice Alicia Medina, madre de dos hijas en edad escolar en Tampa. “Estamos hablando de vida o muerte.”
¿Será efectivo en lo político?
Más allá de la salud pública, la medida puede tener implicaciones en la precampaña presidencial de DeSantis. Su retórica “antimandato” le sirve para fortalecer su base electoral, asociada al movimiento “antiwoke” y defensora de menos intervención estatal. Sin embargo, enfrentará resistencia en elecciones generales donde la mayoría de la población apoya las vacunas.
En definitiva, la eliminación de los mandatos de vacunación escolar es mucho más que una cuestión política: es una apuesta arriesgada sobre la salud de millones de niños y el delicado equilibrio entre libertad y responsabilidad colectiva.