Crisis humanitaria en el Congo: entre el brote de ébola y la violencia sexual masiva

El país africano enfrenta su 16º brote de ébola mientras la violencia sexual y los desplazamientos forzados escalan en medio de una guerra olvidada

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Un nuevo brote de Ébola azota a la República Democrática del Congo

El Ministerio de Salud del Congo anunció recientemente el 16º brote de ébola en su historia, esta vez afectando a la provincia de Kasai del Sur. Con 28 casos sospechosos y 15 fallecidos —incluyendo a trabajadores de salud—, los números revelan una preocupante tasa de letalidad del 53.6%.

La víctima confirmada fue una mujer embarazada de 34 años en la localidad de Boulapé. Según las autoridades sanitarias, los síntomas típicos presentados por los pacientes incluyen fiebre, vómitos, diarrea y hemorragias. El ébola, enfermedad viral conocida por su alta tasa de mortalidad y fácil propagación a través de fluidos corporales, ha sido fuente recurrente de crisis sanitarias en la nación.

La respuesta internacional: ¿suficiente?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) respondió con rapidez desplegando equipos de expertos y suministros médicos, entre ellos equipos de protección personal y un laboratorio móvil. Además, destacaron la disponibilidad de vacunas como Ervebo y tratamientos que anteriormente han sido efectivos.

“Estamos actuando con determinación para frenar rápidamente la propagación del virus y proteger a las comunidades”, afirmó Dr. Mohamed Janabi, Director Regional de la OMS para África.

Un sistema de salud al borde del colapso

El sistema de salud congoleño, ya debilitado por años de conflictos armados, enfrenta limitaciones severas. A pesar del respaldo internacional, los centros médicos carecen de equipamiento adecuado y personal capacitado para responder a crisis de esta magnitud.

El país también lidia con una de las tasas más altas de enfermedades infecciosas en África, incluyendo malaria, cólera y sarampión. La suma de estos factores complica enormemente cualquier respuesta coordinada.

Violencia sexual: otra epidemia silenciada

Más allá del brote de ébola, el Congo sufre una epidemia de violencia sexual. Según Save The Children, el número de mujeres y niños sobrevivientes de violencia sexual se cuadruplicó en la primera mitad de este año: 2,702 casos entre enero y julio, frente a 612 en el mismo periodo de 2023.

El Ministerio de Salud del país reportó también un incremento del 16% en casos de violencia sexual, alcanzando los 73,400 en solo seis meses, de los cuales un tercio involucró a niñas menores de 16 años.

“La violencia sexual en el Congo es utilizada como arma de guerra y táctica deliberada de terror.” — James Elder, portavoz de UNICEF

Las consecuencias para las víctimas son devastadoras: embarazos no deseados, problemas de salud mental y un estigma social que, en muchos casos, perdura toda la vida.

Conflicto armado y desplazamientos masivos

El aumento de la violencia sexual está directamente relacionado con la guerra persistente en el este del país. El grupo rebelde M23 ha estado implicado en intensos enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales tras la toma de Goma en enero y Bukavu en febrero. Se estima que este conflicto ha matado a más de 3,000 personas en lo que va del año y ha desplazado a más de 7 millones, según las Naciones Unidas.

A pesar de un aparente acuerdo de paz firmado entre los ministros de Relaciones Exteriores del Congo y Ruanda en la Casa Blanca en julio, el grupo rebelde M23 no participó directamente en las negociaciones y no se ha comprometido con los términos. La mediación de Qatar tampoco ha logrado avances significativos, generando escepticismo en torno a una solución definitiva.

Recortes en ayuda internacional: un golpe mortal

Los recortes a la ayuda humanitaria por parte de Estados Unidos y Europa han limitado la capacidad de respuesta frente a ambas crisis: sanitaria y humanitaria. Organizaciones como Save the Children y Médicos Sin Fronteras advierten que ya no pueden entregar productos básicos como toallas sanitarias, jabón ni tratamientos psicológicos a todas las víctimas de violencia sexual.

En un contexto de aumento exponencial de las necesidades, la financiación se ha visto reducida, incrementando el sufrimiento de miles. Las cifras de desplazados y víctimas no sólo son alarmantes, sino que tienden a quedarse fuera del radar mediático global.

¿Dónde queda la comunidad internacional?

La pregunta esencial es: ¿por qué sigue siendo ignorada la crisis del Congo? En otras partes del mundo, catástrofes de magnitud similar ocupan titulares internacionales. Pero parece que África central, y particularmente el Congo, sólo atrae atención pasajera cuando hay brotes epidemiológicos de alto perfil.

La combinación de un conflicto prolongado, un brote letal como el ébola y cifras de violencia sexual alarmantes debería requerir una acción urgente y sostenida de la comunidad internacional. Sin embargo, persiste el silencio, salvo en momentos clave de tragedia.

Un futuro incierto: entre el olvido y la esperanza

La población congoleña continúa resistiendo en medio del caos. Existen organizaciones locales e internacionales que tratan de cubrir las enormes brechas dejadas por los recortes internacionales, pero sus esfuerzos no son suficientes.

La esperanza radica en una mayor cooperación internacional, responsabilidad política y movilización mediática. Sin estas piezas clave, el ciclo de brotes sanitarios, violencia sexual y conflictos armados continuará repitiéndose.

La situación en la República Democrática del Congo no es sólo una ‘crisis africana’: es una catástrofe humanitaria global que requiere de un compromiso real y sostenido por parte del mundo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press