Lenacapavir: la revolución en la prevención del VIH que promete salvar millones de vidas
Estados Unidos adquiere 2 millones de dosis del innovador fármaco de Gilead para distribuir en países con bajos recursos
Una nueva esperanza en la lucha contra el VIH
En un anuncio que marca un hito en la historia de la salud pública global, el Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó la compra de 2 millones de dosis del medicamento lenacapavir, un innovador tratamiento preventivo contra el VIH. Lo más destacado de este fármaco es su aplicabilidad semestral, lo que significa que una sola inyección ofrece seis meses de protección contra el virus.
La adquisición se realizará a través del programa PEPFAR (Presidente's Emergency Plan for AIDS Relief), y los suministros estarán destinados a países de bajos y medianos ingresos, donde el VIH continúa siendo una epidemia activa y devastadora. La prioridad será asistir a mujeres embarazadas y lactantes, sectores especialmente vulnerables a la infección.
¿Qué es lenacapavir y por qué es tan importante?
Lenacapavir es un inhibidor de la cápside del VIH desarrollado por Gilead Sciences. Su modo de acción disruptivo radica en su capacidad para interferir en múltiples etapas del ciclo de vida viral. A diferencia de otras terapias profilácticas como el famoso Truvada, que requieren la toma diaria de pastillas, lenacapavir se administra mediante inyecciones subcutáneas cada seis meses.
En estudios realizados en personas con alto riesgo de infección —incluyendo hombres gay, mujeres trans y trabajadoras sexuales—, lenacapavir redujo prácticamente a cero los casos de nuevas infecciones. Estos resultados lo posicionan como la opción más prometedora hasta la fecha dentro del entorno de la profilaxis preexposición (PrEP).
Impacto global del VIH en cifras
- Más de 1.3 millones de nuevas infecciones por VIH se registran anualmente a nivel mundial.
- En Estados Unidos, hay 30,000 nuevos casos cada año, y 1.2 millones de personas viven actualmente con el virus.
- El número total de personas viviendo con VIH en el mundo se aproxima a los 40 millones.
Aunque se ha avanzado considerablemente en el tratamiento, la prevención sigue siendo el área más estratégica para erradicar la epidemia a largo plazo, especialmente en regiones donde el acceso a la salud es limitado.
El rol del programa PEPFAR
Desde su creación en 2003, PEPFAR ha sido una de las iniciativas más ambiciosas contra el VIH/SIDA. Impulsado originalmente por el gobierno de George W. Bush, el programa ha salvado más de 25 millones de vidas y se ha convertido en una herramienta clave para llevar recursos médicos a naciones afectadas por la pandemia.
No obstante, recientemente PEPFAR se vio amenazado cuando la administración Trump recortó fondos destinados a la cooperación internacional en salud, lo que obligó al cierre de centros médicos y detuvo programas de diagnóstico y prevención en diversos países.
La nueva adquisición del lenacapavir sirve como un renacimiento simbólico del espíritu original de PEPFAR. Jeremy Lewin, alto funcionario del Departamento de Estado, lo definió como una “acción decisiva para proteger a millones de personas que están en riesgo ahora mismo”.
Colaboración internacional: el Global Fund
El plan para distribuir los 2 millones de dosis no será ejecutado exclusivamente por EE.UU. En una colaboración estratégica, trabajarán de la mano con el Fondo Global de lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria, una organización que opera en más de 100 países. Si bien todavía no se ha revelado el monto total de inversión, se espera que este plan conjunto fortalezca redes logísticas y de atención médica en lugares como África Subsahariana, sudeste asiático y algunas áreas del Caribe.
Gilead, por su parte, ha firmado acuerdos con fabricantes genéricos para producir versiones de bajo costo del medicamento, con el objetivo de garantizar su disponibilidad a gran escala una vez finalizado el suministro donado.
Política, salud pública y farmacéuticas: ¿Aliados o enemigos?
Este movimiento genera un debate inevitable sobre el papel de las grandes farmacéuticas y los gobiernos en la solución de crisis sanitarias globales. El compromiso de Gilead de vender lenacapavir sin fines de lucro para países de bajos recursos ha generado opiniones divididas. Mientras que algunos activistas celebran el gesto, otros argumentan que la medida solo es temporal y que el acceso a medicamentos esenciales no debería depender de actos de caridad corporativa, sino ser un derecho garantizado por las políticas públicas.
La jefa de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ya había hecho un llamado a principios de año para “democratizar las herramientas más novedosas disponibles en la ciencia médica contra el VIH”. Sus palabras apuntaban directamente a Gilead y al gobierno estadounidense, instando a garantizar el acceso global a la PrEP inyectable.
Lenacapavir: posible ‘game-changer’ en la erradicación del VIH
A lo largo de los años, el VIH ha perdido visibilidad mediática, sobre todo en países del norte global, debido a que el tratamiento antirretroviral permitió a muchos pacientes vivir con relativa normalidad. Sin embargo, la pandemia sigue latente y es particularmente agresiva en lugares donde falta educación sexual, pruebas de despistaje y acceso a profilaxis.
En este contexto, lenacapavir representa más que un nuevo fármaco: es un símbolo de cambio de paradigma. Al eliminar la necesidad de dosis diarias, reduce no solo las probabilidades logísticas de olvido, sino también el estigma asociado al uso de pastillas diarias contra el VIH.
¿Qué significa esto para el futuro?
Este paso podría abrir la puerta a nuevas estrategias de salud pública basadas en perfiles de riesgo poblacionales. Podría también influir en el manejo de otras enfermedades transmisibles mediante dosis semestrales o profilaxis prolongada. Y, lo más importante, sienta un precedente clave para la forma en que el mundo responde ante crisis sanitarias globales: con cooperación transnacional, ciencia de vanguardia y voluntad política.
Con más de 2 millones de vidas impactadas positivamente hasta 2028 y la posibilidad de alcanzar a muchas más, la distribución del lenacapavir se perfila como una de las acciones humanitarias más importantes de la década en términos de salud pública mundial.
Más allá de la inyección
La verdadera eficacia de este proyecto se medirá no solo por la cantidad de personas que reciban la inyección, sino por el cambio estructural que se logre en los sistemas de salud de los países participantes. Formación de personal médico, concientización comunitaria, ampliación de los sistemas de diagnóstico y tratamiento serán fundamentales para asegurar que cada dosis inyectada represente más que una barrera contra el virus, sino también una oportunidad para transformar vidas.
El futuro de la lucha contra el VIH ya no está en manos del azar: está en la ciencia, la cooperación global y en la voluntad de actuar con rapidez ante una amenaza que, aunque menos visible, sigue siendo una de las grandes pandemias de nuestro tiempo.
Fuentes: ONUSIDA, CDC, Gilead Sciences, Departamento de Estado de EE.UU., Global Fund