Pakistán e India bajo el agua: el devastador costo humano del monzón más feroz
Millones de desplazados, vidas perdidas y cosechas arrasadas: el sur de Asia enfrenta una tormenta perfecta alimentada por el cambio climático
Un desastre que se repite: el monzón que desborda la historia
En Asia del Sur, el monzón ha dejado su tradicional papel de fertilizante de cosechas para convertirse en una amenaza que destruye hogares, arrasa comunidades y cobra vidas. En 2024, tanto India como Pakistán están viviendo uno de los años más catastróficos que se recuerden debido a lluvias torrenciales que han desencadenado inundaciones y deslizamientos de tierra con consecuencias devastadoras.
Según datos oficiales, más de 3,8 millones de personas solo en la provincia de Punjab, Pakistán, han sido afectadas por las inundaciones que han transformado aldeas enteras en lagos. En India, regiones como Uttarakhand, Himachal Pradesh y Jammu y Cachemira han registrado más de 90 muertes, con miles desplazados debido a crecientes impetuosas y deslizamientos que han dejado zonas rurales aisladas.
Pakistán ante la peor inundación de su historia reciente
En el este de Pakistán, las crecientes de los ríos Ravi, Sutlej y Chenab han roto orillas e inundado 3.900 aldeas en zonas como Muzaffargarh y Multan. Solo en 24 horas, más de 500.000 personas fueron evacuadas. El Comisionado de Ayuda de Punjab, Nabeel Javed, advirtió que los operativos continúan con urgencia.
“Nuestra prioridad es salvar vidas; esta es la peor inundación en la historia de Punjab”, expresó Irfan Ali Kathia, jefe de la Autoridad de Gestión de Desastres. Las autoridades incluso realizaron brechas controladas en diques para redirigir el agua y salvar ciudades clave como Muzaffargarh.
Relatos como el de Ghulam Abbas, de 54 años, reflejan la rapidez con que el desastre se impone: “Los altavoces de la mezquita nos alertaron de una enorme ola. Tomamos lo que pudimos y huimos”, dijo mientras veía cómo su hogar quedaba bajo el agua de la noche a la mañana.
India: el Himalaya, de belleza natural a zona de riesgo
En India, las lluvias han devastado el norte del país, incluyendo regiones montañosas como Uttarakhand, donde los deslizamientos han sepultado pueblos. En Delhi, la capital, el río Yamuna superó niveles peligrosos y forzó la evacuación de miles.
En Jhang, al oeste del Punyab indio, imágenes aéreas muestran un mar café de agua estancada donde antes hubo tierras fértiles. En Srinagar, Cachemira, el agricultor Fayaz Ahmad, de 70 años, declara: “En mi juventud, esto no ocurría. Ahora el agua entra a nuestros campos con solo unos días de lluvia”.
Surinder Singh, agricultor de Kapurthala, cuenta que perdió cosechas de arroz, maíz y trigo valoradas en más de 700.000 rupias (unos $8.400 USD). “Los niños han sido reubicados. Recibimos visitas oficiales, pero poca ayuda real”, dice resignadamente.
Un desastre alimentado por el cambio climático
Los expertos coinciden: el cambio climático ha roto el patrón monzónico tradicional. Según Anjal Prakash, autor de informes climáticos de la ONU, vivimos en un planeta al menos 1,5 °C más cálido que en la era preindustrial. “Las lluvias llegan en ráfagas intensas, dejan grandes cantidades de agua en pocas horas, y luego siguen largas sequías. Este es el nuevo normal del monzón en Sur de Asia”.
Akshay Deoras, meteorólogo en la Universidad de Reading, afirma que las lluvias no solo son más intensas sino también erráticamente distribuidas. “Cuando todo el promedio mensual cae en dos días, simplemente colapsan los sistemas urbanos y rurales”, advierte.
Las ciudades también ceden
No solo las aldeas están sufriendo. Grandes urbes como Nueva Delhi se enfrentan al caos cuando el agua tapa autopistas enteras. Esta semana, una congestión de ocho horas paralizó la interconexión entre Delhi y Gurugram, una ruta clave para millones de trabajadores y transportes.
En zonas ribereñas como Nigambodh Ghat, quienes vivían en casas improvisadas ahora duermen en tiendas de plástico. “Parece 2023 otra vez. Nada cambia”, dice Rekha Chaturvedi, de 55 años.
Casi 4 millones de damnificados en la región
En ambos países:
- India: más de 90 muertos, 300.000 desplazados en el Punyab, docenas de puentes destruidos y cultivos arruinados.
- Pakistán: 3,8 millones de personas afectadas —1,8 millones desplazados—, con aldeas completas desapareciendo bajo el agua.
Un informe del Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres de la Universidad de Lovaina señala que Asia experimentó 167 desastres en 2024, más que cualquier otro continente, con pérdidas económicas de más de $32 mil millones de dólares. Las inundaciones se posicionan como el fenómeno climático más destructivo de la región.
¿Qué está fallando además del clima?
Anjal Prakash es categórico: “La urbanización descontrolada, la deforestación y la mala planificación hidráulica han preparado el terreno para estas tragedias”. Muchos ríos en India y Pakistán están embancados o desviados artificialmente, y sus sistemas de drenaje naturales han sido destruidos por construcciones mal dirigidas.
“Construimos sobre zonas inundables, tapamos los humedales y arrasamos con los bosques. Al llegar las lluvias, el agua ya no tiene a dónde ir”, dice el investigador climático Vaibhav Chauhan, del Indian Met Institute.
¿Cómo prepararse para el nuevo monzón?
Hay consenso entre los expertos mundiales: Sur de Asia necesita urgentemente:
- Modernizar sistemas de alerta temprana, especialmente en áreas rurales.
- Revisar la planificación urbana y prohibir la construcción sobre zonas de riesgo.
- Restaurar cuencas naturales y humedales para amortiguar futuras inundaciones.
- Capacitar a las comunidades en resiliencia climática y evacuación.
El monzón de 2024: ¿la tormenta climática perfecta?
El monzón, una vez motor económico de la India agraria, se ha convertido en un reflejo del caos climático que azota al mundo. No es solo una historia sobre lluvias o inundaciones: es una advertencia. Como dijo el propio Deoras: “Lo que estamos viendo ahora es solo el principio”.