El Salón de la Fama 2025: ¿La mejor clase de la historia del baloncesto?

Carmelo, Dwight, Bird, Moore y Fowles encabezan una inducción legendaria marcada por la historia olímpica y dinastías inolvidables

En un mundo donde el baloncesto ha sido escenario de gestas deportivas, cambios sociales y momentos inolvidables, el Salón de la Fama del Baloncesto Naismith se erige como el panteón de las leyendas. Y este 2025, su nueva clase de inducidos parece estar a la altura de lo más selecto de la historia.

Dwight Howard y Carmelo Anthony encabezan el grupo masculino, dos íconos contemporáneos con carreras decoradas por logros individuales, títulos olímpicos y momentos definitorios. En el ala femenina, un tridente formidable marca un hito: Sue Bird, Maya Moore y Sylvia Fowles, tres referentes de la WNBA, ingresan juntas en un acto que muchos ya consideran histórico.

Una clase dorada: estadísticas que impresionan

Las cifras de estos cinco titanes hablan por sí solas:

  • 11 títulos combinados en la NBA o la WNBA
  • 15 medallas de oro olímpicas
  • 37 apariciones en equipos All-NBA o All-WNBA
  • 45 selecciones al All-Star Game

You put us together… how you gonna stop us?”, dijo un sonriente Dwight Howard refiriéndose al poder colectivo de esta generación cuando fue entrevistado previo a la ceremonia.

El 'Equipo Redentor': regreso dorado en Beijing

Una de las joyas de esta clase es también la inducción del equipo olímpico masculino de EE. UU. de 2008, conocido como el “Redeem Team”. Tras el fracaso del bronce en Atenas 2004, Estados Unidos se propuso recuperar su hegemonía y lo hizo de forma brillante con una plantilla que incluía, entre otros, a Kobe Bryant, LeBron James, Dwyane Wade, Chris Paul, Carmelo Anthony y Dwight Howard.

En la final ante España, estos titanes regalaron un partido memorable (118-107), marcado por el heroísmo de Kobe y la solidez colectiva de un equipo al que muchos calificaron como la segunda venida del Dream Team. “Ese oro fue más que una medalla. Era identidad, respeto, redención”, recordó Howard en la ceremonia.

El tridente dorado de la WNBA

Ver a Sue Bird, Maya Moore y Sylvia Fowles entrar juntas en el mismo año es un guiño del destino y de la historia. Será la primera vez que tres mujeres de la WNBA sean inducidas en la misma clase, pero también marca la coronación de carreras que brillaron tanto juntas como individualmente.

Sue Bird

La base por excelencia del baloncesto femenino. Cinco medallas olímpicas (4 de oro), cuatro títulos de la WNBA con Seattle Storm, 12 veces All-Star, la líder histórica en asistencias de la liga y una presencia que redefinió el rol de liderazgo en cancha.

Maya Moore

La estrella más dominante de la década de 2010. Líder ofensiva, campeona de la NCAA (dos veces con UConn), cuatro títulos de la WNBA con Minnesota Lynx y MVP en 2014. Su retiro anticipado en 2019 para enfocarse en la justicia social la convirtió en símbolo de algo más grande que el deporte.

Sylvia Fowles

Uno de los pivotes más dominantes en la liga. MVP, dos veces campeona de la WNBA con las Lynx, defensora del año y la máxima reboteadora histórica de la liga. Una torre imparable en ambos lados de la cancha.

Bird y Moore, además, compartieron raíces en UConn, la meca del baloncesto universitario femenino. “Maya, Diana (Taurasi), yo, Breanna Stewart, Rebecca Lobo. Ese es un cinco inicial que ganas cualquier torneo”, bromeó Bird en un guiño nostálgico que resume la conexión entre estas leyendas.

Carmelo Anthony: el anotador con alma de poeta

Pese a nunca haber conseguido un anillo NBA, Carmelo Anthony fue pura poesía ofensiva. Campeón de la NCAA como novato de Syracuse en 2003 con solo 19 años, tres veces medallista de oro olímpico, diez veces All-Star y noveno máximo anotador en la historia de la NBA (a su retiro).

Anthony siempre tuvo una relación simbiótica y algo conflictiva con el estilo NBA. Favorecía el arte del mid-range, los movimientos pulidos y un aura de artista bohemio en un ambiente cada vez más dominado por la eficiencia numérica.

I did it my way”, dijo al recoger su chaqueta de miembro del Salón. “Fui contracorriente muchas veces, sin faltar el respeto, pero siguiendo mis visiones. Jugué con gracia y con competitividad. Como me enseñaron”.

Maya Moore: del tabloncillo a la justicia

Quizás la historia más impactante sea la de Maya Moore, quien dejó el baloncesto en su apogeo para ayudar a liberar de prisión a Jonathan Irons, quien había sido condenado injustamente. Moore lo logró en 2020, se casó con él más tarde y hoy son una familia. Su retiro sirvió de inspiración para deportistas comprometidos con causas sociales.

“Ahora mi reto es otro: que mi hijo de tres años aprenda a ir al baño”, bromeó Maya, enfatizando desde la humildad lo que consideró un triunfo vital.

Otros inducidos: leyendas del baloncesto fuera de la cancha

Además de los cinco jugadores, también ingresan nombres clave del baloncesto en otras áreas:

  • Billy Donovan, dos veces campeón de la NCAA con Florida y actual entrenador de los Chicago Bulls.
  • Micky Arison, propietario de los Miami Heat, bajo cuya administración la franquicia logró tres títulos de la NBA.
  • Danny Crawford, uno de los árbitros más respetados de la historia de la NBA, con 23 años de experiencia en playoffs.

Una ceremonia que será recordada

La ceremonia de inducción en Uncasville, Connecticut tuvo sabor olímpico, corazón de la WNBA y el alma de las canchas más icónicas. Cada discurso recordó momentos invaluables, desde Beijing 2008 hasta Minneapolis, desde Syracuse hasta Orlando, desde las arenas de la NBA hasta los estadios universitarios donde muchas de estas carreras iniciaron.

Pero más allá de medallas y estadísticas, esta clase representa conexión humana, lucha por la equidad, legado deportivo y cultura. Y como dijo Maya Moore en una frase que capturó la esencia de este capítulo histórico:

“Hay campeonatos que se celebran en la cancha. Y hay otros, como ver a tu hijo tener su primer éxito en el baño, que son igual de dulces. Este es uno de esos días”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press