Las goteras del Estadio de América: El caso Lamb y las grietas en los Cowboys

Los Dallas Cowboys comenzaron su temporada 2025 con una derrota dolorosa ante los campeones defensores, los Philadelphia Eagles, en un juego que terminó con un marcador de 24-20. La narrativa del partido, sin embargo, trasciende el resultado. Entre errores puntuales, decisiones polémicas de gerencia y figuras bajo presión mediática, el equipo texano mostró grietas que podrían ampliarse con el paso de las semanas.

El foco en CeeDee Lamb: ¿héroe o villano?

En el deporte profesional, hay momentos que definen carreras, y en el caso de CeeDee Lamb, este partido podría terminar siendo uno de ellos. A pesar de sumar 110 yardas en siete recepciones, el receptor estelar de los Cowboys tuvo tres drops cruciales, uno de ellos en los últimos compases del juego con potencial de al menos 50 yardas ganadas.

Después del encuentro, Lamb señalo con honestidad:

“Eso fue terrible. No puedo culpar a nadie más. Asumo toda la responsabilidad”, dijo Lamb. “Como jugador, uno sueña con momentos como ese. Que el balón venga hacia ti... y no lograr atraparlo duele”.

El punto es delicado porque Lamb ya no es sólo un talento joven. Después de su contrato de $136 millones por cuatro años firmado la temporada pasada, el margen para errores de ese calibre se reduce. Como referencia, es el receptor más joven en llegar a 500 recepciones en la historia de los Cowboys, y el segundo en la historia de la NFL solo detrás de Larry Fitzgerald.

¿Valió la pena elegir a Lamb sobre Parsons?

Los Cowboys enfrentaron una disyuntiva difícil en la temporada baja y optaron por pagarle a Lamb mientras intercambiaban a su estrella defensiva generacional, Micah Parsons, a los Packers de Green Bay. A cambio, obtuvieron dos selecciones de primera ronda y al tacle defensivo Kenny Clark, en un intento por reforzar la línea defensiva.

Pero apenas en el primer juego, esa decisión comienza a pesar. Sin la presión de Parsons sobre Jalen Hurts, los Cowboys no pudieron contener al actual MVP del Super Bowl. De hecho, Hurts logró dos touchdowns por tierra en la primera mitad, aprovechando errores evidentes en los rush lanes de la defensa de Dallas.

Una defensa sin alma... y sin Parsons

El impacto de la ausencia de Parsons fue inmediato y devastador. Solo lograron una captura de quarterback (a cargo del novato Marshawn Kneeland), y la defensa fue dominada por el ataque terrestre de los Eagles en la primera mitad del encuentro. Aunque hubo mejoría en la segunda mitad, el daño ya estaba hecho.

Incluso jugadores como Mazi Smith, selección de primera ronda en 2023, fueron intrascendentes al punto de ser raspado saludables, decisión que deja muchas dudas sobre su futuro en la organización.

Los puntos bajos y los pocos altos del juego

• Stock en alza: Marshawn Kneeland, novato de segunda ronda en 2024, logró su primera captura y mostró destellos de promesa.
• Stock en baja: Mazi Smith, sin acción pese a la necesidad urgente de parar el juego por tierra.
• Lesiones destacadas: El regreso sorpresivo de Trevon Diggs, quien jugó menos de la mitad de los snaps tras su segunda lesión de rodilla, y de Tyler Guyton, quien logró completar el juego como tackle izquierdo.

La gerencia en el banquillo: decisiones que pesan

El dueño Jerry Jones apostó a planificar el futuro apostando en su ofensiva, dejando prescindible el mantener a una superestrella defensiva como Parsons. La clave de esa lógica radicaba en que Prescott, Lamb, y la ofensiva pudieran compensar al menos en el marcador. Sin embargo, en su debut como head coach, Brian Schottenheimer debió asumir la frustración desde el inicio:

“No se preocupen por CeeDee Lamb. CeeDee va a estar bien. Esta fue una derrota de equipo y la asumimos como tal”.

Prescott: entre luces y sombras

A pesar del resultado, Prescott jugó un buen partido. Recuperado de su desgarro en el tendón de la corva que lo sacó los últimos nueve juegos de la temporada anterior, el mariscal lideró dos drives efectivos que terminaron en touchdowns, ambos logrados por el recién llegado Javonte Williams. Incluso cerraron la primera mitad con acierto estratégico, logrando un gol de campo de 53 yardas con el reloj a punto de expirar.

Prescott terminó la noche con buenas estadísticas, aunque también compartía la frustración con su receptor principal:

“No fueron solo esas jugadas (los drops). Hay lanzamientos allá afuera que yo también quisiera recuperar”, expresó.

La presión de la narrativa

Con los reflectores completamente sobe Lamb por sus errores y el traspaso de Parsons aún fresco, queda claro que la narrativa de la temporada para Dallas tendrá una tensión distinta. En especial al considerar que los Cowboys tienen aún pendiente renovar el contrato de Prescott dentro de un tope salarial cada vez más ajustado.

Entonces, ¿qué será de este equipo? ¿Podrán sobrevivir sin una defensa élite? ¿CeeDee Lamb podrá justificar el contrato que recibió y salir del rol de chivo expiatorio?

Los próximos pasos

La siguiente parada para los Cowboys será común pero peligrosa: enfrentar a los New York Giants, un equipo que no le gana a Dak Prescott desde su temporada de novato. De hecho, el mariscal lleva un récord de 13 victorias consecutivas frente a los Giants.

Y aunque la historia reciente le favorece a Dallas, lo cierto es que las grietas están al descubierto. Lo que una vez fue un equipo temido por su equilibrio defensivo-ofensivo, hoy parece inclinar la balanza hacia una ofensiva prometedora pero presionada, sobre todo si sus piezas claves no cumplen.

La temporada apenas comienza, pero las decisiones tomadas en temporada baja —y cómo afectan las actuaciones individuales— ya están rindiendo sus primeros dividendos, para bien o para mal.

Fotografía de CeeDee Lamb mostrando frustración después de uno de los drops más costosos de su carrera. Dallas deberá enfrentar algo más que defensas rivales esta temporada: sus propias expectativas.