Thomas Tuchel y el desafío de rescatar la gloria perdida de Inglaterra

Entre críticas, altas expectativas y una pesada herencia: el técnico alemán lucha por devolver a la selección inglesa al podio mundial

El peso de una historia sin títulos

Han pasado casi seis décadas desde que Inglaterra levantó su única Copa del Mundo en 1966. Desde entonces, los 'Three Lions' han vivido entre memorias gloriosas, decepciones profundas y una constancia frustrante de quedarse cortos. La designación del alemán Thomas Tuchel como seleccionador nacional en octubre del 2024 marcó un nuevo intento de romper esa maldición histórica. Su llegada, sin embargo, no ha estado exenta de críticas ni de resultados cuestionables.

El fichaje de un forastero

La decisión de la FA inglesa (Football Association) de designar a Tuchel desató polémica desde el inicio. No era solo que fuera extranjero, sino que también es alemán; la nación contra la que más ha sufrido Inglaterra en enfrentamientos claves del pasado, incluyendo eliminaciones dolorosas en las Copas del Mundo de 1990 y 2010. Un titular del tabloide The Sun decía sin rodeos: “Un día negro para Inglaterra”.

Pese a esto, el currículum de Tuchel lo hacía aparentemente nombramiento lógico: títulos de liga en Francia y Alemania, y una Champions League con el Chelsea. Sin embargo, lo que en clubes puede funcionar con presión constante y refuerzos multimillonarios, en una selección nacional no siempre es viable. Y sus primeros meses han hecho surgir más dudas que certezas.

Balance preocupante

En sus primeros compromisos oficiales, Tuchel ha dejado un sabor amargo. En junio, su equipo fue superado en casa 3-1 por Senegal. Más preocupante aún fue el insípido triunfo 1-0 contra Andorra, clasificada en el puesto 173 del ranking de la FIFA. El diario británico Daily Mail calificó esa victoria como “la peor en la historia de Inglaterra”. Un revés tanto para el técnico como para la confianza nacional.

“Most of them just say, ‘Bring it home, Thomas.’ And that’s basically the task”, explicó el técnico cuando se le pregunta por lo que los aficionados le dicen en la calle. Y es que tras las semifinales del Mundial 2018 y las finales consecutivas de la Eurocopa bajo Gareth Southgate, la vara está más alta que nunca.

La sombra de Southgate y las leonas

Gareth Southgate dejó un sabor agridulce en su salida. Aunque llevó a Inglaterra al umbral de la gloria, cayó en momentos decisivos, como la derrota ante España en la final de la Euro 2024. Su estilo fue criticado por conservador en momentos clave, pero los resultados fueron innegablemente sólidos.

Curiosamente, mientras el equipo masculino sigue intentando encontrar su identidad, la selección femenina ha iluminado el panorama. Bajo el mando de Sarina Wiegman, las Leonas se consagraron en dos Eurocopas consecutivas, ganando respeto mundial y alimentando la esperanza de que, sí, los ingleses pueden triunfar en el fútbol.

Tuchel valora su éxito como señal positiva: “No hay maldición sobre los equipos ingleses. Es una buena señal, y haremos todo lo posible para seguir ese ejemplo”.

Una campaña que lo definirá todo

Tuchel tiene contrato hasta el final del Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos, Canadá y México. Tres naciones para un solo trofeo codiciado por generaciones. En ese tiempo, deberá consolidar un equipo que ha mostrado destellos de talento pero también falta de cohesión.

Inglaterra lidera su grupo de clasificación con puntaje perfecto tras tres partidos, pero la ruta no estará exenta de baches. El encuentro de visitante contra Serbia se proyecta como el reto más complicado antes del Mundial, y se espera que allí se mida el temple del equipo.

“Estas etapas son siempre complejas. Se termina la temporada del club, vienen de vacaciones, están cansados. Pero la actitud debe cambiar ahora”, indicó el alemán en rueda de prensa reciente.

¿Un técnico de clubes en un entorno de selecciones?

Una crítica recurrente hacia los técnicos de éxito en clubes es su posible incompatibilidad con el entorno de selecciones. Tuchel es metódico, obsesivo del entrenamiento diario y tacto-céntrico. Pero en las selecciones, el calendario es limitado, los jugadores vienen de filosofías dispares y la adaptación es fugaz.

“Es otra realidad. No puedo trabajar con ellos todos los días como en un club. Pero es un reto que acepto con ganas”, ha declarado.

La presión mediática y el escepticismo popular

El fútbol inglés no perdona. Tras casi seis décadas sin títulos, el entusiasmo se mezcla con el cinismo de una prensa famosa por elevar héroes y destrozarlos en semanas.

  • El tabloide The Sun: “¿Qué hace un alemán buscando resolver nuestros problemas?”
  • BBC Sport: “Brillante en la pizarra, flojo en la conexión emocional con los jugadores ingleses.”
  • The Guardian: “Los primeros meses de Tuchel parecen más calculadora que corazón. ¿Es eso suficiente?”

Una generación con potencial

A pesar de todo, Inglaterra tiene una base de talentosos jugadores en plena madurez: Jude Bellingham, Phil Foden, Declan Rice, Bukayo Saka y una defensa que, cuando está sana, puede ser de élite. Es a Tuchel a quien le corresponde activar ese potencial, insuflar espíritu ganador y, sobre todo, evitar la caída psicológica que ha perseguido históricamente a los ingleses.

En el pasado reciente, selecciones como Francia (2018) y Argentina (2022) lograron que sus talentos emergentes reventaran en equipos sólidos. Inglaterra, pese a tener cantera para igualarlas, aún no cruza esa línea invisible entre competitivo y campeón.

Tuchel y el mito del técnico extranjero

Si Tuchel llega a levantar la Copa del Mundo en 2026, se convertirá en el primer entrenador extranjero en lograrlo con Inglaterra. Sería una hazaña histórica que reescribiría los manuales chauvinistas del fútbol inglés. Pero si no lo logra, probablemente sea relegado al polvoriento archivo de los intentos fallidos — otro Scolari para Inglaterra, si se quiere manejar la analogía.

Mientras tanto, los ojos del mundo estarán atentos, y las esperanzas de una nación cansada de frustraciones recaen en un hombre metódico, calculador y extremadamente exigente. ¿Será suficiente?

“Bring it home, Thomas.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press