¿La temporada más accidentada de la WNBA? Lesiones, promesas rotas y esperanza en el despegue
Una mirada crítica a los altibajos de la temporada 2024 de la WNBA: talento emergente, lesiones devastadoras y equipos luchando por su identidad
Un año desafiante para la WNBA
La temporada 2024 de la WNBA ha sido una montaña rusa de emociones, promesas y expectativas truncadas. Desde la irrupción de nuevas figuras como Paige Bueckers y Rickea Jackson hasta el calvario de varias franquicias sumidas en problemas estructurales y físicos, la liga vive uno de sus ciclos más complejos en los últimos años.
Con este artículo hemos optado por una mirada analítica de los equipos en problemas, los talentos emergentes y las oportunidades perdidas. Más allá del marcador, exploramos la historia detrás de las estadísticas.
Dallas Wings: cuando el talento no basta
Con un récord de 9-33 y apenas tres victorias en la Conferencia Oeste, las Dallas Wings han sido una de las decepciones más grandes del año. ¿Por qué? Porque incluso con una estrella en ascenso como Paige Bueckers, que promedia 19.1 puntos, 5.3 asistencias y 1.6 robos por partido, el equipo simplemente no logra traducir sus destellos en victorias.
En su último partido contra las Golden State Valkyries, Bueckers anotó 27 puntos, pero no bastó: las Wings cayeron 84-80. Fue un resultado que selló una racha de 1-9 en sus últimos 10 encuentros. La séptima derrota consecutiva reflejaba más que bajas estadísticas: hablaba de una planificación mal ejecutada y de una plantilla diezmada.
Lesiones: el enemigo invisible
Parte del declive de Dallas se explica por su larga lista de lesionadas. Arike Ogunbowale, una de las figuras del equipo, está fuera por una lesión de rodilla. A ella se suman JJ Quinerly, Luisa Geiselsoder, Li Yueru y Tyasha Harris, todas ausentes por lesiones graves.
Es imposible subestimar el impacto de esta realidad: Dallas enfrenta cada jornada con una plantilla juvenil e inexperta, perdiendo profundidad y consistencia. Lo preocupante es que estas situaciones no son exclusivas de las Wings.
Los Angeles Sparks: eficiencia sin recompensa
En el otro extremo de la cancha están las Los Angeles Sparks, con un balance algo más decoroso de 19-22. Su récord ante rivales del Oeste es de 8-13 y, si bien han mostrado señales positivas, su juego presenta muchas inconsistencias defensivas. En sus últimos diez partidos, los oponentes les han encestado 89.7 puntos por juego.
Sin embargo, ofensivamente son una fuerza: son el segundo equipo con más anotación promedio en la WNBA, marcando 85.7 puntos por partido con una eficiencia del 46% en tiros de campo. Dearica Hamby ha sido clave, promediando 21 puntos en los últimos diez encuentros. Azura Stevens también destaca con 13 puntos y 7.8 rebotes por juego.
En sus enfrentamientos directos con Dallas, ya son tres victorias a favor, incluyendo la más reciente el 21 de agosto por apenas un punto: 81-80. Esa noche, Rickea Jackson sumó 25 puntos y fue una máquina ofensiva. Pero lo más llamativo fue la explosión de Bueckers con 44 puntos, una actuación que... sí, terminó en otra derrota.
Indiana Fever: entre juventud y lesiones
En la Conferencia Este, las Indiana Fever aparecen como uno de los equipos más prometedores, pero también golpeados. Su marca de 22-20 refleja cierta competitividad, pero las bajas han sido devastadoras. Pocas franquicias han enfrentado una lista de ausencias similar: Caitlin Clark, Sydney Colson, Chloe Bibby, Sophie Cunningham y Aari McDonald están todas fuera por el resto de la temporada.
Sin embargo, el equipo ha encontrado una chispa en Aliyah Boston, que promedia 15.1 puntos y 8.1 rebotes por partido, y en Kelsey Mitchell, quien está promediando 2.9 triples por partido en sus últimos diez juegos. Aun así, han ganado apenas 4 de sus últimos 10 juegos.
El futuro es incierto, pero la base está asentada. El liderazgo joven puede significar un renacer en 2025, aunque la salud será determinante.
Washington Mystics: sin rumbo claro
Sus perores rivales en la actualidad son ellas mismas. Las Washington Mystics tienen un récord alarmante (16-26) y una caída libre de cuatro derrotas seguidas como locales que ha destruido su moral. En los últimos 10 partidos, apenas han ganado dos.
La ofensiva ha sido débil: promedian 74.3 puntos por juego, una de las cifras más bajas en toda la liga. A su favor juegan los números de Sonia Citron, quien ha promediado 15.4 puntos recientemente, y Kiki Iriafen con 13.3 puntos y 8.7 rebotes por juego.
No obstante, las ausencias por lesión como Georgia Amoore y Jacy Sheldon han impedido que el equipo alcance alguna regularidad.
El drama de los rookies: Thomas Sorber en la NBA
Aunque fuera del contexto estrictamente WNBA, vale la pena mencionar el caso de Thomas Sorber, selección número 15 del Draft 2024 por los Oklahoma City Thunder, quien se perderá toda su temporada de novato debido a una rotura de ligamento cruzado anterior (LCA). Es el segundo año consecutivo que los Thunder pierden a su primer pick del draft por la misma lesión (el año pasado fue Nikola Topic).
Con 2,08 metros de estatura y un promedio de 14.5 puntos y 8.5 rebotes en su año universitario con Georgetown, Sorber era visto como una pieza indispensable para los Thunder tras su campeonato. Su baja vuelve a poner sobre la mesa los cuidados físicos en la transición al profesionalismo.
Valkyries: el impacto histórico de un equipo debutante
Una de las sorpresas absolutas de esta temporada 2024 ha sido la actuación de las Golden State Valkyries. Con apenas su temporada inaugural, ya aseguraron un lugar en los playoffs. Su victoria contra Dallas (84-80) dejó una marca histórica: primer equipo de expansión en entrar a la postemporada en su primer año.
Esto es más que un anécdota: es un llamado de atención a las franquicias tradicionales. Con buena inversión, dirección técnica estructurada y análisis estadístico riguroso, los nuevos equipos pueden competir desde el primer partido.
¿Renacimiento en 2025?
Lo vivido este año servirá como experimento para lo que viene. La WNBA tiene una base sólida de talento joven y afición comprometida. Pero necesita urgentemente mejorar la gestión médica, la profundidad de las plantillas y el calendario competitivo. El riesgo de tener a tantas jugadoras clave fuera por lesiones en una sola temporada es un problema sistemático, no anecdótico.
Bueckers, Boston, Mitchell, Jackson, Hamby… el talento está allí. Solo falta protegerlo, desarrollarlo y rodearlo de estructuras ganadoras.