El fallido intento de asesinato a Donald Trump y el oscuro historial de Ryan Routh
Un juicio federal revela detalles inquietantes sobre el presunto atacante que quiso acabar con la vida del expresidente en un campo de golf en Florida
Un intento de magnicidio bajo la sombra de un pasado turbio
El 15 de septiembre de 2024, un hecho estremecedor volvió a encender las alarmas sobre la seguridad presidencial en Estados Unidos: Donald Trump, expresidente y candidato republicano para las elecciones de 2024, fue blanco de un intento de asesinato mientras practicaba golf en su club en West Palm Beach, Florida. Aunque Trump salió ileso, el presunto atacante, Ryan Routh, fue arrestado poco después por las autoridades gracias a la rápida reacción del Servicio Secreto.
Ahora, mientras se desarrolla el juicio federal en Fort Pierce, salen a la luz detalles escalofriantes sobre Routh: un hombre de 59 años, autodenominado líder mercenario, con un historial criminal que se remonta a dos décadas de situaciones inquietantes.
¿Quién es Ryan Routh?
Ryan Routh nació en Greensboro, Carolina del Norte, y aunque alguna vez trabajó como obrero de construcción, sus aspiraciones estaban lejos de una vida tranquila. Con solo dos años de estudios universitarios tras obtener su GED, Routh comenzó a alimentar una imagen peligrosa de sí mismo: la de un mercenario internacional.
En entrevistas concedidas a lo largo de los años y según testigos, intentó reclutar combatientes en Afganistán, Moldavia y Taiwán para participar en el conflicto en Ucrania. Routh hablaba con franqueza y sin filtros sobre su voluntad de insertarse en conflictos armados globales.
Un pasado penal preocupante
El intento de magnicidio no fue su primer choque directo con la ley. En 2002, fue arrestado por huir de un control de tráfico e intentar atrincherarse con un arma automática y un explosivo casero. Aunque parecía una amenaza peligrosa, el tribunal acabó otorgándole una sentencia suspendida.
En 2010, la policía registró un almacén propiedad de Routh y descubrió más de 100 objetos robados, desde herramientas eléctricas hasta bañeras de hidromasaje. Pese al volumen del delito, nuevamente obtuvo libertad condicional.
El intento de asesinato: ¿qué ocurrió en West Palm Beach?
Durante una mañana aparentemente rutinaria de golf, agentes del Servicio Secreto notaron algo alarmante: un fusil estilo AK asomando entre los arbustos a unos 400 metros del hoyo donde estaba Trump. Uno de los agentes reaccionó disparando, haciendo que el atacante dejara caer el arma y huyera en una SUV.
En la escena encontraron no solo el arma, sino dos mochilas, una cámara GoPro y una mira telescópica. Routh fue detenido posteriormente en un condado vecino. Lo que parecía una simple sesión deportiva se convirtió en un operativo de seguridad nacional.
Los cargos federales y estatales contra Routh
Routh enfrenta cinco cargos federales, entre ellos:
- Intento de asesinato de un candidato presidencial
- Posesión de un arma de fuego con fines de delito violento
- Agresión a un oficial federal
- Posesión de arma y municiones siendo un delincuente condenado
- Posesión de arma con número de serie borrado
A nivel estatal, también ha sido acusado de terrorismo e intento de asesinato, cargos a los que se declaró inocente.
El juicio ante la Jueza Aileen Cannon
La figura que preside este juicio no es ajena al círculo de controversias alrededor de Trump: la jueza federal Aileen Cannon fue la misma que en 2023 tomó decisiones clave en el caso de los documentos clasificados encontrados en Mar-a-Lago. Nombrada por el propio Trump en 2020, Cannon ha sido criticada por sectores que ven con sospecha su aparente cercanía con el expresidente.
En este juicio, Cannon accedió a que Routh se representara a sí mismo, decisión que ella misma calificó de "mala idea". Aun así, permitió que lo hiciera, con abogados designados como respaldo en caso necesario. También estableció medidas estrictas de seguridad: Routh debe vestir ropa formal y tiene ciertas restricciones físicas durante el juicio. «Si hace movimientos bruscos, los alguaciles actuarán de forma inmediata», advirtió.
¿Por qué eligió atacar a Trump?
Más allá de lo jurídico, surge una gran pregunta: ¿qué motivó a Routh a intentar asesinar a Donald Trump? Aunque en los documentos de acusación no se detallan claros motivos, su aparente ideología violenta, su fascinación con los conflictos armados y sus delirios de protagonismo juegan un papel clave.
Routh ha querido proyectarse como un líder revolucionario moderno, sin lealtades claras ni estructura ideológica definida. Para algunos analistas, su decisión de atacar a Trump puede haberse visto impulsada por la notoriedad que un ataque de ese calibre traería.
La seguridad presidencial en entredicho
Este intento de asesinato se suma a otra tentativa fallida que Trump enfrentó en julio de 2024 en Pennsylvania. Ambos casos reabren un viejo debate: ¿están los protocolos de seguridad presidencial lo suficientemente actualizados para enfrentar amenazas modernas, muchas veces perpetradas por lobos solitarios?
No es un tema menor si se considera que los agentes solo detectaron el rifle de Routh gracias al ángulo desde su posición, no como parte de un sistema automatizado. Además, el uso de drones y otras tecnologías por parte de potenciales atacantes eleva los riesgos.
Contexto político y proyección
Todo esto ocurre en plena campaña electoral. El intento de asesinato ha generado un halo de simpatía hacia Trump entre sus seguidores, quienes lo han comparado con sobrevivientes masónicos de conspiraciones políticas, alimentando la narrativa de víctima del deep state. Está por verse cómo estas percepciones afectarán la opinión pública y el resultado electoral en noviembre de 2024.
Una señal de alerta para la democracia
Este caso no solo es un asunto judicial: también es una advertencia sobre el creciente extremismo en la era digital. Individuos como Routh representan una mezcla explosiva de inestabilidad mental, acceso a armas y radicalización ideológica —elementos que amenazan no solo a figuras políticas, sino al estado de derecho en general.
Como dijo el analista de seguridad nacional Peter Gallo en una entrevista reciente para NBC News: «Ya no necesitamos redes terroristas complejas cuando hay individuos dispuestos a actuar por su cuenta con motivaciones difusas pero consecuencias muy claras».
Mientras avanza el juicio, queda en evidencia que lo que parecía un ataque aislado es la manifestación de un fenómeno más profundo que Estados Unidos aún no ha terminado de entender ni prevenir.