Estados Unidos vuelve a decepcionar antes del Mundial: ¿Faltan goles o falta alma?

Otra derrota ante un rival top (2-0 frente a Corea del Sur) desnuda los problemas estructurales y emocionales de una selección que no consigue imponer localía ni confianza rumbo a su Mundial

Por qué Estados Unidos sigue sin mostrarse a la altura de los desafíos previos al Mundial 2026. Esa es la gran pregunta que se hacen los hinchas, los analistas y los propios jugadores, luego de otra derrota en una serie de amistosos preparatorios. Esta vez fue 2-0 ante Corea del Sur en Nueva Jersey, aunque, siendo justos, se sintió más como un partido en Seúl que en territorio estadounidense.

El resultado: más que un marcador adverso

El encuentro amistoso jugado en el Red Bull Arena fue otra muestra de las grandes dificultades que enfrenta la selección estadounidense comandada por Mauricio Pochettino. Con goles de Son Heung-min al minuto 18 y Lee Dong-gyeong al 43', Corea se llevó un triunfo indiscutible frente a un equipo local que no consigue mejorar sus registros ante equipos del Top 25 del ranking FIFA. Estados Unidos acumula siete partidos sin ganar contra esos rivales, con un saldo alarmante: 17 goles recibidos y apenas 3 a favor.

La estadística que nadie quiere ver

Desde que venció a México en la final de la Liga de Naciones de CONCACAF en 2024, Estados Unidos no vence a ninguna selección ubicada entre los primeros 25 del planeta. Ha perdido seis de esos siete encuentros y, lo más preocupante, sufre prácticamente desde el vestuario: en los primeros tiempos de esos duelos, ha sido goleado 11-2.

El resultado, si bien aún sin impacto directo en el Mundial, pone en evidencia una Serie A de problemas que la “USMNT” debe enfrentar de manera urgente: inconsistencia defensiva, falta de contundencia ofensiva y un entorno que, en lugar de impulsar, parece restar fuerza.

Un público "visitante" y jugadores desconectados

El estadio, con entradas agotadas (26,500 espectadores), se tiñó de rojo: los seguidores coreanos fueron abrumadoramente mayoría. El seleccionador surcoreano, Hong Myung-bo, lo resumió perfectamente: “Fue como un partido en casa”.

Esta circunstancia no fue nueva: ya en la Copa Oro, se sintió el dominio de los “visitantes”, especialmente en los duelos contra Guatemala en St. Louis y México en Houston. Pochettino, que antes lo valoró desde el entusiasmo rival, ahora fue más comedido pero envió un mensaje claro: “Quiero animar a nuestros fans a venir. Con su ayuda en el Mundial, seremos muy difíciles de vencer”.

El análisis desde el banquillo: ¿optimismo justificado?

Pochettino, en su rol habitual de apaciguador, argumentó que este tipo de tropiezos son normales en la preparación: “Necesitamos empezar a ganar cuando comience el Mundial. Hay muchos ejemplos de selecciones que ganan por años y luego fracasan. Yo estuve con Argentina en 2002: ganábamos todo y quedamos eliminados en fase de grupos”.

Este razonamiento puede ser válido para quienes entienden el fútbol como un proceso. Pero también hay maneras, señales, gestos. Y ante Corea del Sur, más allá de los 17 remates y un xG (expected goals) de 2.23, Estados Unidos transmitió poca convicción. Corea, con apenas cinco remates y un xG de 0.74, fue eficaz y contundente. El dato habla de una selección que intenta, pero no concreta. Peor aún, es una selección que muestra enormes espacios que los rivales ni dudan en explotar.

Son Heung-min, el verdugo conocido

La figura del partido fue Son Heung-min, quien ya es una leyenda viva del fútbol asiático. Su gol fue el número 52 en su carrera con la selección, dejándolo a seis de alcanzar el récord histórico de Cha Bum-kun. Además, su presencia fue clave en ambos goles y su velocidad fue un tormento para el debutante Tristan Blackmon, de 29 años, quien tuvo un estreno difícil junto a un defensor de 37 años como Tim Ream.

Los estrenos y regresos que ilusionan... poco

Tristan Blackmon no fue el único debutante o regreso notable. El lateral Sergiño Dest volvió tras sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior en marzo de 2024. Cristian Roldan también reapareció por primera vez desde la Copa Oro 2023. Tim Weah tuvo que salir por calambres en la zona del isquiotibial.

Balogun, uno de los nombres llamados a liderar el ataque, también fue titular, pero fue neutralizado dos veces por el arquero Jo Hyeon-woo en el tiempo añadido. En resumen: se probaron piezas, pero las dudas siguen intactas.

¿Son solo "amistosos"?

No siento presión por ganar. Queremos ganar, pero son amistosos, es tiempo para aprender”, dijo Sergiño Dest en una lúcida reflexión. Sin embargo, Tyler Adams añadió una consideración más punzante: “Cuando los partidos realmente importan, se juega al 100% todo el tiempo. La intensidad es diferente. Deberíamos empujarnos para entender que estos partidos tienen un valor muy alto ahora”.

Estados Unidos tomó esta etapa previa al Mundial como una oportunidad para evaluar opciones. Tiene siete amistosos más antes de anunciar su campamento de entrenamiento previo al Mundial. El primero de ellos será ante Japón, el martes en Columbus, Ohio.

Un Mundial a la vuelta de la esquina, pero con el alma perdida

Es cierto que no estamos en plena fase final. Que no hay puntos en juego. Pero estamos en tierra de definiciones intangibles: carácter, mentalidad, unión. Y es allí donde más se nota la fragilidad emocional y estructural de esta joven selección.

Pochettino lo dejó entrever al final del partido al referirse -con ironía patria- a que sin VAR los jugadores deben ser “un poco más pícaros”. Como diciendo: no alcanza con jugar ordenados, hay que ser más astutos.

Eso sí: el margen de error se achica. Porque cuando el 12 de junio Estados Unidos debute en su Mundial, frente a su público y con los focos encendidos, los rivales sabrán que esta selección aún no encontró su identidad.

Y el público, que claramente aún no se identifica con este equipo, podría hacerlo... pero solo si ve actitud, coraje y, sobre todo, resultados.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press