Nueva York en tensión: Sanders respalda a Mamdani mientras la vieja guardia demócrata titubea
Con una elección a la vista y divisiones cada vez más profundas dentro del partido, el ascenso de Mamdani aviva el debate sobre el futuro de la izquierda estadounidense
Una noche progresista en Brooklyn: Mamdani y Sanders movilizan a la base
El distrito de Brooklyn fue escenario de uno de los eventos políticos más encendidos del calendario electoral neoyorquino. Este pasado sábado, el senador Bernie Sanders se unió al candidato a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, en un town hall rebosante de energía donde se discutieron temas que han marcado la narrativa progresista de los últimos años: salud universal, justicia económica, vivienda asequible y transporte público gratuito y eficiente. La multitud, mayoritariamente joven y diversa, no escatimó en aplausos, vítores y cánticos. Era más que un evento electoral; fue una celebración de una ideología que aspira a transformar, desde abajo, la estructura política actual.
Acompañado por Sanders, Mamdani respondió preguntas de los asistentes, arengó con eslóganes que han marcado su campaña —“We will freeze the?”, a lo que el público respondió: “¡Rent!”— y no dudó en poner el dedo en la llaga cuando se habló del expresidente Donald Trump o de la creciente influencia de la oligarquía en la política estadounidense.
Zohran Mamdani: ¿el nuevo rostro de la izquierda estadounidense?
Mamdani, hijo de inmigrantes del sur de Asia, ha ganado notoriedad por su afiliación al ala más izquierdista del Partido Demócrata, identificándose abiertamente como un socialista democrático. Esto no es nuevo en Nueva York, cuna también de figuras como Alexandria Ocasio-Cortez. Sin embargo, lo que hace único a Mamdani es su capacidad para convertir más que consignas: ofrece planes concretos de transformación radical en políticas públicas.
En las últimas encuestas, Mamdani lidera la intención de voto frente a rivales de peso como el actual alcalde Eric Adams, el exgobernador Andrew Cuomo —quien se presenta como independiente— y el republicano Curtis Sliwa. Aunque la candidatura de Adams parecía sólida al inicio, se ha visto desgastada por escándalos y dificultades para enfrentar una ciudad en constante crisis.
Según Sanders, Mamdani representa “el futuro del Partido Demócrata”, una afirmación poderosa y también polémica, sobre todo considerando que ninguno de los líderes demócratas más importantes del estado lo ha respaldado. La pregunta es inevitable: ¿por qué el establishment demócrata teme tanto a Mamdani?
Un campo electoral fragmentado: ¿el regalo perfecto para el enemigo?
La campaña toma un giro aún más tenso con recientes declaraciones de Trump, quien asegura que Mamdani ganará la alcaldía si sus tres principales opositores se mantienen en la contienda. Desde su retiro en Florida, el expresidente ha lanzado ataques contra el demócrata neoyorquino, tachándolo de “comunista peligroso” y llamando, de forma velada, a los otros candidatos a unificarse.
Con una ciudad como Nueva York —tan diversa, compleja y una de las más progresistas del país—, la fragmentación política parece ser el mayor obstáculo para un cambio estructural. Pero también puede ser la razón por la cual un candidato como Mamdani, con un mensaje claro y radicalmente distinto, encuentra eco entre votantes hastiados de la política tradicional.
Familia contra familia: la batalla de los Kennedy
Mientras la contienda local enciende la chispa en Nueva York, en Washington la tensión se mide en parámetros familiares. Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud en la administración Trump, se encuentra bajo el fuego... de su propia familia. Las críticas de su hermana Kerry Kennedy y su sobrino, el excongresista Joseph P. Kennedy III, han sido demoledoras. Ambos exigen su inmediata renuncia debido a lo que consideran una peligrosa campaña de desmantelamiento del aparato de salud pública del país.
Kennedy Jr., conocido por su postura escéptica y muchas veces conspirativa respecto a las vacunas, ha desatado una polémica nacional al eliminar decenas de recomendaciones médicas vinculadas a COVID-19 y llevar a cabo despidos masivos en los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades).
“Robert F. Kennedy Jr. es una amenaza para la salud y el bienestar de todos los estadounidenses”, declaró Joseph Kennedy. Esto marca una de las divisiones familiares más públicas y agresivas desde la era de JFK. Aunque Kennedy Jr. representa un ala marginal, su nombramiento por parte de Trump habla del viraje radical en temas de salud pública que vive la política estadounidense.
Chicago responde en las calles: “No Trump, No Troops”
Mientras Nueva York celebra votaciones y Washington debate renuncias, Chicago toma las calles. Más de 10.000 manifestantes marcharon por el centro de la ciudad bajo la consigna “No Trump, No Troops”, en rechazo a los planes de Trump de enviar agentes federales y tropas de la Guardia Nacional para reforzar políticas migratorias.
La protesta fue organizada por la Illinois Coalition for Immigrant & Refugee Rights y se transformó rápidamente en un clamor nacional sobre el futuro de la inmigración en EE.UU. En un estado donde el 14% de la población es inmigrante, las cifras son tan poderosas como las consignas. Según datos del Pew Research Center, más de 1,8 millones de inmigrantes indocumentados viven en el Medio Oeste, la mayoría de ellos en Illinois.
“Trump utiliza a nuestras comunidades como chivos expiatorios. No necesitamos tropas, necesitamos compasión”, exclamó una manifestante frente al icónico Chicago Theater, mientras ondeaban banderas latinas, africanas y asiáticas en la multitud.
El progresismo resiste, pero ¿puede vencer?
En resumen, lo que pasó este fin de semana en tres ciudades —Brooklyn, Washington y Chicago— no son eventos aislados. Forman parte de una batalla ideológica a gran escala que enfrenta a la vieja política con nuevas voces que exigen representación real.
Zohran Mamdani puede representar el futuro de la izquierda estadounidense, pero arrastra el peso de un sistema que rara vez permite irrupciones desde los márgenes. La tensión dentro de la familia Kennedy revela viejas heridas sobre salud, autoridad científica y liderazgo ético. Y Chicago, nuevamente epicentro de luchas históricas, recuerda al país que el activismo popular sigue vivo y combativo.
Sea cual sea el resultado en las urnas, está claro que Estados Unidos vive una redefinición política. Sanders, Mamdani, Kennedy Jr., Trump y miles de ciudadanos en las calles están escribiendo, en tiempo real, el próximo capítulo de esta historia.