La nueva era de los Vikings comienza con J.J. McCarthy bajo el centro
De fanático de los Bears a mariscal titular de los Vikings: el joven J.J. McCarthy debuta en la NFL con una mentalidad a prueba de presiones
Un círculo que se cierra en Soldier Field
Corría el año 2007 cuando un niño de apenas cuatro años asistía con su padre a su primer partido de la NFL en Soldier Field, mientras los Chicago Bears caían ante los Minnesota Vikings. Aquel niño, llamado J.J. McCarthy, poco imaginaba que 18 años después volvería al mismo escenario, esta vez como protagonista de una historia diferente.
Este lunes, McCarthy debutará en la NFL como titular con los Vikings, en el mismo estadio donde despertó su amor por el fútbol americano. En una narrativa casi poética, el quarterback enfrentará precisamente al equipo que alentaba en su niñez, solo que ahora del lado rival, defendiendo los colores de Minnesota.
Una historia de resiliencia y determinación
El camino de McCarthy a este debut no ha estado exento de obstáculos. Elegido en la décima posición del Draft 2024, su estreno en la liga se retrasó debido a una cirugía para reparar un menisco roto en su rodilla derecha. Mientras el equipo completaba una campaña de 14 victorias la temporada pasada con Sam Darnold como titular, McCarthy vivía un proceso silencioso pero valioso.
“Trato de estar completamente presente”, comentó McCarthy en la semana previa a su debut. La frase podría parecer un lugar común, pero en su caso responde a un aprendizaje profundo: J.J. ha trabajado de forma constante en la gestión de su salud mental, utilizando prácticas como la meditación para encarar la presión que implica jugar en la élite.
Un entrenamiento meticuloso en Minnesota
Los Vikings no improvisaron con su joven promesa. Durante su año de espera, fue sumergido en todas las facetas del juego. Asistió a reuniones defensivas para entender cómo piensan sus rivales, estudió jugadas con visión 360 a través de tecnología de realidad virtual, y pasó numerosas horas en charlas individuales con Kevin O’Connell, head coach y exquarterback.
El exQB Josh McCown, ahora entrenador de mariscales, tuvo también un rol protagonista en el desarrollo de McCarthy. La idea era clara: construir una base sólida para que, cuando le llegara su momento, J.J. no solo estuviese preparado técnicamente, sino también mental y emocionalmente.
La comparación con grandes nombres
Ryan Kelly, nuevo centro del equipo y exjugador de los Colts, no escatimó en elogios cuando se le preguntó sobre McCarthy. Lo comparó con grandes mariscales con los que ha trabajado antes, como Andrew Luck, Philip Rivers y Matt Ryan. Incluso antes de lanzar su primer pase oficial, McCarthy fue elegido como uno de los 8 capitanes del equipo.
“El estándar que él mismo se exige supera incluso el que le impone la organización”, dijo Kelly. “Eso te inspira a darte al máximo. Sabes que no va a dejar nada al azar.”
Un debut con expectativas altas y trampas estratégicas
El debut de McCarthy no será sencillo. Lo hará enfrentando a su equipo de infancia, pero también a una defensiva que buscará confundirlo desde el primer minuto. “Tenemos que forzar errores de novato”, adelantó Kevin Byard, safety de los Bears. “No podemos darle lecturas fáciles. Tenemos que disfrazar las coberturas constantemente.”
La ofensiva de O’Connell es conocida por su versatilidad, pero también por lo bien que puede proteger a un mariscal joven. No obstante, es evidente que la defensa rival intentará apagar la estrella de J.J. antes de que brille demasiado fuerte.
El peso de la salud mental y la meditación como escudo emocional
Antes de ser estrella en la Universidad de Michigan, McCarthy pasó un año difícil en la prestigiosa IMG Academy, en Florida. Durante el año del confinamiento, la soledad, la presión y la distancia con su familia trajeron consigo episodios de depresión. Lejos de ignorarlos, J.J. comenzó una práctica de meditación diaria que lo acompañaría a lo largo de su carrera.
Era frecuente verlo antes de los partidos sentado contra un poste, con los ojos cerrados, absolutamente presente. Aquellos momentos de introspección se volvieron parte de su rutina y hoy son fundamentales para mantener el equilibrio emocional que exige ser el líder de un equipo con aspiraciones de Super Bowl.
Una división más competitiva que nunca
El debut de McCarthy llega en un contexto altamente competitivo dentro de la división NFC Norte. El año pasado, tres de los cuatro equipos llegaron a playoffs. Y este año, los renovados Chicago Bears, bajo la batuta del nuevo head coach Ben Johnson, amenazan con sumarse a esa pelea.
Los Vikings no están en una reconstrucción: están en modo ganar-ahora. Sin embargo, confiaron suficiente en McCarthy como para entregarle las llaves del equipo en un año crucial. Un movimiento valiente, sustentado en una planificación meticulosa.
Un debut, muchas cámaras y una misión: mantenerse presente
McCarthy no quiere que el escenario lo consuma. Cuando se le preguntó sobre el valor emocional que tiene debutar frente a su exequipo favorito, en un estadio cargado de memorias personales, su respuesta fue tan pragmática como impresionante para alguien de 21 años:
“Siento que mi hogar está en Minnesota. Al final del día es sólo un viaje de negocios. Voy para ejecutar algunas jugadas de fútbol americano y ver qué ocurre”.
¿Puede McCarthy liderar a los Vikings a lo más alto?
No cabe duda de que la historia de J.J. McCarthy es una de trabajo interno y externo. Su talento fue evidente en Michigan, donde registró un récord de 27-1 como titular y llevó a los Wolverines a grandes alturas. Pero lo que lo diferencia quizá no sea su brazo o su capacidad de leer defensas, sino su carácter, su compostura y su resiliencia emocional.
¿Está listo para llevar finalmente a los Vikings a un Super Bowl? Esa es una pregunta para la que aún no hay respuesta segura. Lo cierto es que pocas franquicias han invertido tanto en preparar psicológica, estratégica y emocionalmente a su mariscal joven como lo ha hecho Minnesota.
Y si el debut de McCarthy en el mismo estadio que lo convirtió en fan del fútbol es buen augurio, tal vez presenciemos el nacimiento de una leyenda que se sentó hace casi dos décadas en las gradas de Soldier Field… pero que ahora manda las jugadas desde el césped.