La prueba del nuevo motor para misiles en Corea del Norte: ¿Cambio revolucionario o provocación calculada?
Kim Jong Un supervisa el ensayo de un motor de combustible sólido que podría transformar el programa de misiles intercontinentales norcoreano.
Una prueba clave en la carrera armamentista de Corea del Norte
El líder norcoreano Kim Jong Un ha supervisado una de las pruebas más importantes en la historia reciente del programa de misiles de su país: el noveno y último ensayo de un nuevo motor de combustible sólido para misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés). Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), el motor construido en fibra de carbono es capaz de generar 1,971 kilonewtons de empuje, lo cual lo convierte en el más potente desarrollado por la nación asiática.
Esta maniobra forma parte de una estrategia más amplia de Kim para consolidar a Corea del Norte como una potencia nuclear viable, con capacidad de atacar no solo a sus vecinos sino también al territorio continental de Estados Unidos. ¿Se trata de un desarrollo revolucionario en términos bélicos o es solo otra ficha de presión en la mesa diplomática?
De misiles líquidos a misiles sólidos: ¿qué cambia?
Durante años, Corea del Norte ha experimentado con misiles de combustible líquido, como los Hwasong-14 y Hwasong-15, capaces de alcanzar ciudades estadounidenses como Los Ángeles o Chicago. Pero estos misiles requieren largos tiempos de carga y preparación, lo que los hace vulnerables ante ataques preventivos.
El nuevo motor probado —que se integrará al misil Hwasong-20, según medios estatales— cambia por completo este panorama. Los misiles de combustible sólido pueden almacenarse por largos periodos, iniciarse rápidamente y son mucho más fáciles de esconder y mover mediante plataformas móviles.
De hecho, "un misil balístico de combustible sólido reduce drásticamente el tiempo de respuesta e incrementa las probabilidades de supervivencia en una guerra nuclear", afirma el experto en defensa Ankit Panda, del Carnegie Endowment for International Peace.
¿Corea del Norte está lista para desempeñar un papel nuclear disuasivo?
Si bien Corea del Norte ha llevado a cabo varios lanzamientos con éxito, la comunidad internacional sigue siendo escéptica en cuanto a una capacidad completa de ataque nuclear.
- Atmósfera hostil: Corea del Norte no ha probado aún un misil en trayectoria estándar que demuestre que sus ojivas pueden sobrevivir la reentrada atmosférica.
- Precisión: Muchos de sus ICBM muestran limitaciones en cuanto a maniobrabilidad y precisión, especialmente si se comparan con las capacidades de Estados Unidos, Rusia o China.
- Sistemas de defensa: Estados Unidos y sus aliados cuentan con sofisticados sistemas de defensa antimisiles, como el THAAD, Patriot o Aegis, que podrían interceptar un misil norcoreano.
Sin embargo, Corea del Norte podría adoptar una estrategia de disuasión mediante la amenaza de ataques múltiples con cabezas nucleares. El propio Kim ha señalado que uno de sus objetivos es desarrollar vehículos de reentrada múltiple independientes (MIRV), capacidad actualmente confirmada en potencias como EE.UU., Rusia y China.
De las armas a la diplomacia: tensiones nucleares y alianzas estratégicas
El ensayo del nuevo motor no es un hecho aislado. Llega en medio de un fortalecimiento visible de las relaciones de Corea del Norte con Rusia y China. Kim ha enviado armamento y tropas en apoyo a la guerra rusa en Ucrania, desafiando las sanciones impuestas por la ONU.
Asimismo, la reciente presencia del líder norcoreano en Pekín, participando junto a Xi Jinping y Vladimir Putin en un desfile militar que conmemoraba la lucha contra Japón en la Segunda Guerra Mundial, marca un punto de inflexión diplomático: Kim ya no es el líder aislado que era en 2018. Hoy, aparece respaldado por gigantes militares.
Para Estados Unidos, esta dinámica tripartita implica mayores desafíos, ya que una alianza estratégica informal entre Corea del Norte, Rusia y China podría obstaculizar futuros esfuerzos de desnuclearización o control armamentístico.
El fin de las conversaciones con EE.UU. y la nueva realpolitik de Kim
Desde el fracaso de la cumbre de Hanói en 2019 entre Donald Trump y Kim Jong Un, Corea del Norte ha endurecido su discurso y multiplicado sus ensayos. En este nuevo paradigma, Kim busca imponer su presencia en la mesa de negociación desde una posición de fuerza.
¿Qué busca entonces Corea del Norte?
- El reconocimiento internacional como una potencia nuclear.
- El fin de las sanciones internacionales.
- Garantías de seguridad y supervivencia del régimen.
- Recompensas económicas a cambio de congelar avances tecnológicos clave.
Un antiguo asesor surcoreano en temas de seguridad, Yoo Myung-hwan, resumió con claridad el enfoque actual: “Corea del Norte no va a negociar para deshacerse de sus armas; quiere negociar desde la superioridad que estas le otorgan”.
Peligros reales: la amenaza de una escalada
Mientras Corea del Norte avanza en sus ensayos tecnológicos, los analistas temen que una escalada política o un malentendido militar pueda desembocar en un conflicto devastador. Según el Instituto para Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI), el país ya cuenta con entre 30 y 40 ojivas nucleares. La aparición de misiles con propulsores sólidos y capacidad MIRV podría multiplicar esa amenaza.
No se debe olvidar que en cada crisis en la península coreana hay millones de vidas en juego: se estima que un conflicto total causaría más de un millón de muertos en solo 72 horas, principalmente en Corea del Sur y Japón, dada su cercanía geográfica.
¿Y ahora qué? El futuro del equilibrio nuclear asiático
Este nuevo ensayo no solo recalibra la postura norcoreana; también obliga a otros países de la región a repensar sus políticas de defensa. Japón ha aumentado sus presupuestos militares. Corea del Sur está avanzando en su programa de misiles balísticos y lanzaderas espaciales. Estados Unidos refuerza su cooperación militar en Asia-Pacífico.
En este escenario, la lucha por la supremacía tecnológica —nuclear en este caso— se convierte en el nuevo campo de batalla. La política de “paz a través de la disuasión” puede tener fecha de caducidad si los peligros se vuelven incontrolables.
Un misil más allá del laboratorio
Probado o no en un conflicto real, el nuevo motor norcoreano anuncia el emergente nuevo orden misilístico en Asia. Las reacciones internacionales, que van desde la preocupación diplomática hasta el silencio estratégico, demuestran que la comunidad global aún busca la fórmula adecuada para enfrentar este tipo de desafíos sin fomentar una guerra abierta.
Mientras tanto, Kim Jong Un parece decidido a reescribir su legado como el líder que transformó Corea del Norte en una potencia nuclear sólida y reconocida.
“Ya no negociamos desde la esperanza de la paz, sino desde el miedo al poder”, parece decir cada nuevo lanzamiento desde Pyongyang.