¿A qué precio la seguridad? El dilema de un mundo que gasta más en armas que en humanidad

Mientras el gasto militar supera los $2.7 billones y amenaza alcanzar los $6.6 billones en 2035, las Naciones Unidas alertan: invertir en desarrollo es vital para la paz sostenible

Un récord que no se celebra: $2.7 billones en gasto militar

Mientras gran parte del mundo enfrenta pandemias, hambre, desastres climáticos y desigualdades económicas, el planeta rompe un récord peculiar: más de $2.7 billones en gasto militar anual, según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

La advertencia llega directamente del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, quien expuso con claridad: "Más armas no generan más seguridad". Al lanzar el informe “La seguridad que necesitamos: Reequilibrar el gasto militar para un futuro sostenible y pacífico”, el jefe de la ONU apunta hacia una dolorosa paradoja: el mundo invierte desproporcionadamente en la guerra y descuida la paz.

Objetivos de Desarrollo Sostenible: una cuenta regresiva peligrosa

En 2015, los líderes mundiales acordaron una agenda ambiciosa: los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, entre ellos erradicar el hambre, garantizar educación de calidad y servicios de salud para todos. Sin embargo, al día de hoy, solo el 35% de los ODS están en camino de cumplirse, según el informe del propio Guterres de julio de 2024.

¿Por qué? En parte, por decisiones presupuestarias que priorizan la construcción de arsenales en lugar de escuelas u hospitales. Y porque más de 100 países aumentaron sus gastos militares solo el año pasado.

El costo real de la guerra: datos que estremecen

  • Solo el 3.5% del actual gasto militar (unos $93 mil millones) bastaría para eliminar el hambre mundial hacia 2030.
  • Con $5 billones —menos de lo que se invertirá en armas hacia 2035— se podrían financiar 12 años de educación de calidad para cada niño y niña en países de bajos ingresos.
  • Por cada $1,000 millones invertidos, se crean:
    • 11,200 empleos en el sector militar
    • 26,700 empleos en la educación
    • 16,800 en energías renovables
    • 17,200 en salud

Un mundo más seguro comienza cuando se invierte al menos tanto en combatir la pobreza como en combatir guerras”, afirmó rotundamente Guterres ante la prensa.

¿Por qué crece el gasto militar?

Hay múltiples razones detrás del vertiginoso aumento del presupuesto militar:

  1. Incremento de tensiones geopolíticas: Rivalidades como la de Estados Unidos y China, los conflictos en Ucrania o Medio Oriente han llevado a una carrera armamentista silenciosa pero constante.
  2. Atréa por parte del complejo industrial-militar: Grandes corporaciones de armamento como Lockheed Martin, Raytheon o BAE Systems presionan para mantener esa demanda.
  3. Percepción de 'inseguridad existencial': Incluso países sin amenazas inmediatas están invirtiendo más en armamento. Japón, por ejemplo, ha incrementado su presupuesto militar en un 26% solo en 2023, rompiendo su tradicional límite del 1% del PIB.

¿Y qué pasa con la ayuda exterior?

En contraste con esta tendencia, la ayuda exterior para desarrollo muchas veces es la primera víctima de recortes. Un ejemplo reciente es la decisión temporal de congelar $4.9 mil millones en ayuda exterior por parte del gobierno de Estados Unidos en 2024, a pesar de haber sido aprobada por el Congreso, intensificando aún más el desequilibrio presupuestario.

Reducir la cooperación internacional mientras se incrementa el gasto en defensa es una fórmula probada para aumentar la inestabilidad”, explicó Haoliang Xu, administrador interino del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Seguridad humana vs. seguridad militar: una nueva visión

El informe de la ONU plantea un concepto radical y necesario: la seguridad humana debe reemplazar a la seguridad militar como eje central de las inversiones públicas globales.

La seguridad humana incluye acceso a educación, alimentación, vivienda, salud, justicia, y protección ambiental. Sin estos pilares, advierte la ONU, seguirá habiendo guerras, refugiados, crisis migratorias y extremismos.

La jefa de desarme de la ONU, Izumi Nakamitsu, lo resumió así: “Reequilibrar las prioridades globales no es una opción, es una necesidad para la supervivencia de la humanidad”.

Los países en el podio del gasto militar

Según el SIPRI, estos son los países líderes en gasto militar para el año 2023:

  • Estados Unidos: $877 mil millones (32% del total global)
  • China: $292 mil millones
  • Rusia: $86 mil millones
  • India: $81 mil millones
  • Arabia Saudita: $75 mil millones

Entre estos cinco países concentran más del 60% del gasto militar mundial.

¿Cómo revertir esta tendencia?

La ONU no ofrece una solución mágica, pero propone iniciar una conversación global, entre las 193 naciones miembros y la opinión pública mundial. Algunas propuestas incluyen:

  • Acuerdos multilaterales para limitar el crecimiento del presupuesto militar, similares a tratados de control de armas.
  • Redistribución de inversiones, especialmente en países con necesidades urgentes de desarrollo.
  • Transparencia presupuestaria: publicar informes anuales que comparen gasto militar versus inversión social.
  • Participación ciudadana: fomentar el debate en parlamentos y medios sobre el verdadero impacto social del gasto militar.

No existe una única bala de plata”, reconoció Nakamitsu, pero enfatizó que el primer paso es reconocer que la paz también necesita presupuesto.

¿Qué podemos hacer como ciudadanos?

En un mundo donde las decisiones de gasto parecen alejadas de la población, los ciudadanos aún tenemos herramientas para influir:

  • Exigir mayor explicación y debate parlamentario sobre presupuestos de defensa
  • Apoyar a candidatos y partidos que prioricen la inversión en desarrollo humano
  • Difundir información sobre los costos ocultos del militarismo
  • Implicarse en movimientos e iniciativas que promuevan la paz activa

La verdadera seguridad no se mide en misiles ni buques de guerra, sino en aulas repletas, hospitales equipados y hogares sin hambre. Es hora de pensar el mundo como una comunidad humana, no como un campo de batalla inminente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press