“Hamnet”: Cuando el dolor da luz al arte en manos de Chloé Zhao

La nueva película de Zhao basada en la novela de Maggie O'Farrell conmueve festivales y promete convertirse en un clásico cinematográfico

“Hamnet”, la película dirigida por Chloé Zhao —ganadora del Óscar por “Nomadland”— está dejando una estela de lágrimas y emociones incontrolables en cada uno de los festivales donde se presenta. Desde su debut en Telluride hasta su ovacionado estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), la cinta ha tocado una fibra emocional profunda en críticos y público por igual. Y no es para menos: se trata de una poderosa reinterpretación del duelo a través del lente íntimo de la familia de William Shakespeare, y más específicamente, de una madre que debe sobrevivir a la pérdida más dolorosa imaginable: la de un hijo.

Del libro a la pantalla: una colaboración artística

Hamnet” es la adaptación de la celebrada novela homónima escrita por Maggie O’Farrell en 2020, que ganó el Women’s Prize for Fiction y ha sido aclamada por reinventar la historia del dramaturgo más importante de habla inglesa desde una perspectiva radicalmente íntima y femenina. El guion fue escrito por Zhao en colaboración con la misma O’Farrell, logrando preservar la poesía de la novela mientras la reconfiguran para el lenguaje cinematográfico.

Protagonizada por Jessie Buckley como Agnes (la esposa de Shakespeare) y Paul Mescal como 'Will', esta reinterpretación aleja el foco de Londres, del Globe Theatre y los aspectos icónicos del 'Bardo de Avon' para sumergirse en la vida rural de su familia y el drama interior tras la muerte de su hijo Hamnet, quien, según un cartel al inicio del filme, compartía nombre con el personaje trágico de Hamlet. De hecho, en la Inglaterra del siglo XVII, los nombres Hamnet y Hamlet eran prácticamente intercambiables.

Una película que fuerza el llanto (en el mejor sentido)

La misma Zhao confesó que ni “The Rider” ni su oscarizada “Nomadland” habían sido tan emocionalmente arrolladoras como Hamnet. Durante el estreno en Toronto, la directora abrió el evento con un ejercicio de respiración para sintonizar colectivamente al público con el torrente emocional que estaban por presenciar. “Cuando amas tanto algo... el mayor acto de amor puede ser dejarlo ir”, dijo Zhao, dejando claro que Hamnet trasciende lo narrativo para convertirse en una experiencia casi espiritual.

La anatomía del dolor y la catarsis familiar

En la trama, la familia de Shakespeare se enfrenta al duelo de forma silenciosa pero profunda. Los padres, cada uno a su manera, se ven consumidos por la pérdida, desintegrando su conexión hasta que una obra de teatro —Hamlet— se convierte en puente inesperado entre ellos. Es allí donde el cine de Zhao demuestra su poder, haciendo de la creación artística no solo el reflejo del dolor, sino el vehículo para atravesarlo.

Hamnet no es una película sobre el talento de Shakespeare, sino sobre los errores, los dolores no expresados y cómo el arte abre caminos donde las palabras fallan”, reflexiona Zhao.

El alma capturada por la cámara

Fiel a su estilo naturalista, Zhao pobló la película de paisajes vírgenes, con un enfoque visual casi espiritual. Como dice ella misma: “Tal vez esta máquina de verdad capta el alma; tal vez los pueblos indígenas tenían razón en temer la cámara”.

Una escena culminante, con decenas de extras, se transforma en un momento de catarsis colectiva. No estaba planeada originalmente, pero ante las emociones generadas durante el rodaje, el equipo decidió reescribir el final una semana antes de filmarlo.

Una partitura que sana el alma

Entre las influencias que guiaron a Zhao hacia este nuevo final está la pieza musical “This Bitter Earth/On the Nature of Daylight” de Max Richter. Jessie Buckley se la envió a la directora, y esta, recién salida de una experiencia personal de duelo, encontró en la música una transformación espiritual: “Sentí que intentaba tocar la lluvia desde la ventana”.

Actuaciones al borde de lo sublime

Mescal y Buckley ya habían coincidido en “The Lost Daughter”, pero sin compartir escenas. En Hamnet, sus interacciones son profundas, orgánicas, viscerales. Buckley reconoce a Zhao como “una cineasta de las grandes, al nivel de Visconti o Wong Kar-wai”, destacando su sensibilidad como directriz principal al servicio de una historia emocionalmente compleja.

La inspiración en lo cotidiano y el azar

El último tiro emocional —una escena en la habitación donde Shakespeare escribe— fue improvisado tras una jornada extenuante. Zhao, extenuada y emocional, decidió acostarse en la cama del set y simplemente estallar. Allí, comprendió que el cine era su forma de sobrevivir.

Si no tuviera estos medios para contar historias, no habría podido superar mi dolor”, dijo. Y esa sinceridad es palpable en cada plano de Hamnet.

De Shakespeare a nosotros: una historia eterna

Lo que eleva a Hamnet a algo más que una biopic o un drama histórico es su capacidad de trascender el tiempo. Aunque ambientada en el siglo XVII, la forma en la que retrata las pérdidas no resueltas, los roles de género, la crianza, el amor y, sobre todo, la función del arte como catalizador emocional, la convierten en una obra actual, urgente y necesaria.

Cabe señalar que “Hamnet” no es una producción enfocada en sorprender con pirotecnia visual, sino en profundizar en lo esencial de la humanidad. Hace lo que el buen arte siempre ha hecho: nos enfrenta a nuestro reflejo emocional más escondido.

Una obra para la eternidad

“Hamnet” se estrenará en salas comerciales el 27 de noviembre, distribuida por Focus Features. Aunque el cine otoñal suele estar lleno de contendientes al Óscar, pocas películas se sienten tan esenciales como esta. De hecho, ya muchos la consideran una de las favoritas para competir en categorías importantes: Dirección, Mejor Película, Actuaciones principales y Adaptación de guion.

En una industria cada vez más industrializada, Zhao demuestra que aún queda espacio para la emoción, lo íntimo y lo verdadero. Y eso, en sí mismo, ya es una revolución.

“Aunque no esté basado en hechos históricos comprobados, ‘Hamnet’ es más veraz porque habla desde el alma, no desde los libros”. — Maggie O’Farrell, autora de la novela.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press