El desafío adolescente que rozó lo ilegal: Ethan Guo y su vuelo solitario a la Antártida

El joven piloto e influencer estadounidense se enfrentó a la ley chilena tras aterrizar sin permiso en la Antártida como parte de su cruzada contra el cáncer

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Ethan Guo no es el típico influencer juvenil. Mientras otros adolescentes de su generación se viralizan con videos bailando en TikTok, él eligió el cielo como escenario y una causa como motor: recaudar fondos para la investigación del cáncer mediante una hazaña aérea sin precedentes. Sin embargo, su vuelo hacia el continente blanco terminó bailando al filo de la ley en Chile.

El vuelo que encendió las alarmas

Todo comenzó con una hazaña admirable: convertirse en la persona más joven en volar en solitario por los siete continentes del planeta. A los 19 años, el joven piloto estadounidense partió con su avión monomotor Cessna 182Q en una travesía llena de ambición, valentía y sin duda, riesgos. Pero el 28 de junio de 2025, su plan lo llevó a aterrizar en una base militar chilena en la Antártida sin contar con los permisos adecuados.

Según las autoridades chilenas, Guo entregó información falsa en su plan de vuelo, afirmando que volaría únicamente por Punta Arenas, en el extremo austral del país, cuando realmente su destino era el continente helado. El aterrizaje en la Base Aérea “Presidente Eduardo Frei Montalva”, administrada por la Fuerza Aérea de Chile (FACh), fue autorizado únicamente bajo la premisa de una emergencia.

De soñador a detenido

Tras su arribo, Guo fue brevemente detenido y posteriormente liberado. No podía salir del territorio chileno hasta que se resolvieran las imputaciones en su contra. A pesar de no encontrarse oficialmente preso, su permanencia en la Antártida se convirtió en una suerte de confinamiento debido a las pocas alternativas de transporte que salen de la zona.

Pasó más de 60 días varado en el continente más inhóspito del planeta, sin vuelos comerciales ni permisos rápidos. Fue recién a inicios de septiembre que abordó el buque rompehielos de la Armada de Chile, logrando llegar al Puerto de Punta Arenas tras su accidentada travesía.

Una salida alternativa y un acto altruista

En agosto, la justicia chilena cerró el caso tras llegar a un acuerdo entre la fiscalía y la defensa del joven piloto. La solución incluyó el compromiso por parte de Guo de realizar una donación de 30.000 dólares a la Fundación Nuestros Hijos, una organización chilena que combate el cáncer infantil.

Esta fundación, que ha sido clave en el tratamiento y rehabilitación de niños con cáncer en Chile, recibió la donación en un acto oficial en Santiago, donde Guo también ofreció una rueda de prensa. “La guerra contra el cáncer es continua. Todos debemos contribuir, y estoy haciendo lo que puedo para ayudar”, declaró emocionado.

Prohibido reingresar a Chile

Como parte del acuerdo judicial, Ethan Guo deberá abandonar Chile dentro de los 30 días posteriores a la entrega del donativo y no podrá reingresar al país durante los próximos tres años. Su avión, sin embargo, permanece aún en la Antártida hasta que un piloto chileno lo traslade en condiciones seguras.

“Estamos satisfechos con la solución alternativa que se logró. Evitó un juicio largo y permitió un cierre inmediato del caso”, explicó su abogado, Jaime Barrientos, durante el evento en Santiago.

¿Piloto imprudente o héroe incomprendido?

En el debate mediático, la opinión pública se dividió entre quienes lo consideran un joven irresponsable que puso en riesgo la seguridad nacional y quienes ven en él a un soñador apasionado por una causa noble con espíritu aventurero. No es menor el hecho de que su plan de vuelo original autorizado estaba limitado a volar de Punta Arenas a Ushuaia, en Argentina, sin incluir la Antártida.

Guo justifica su proceder alegando que tuvo que cambiar su rumbo por condiciones climatológicas y técnicas, una explicación que, si bien puede ser válida desde el punto de vista operacional, no fue respaldada inicialmente por documentos que autorizaran dicho desvío.

Los desafíos de sobrevolar el continente blanco

La infraestructura de la Antártida es limitada. Está fuertemente regulada por el Tratado Antártico de 1959, que establece que el continente se utiliza únicamente para fines pacíficos y científicos. Cada vuelo hacia o sobre su territorio debe contar con planificaciones rigurosas, permisos diplomáticos y coordinación internacional.

En este marco, no es de extrañar que el gobierno chileno tomara el asunto con seriedad. Santiago tiene una presencia histórica en el continente antártico, y las bases allí operadas tienen tanto valor estratégico como de investigación científica.

Un precedente inusual en la aviación privada

Guo no solo es uno de los pilotos más jóvenes en intentar una proeza como la de recorrer todos los continentes en solitario, sino también uno de los pocos civiles que han enfrentado un proceso judicial por un aterrizaje no autorizado en la Antártida.

Su caso destaca la falta de protocolos claros para influenciadores y aventureros que, usando plataformas digitales, buscan cultivar audiencias globales al borde de lo normativamente permitido. La FAA (Administración Federal de Aviación) en EE.UU. y otras entidades internacionales podrían comenzar a replantear sus guías para vuelos experimentales o de impacto mediático.

¿Qué sigue para Ethan Guo?

El carismático piloto, ahora con 20 años, afirmó no haberse rendido en su misión de recaudación de fondos para la investigación del cáncer. “Cada reto es una oportunidad para aprender”, aseguró ante la prensa. Ha ganado cientos de miles de seguidores en las redes sociales, y en los círculos de aviadores jóvenes es una figura de inspiración.

Eso sí, no podrá continuar su viaje en su propio avión al menos en el mediano plazo. Las condiciones para que otro piloto autorizado lo saque de la Antártida aún están siendo negociadas con las autoridades chilenas.

Lo que es seguro es que su travesía ha encendido una conversación global sobre los límites entre la osadía, la filantropía y la legalidad. En un mundo donde los likes pueden financiar investigaciones médicas pero también causar incidentes internacionales, el caso Guo se queda como una historia moderna de cielo, ética y supervivencia.

Una lección para influencers del futuro

  • Soñar en grande es válido, pero debe acompañarse de responsabilidad legal y logística.
  • La filantropía mediática puede mover montañas, pero si no se respetan los procedimientos establecidos, también puede provocar crisis diplomáticas.
  • La aventura debe estar alineada con la seguridad aérea, las normativas internacionales y el respeto a soberanías nacionales.

Mientras Guo regresa a Estados Unidos y busca maneras de continuar su misión benéfica, el mundo observa con atención cómo los influencers con causas sociales crecerán como actores internacionales que deben —tarde o temprano— rendir cuentas más allá del universo digital.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press