La tragedia de Julie Gard Schnuelle: Un crimen que rompe el alma de una comunidad universitaria
El asesinato de una querida profesora veterinaria en un parque de Auburn inquieta a una ciudad marcada por la violencia esporádica
Una vida dedicada al servicio y la educación
Julie Gard Schnuelle, profesora jubilada de medicina veterinaria, fue brutalmente asesinada mientras paseaba con su perro en Kiesel Park, un parque muy frecuentado por los residentes de Auburn, Alabama. Con 59 años, Schnuelle era reconocida como una profesional ejemplar y una persona amada por su comunidad académica y social.
Graduada de la Escuela de Medicina Veterinaria de Auburn en 1996, Julie dedicó más de 18 años a la enseñanza como profesora de theriogenología —la ciencia de la reproducción animal— en su alma mater. A pesar de haberse retirado en 2021, seguía vinculada a múltiples iniciativas académicas y científicas.
Un crimen que deja sin aliento
El pasado fin de semana, Schnuelle fue hallada muerta en una zona boscosa de Kiesel Park. La causa de muerte fue múltiples heridas por objeto punzocortante, según informó el forense del Condado de Lee, Daniel Sexton. Su perro fue encontrado ileso y devuelto a su familia, un pequeño rayo de luz en este momento oscuro.
La policía detuvo y acusó a Harold Rashad Dabney III, un hombre de 28 años, acusado formalmente de asesinato capital. Documentos judiciales indican que el crimen ocurrió durante un intento de robo, y que el sospechoso huyó en la camioneta Ford F-150 roja de la víctima. Dabney permanece detenido sin derecho a fianza.
Auburn: una ciudad conmocionada
La población de Auburn, una ciudad universitaria con poco más de 83,000 habitantes, está profundamente impactada. Kiesel Park es considerado un santuario urbano, un espacio tranquilo y rodeado de naturaleza, ideal para caminatas, ejercicios o paseos con mascotas.
“Horrorizado y sin poder creer que algo así ocurriera a plena luz del día”, comentó Paul Holm, residente que visitó el parque tras el suceso. Gwenstavus Dowdell, otro ciudadano, explicó cómo se enteró del crimen al intentar ingresar al parque, que se encontraba clausurado por la investigación criminal.
Una comunidad educativa de luto
En la Universidad de Auburn, el dolor es tangible. Compañeros de trabajo, colegas y exalumnos han manifestado su pesar por la pérdida de una educadora que, más allá de sus logros académicos, era descrita como “amor puro”.
Jessica Rush, colega y amiga cercana, declaró al canal WVTM: “No importa lo que estuviera sucediendo, Julie era amor. Amaba a todos, ayudaba a todos. Era extraordinaria como investigadora, como maestra y como ser humano”.
La Universidad emitió un comunicado oficial recordándola como una “dedicada educadora y apasionada investigadora cuya contribución será recordada con admiración”.
Un patrón inquietante en Auburn
Este no es el único caso de alto perfil que ha sacudido Auburn en los últimos años. En 2019, la estudiante universitaria Aniah Blanchard fue secuestrada en una estación de gasolina y posteriormente asesinada. En 2008, Lauren Burk, estudiante de primer año, fue también víctima de un secuestro seguido de asesinato.
Estos casos, aunque esporádicos, generan la sensación de que incluso los lugares aparentemente seguros pueden convertirse en escenarios de violencia inesperada y devastadora.
Kiesel Park, de parque seguro a escenario de tragedia
La tranquilidad de Kiesel Park se quebró con la noticia del asesinato. Este espacio, ubicado a sólo 6 kilómetros del campus universitario, es muy popular con los residentes por sus campos abiertos y más de 3 kilómetros de senderos para caminar. Sin embargo, hoy está cubierto de flores, cartas y mensajes escritos con lágrimas que expresan luto y rabia.
Una nota dejada en la entrada del parque dice: “Siempre un ejemplo, por siempre una inspiración.” Este homenaje refleja perfectamente el legado de Julie Gard Schnuelle, tanto en lo académico como en lo humano.
Un proceso judicial en curso y un juicio mediático inevitable
La Fiscalía del Condado de Lee, liderada por Jessica Ventiere, ha indicado que solicitará la pena de muerte en este caso. Se ha fijado una audiencia preliminar para el próximo mes. El abogado designado para la defensa de Dabney, Andrew Stanley, se ha abstenido de hacer comentarios públicos.
Como ya ha pasado en otros casos similares en el sur de Estados Unidos, este tipo de crimen adquiere no sólo una dimensión judicial, sino también un fuerte componente mediático y social. La comunidad sigue expectante sobre los detalles del caso y clama por justicia, pero también por señales que indiquen qué está fallando en el entorno.
¿Qué cambia después de una tragedia?
El asesinato de Julie Gard Schnuelle no sólo abre una herida en el corazón de Auburn, sino que trae a colación preguntas fundamentales sobre la seguridad en espacios públicos, la protección de quienes no están armados, y el papel de la comunidad ante repuntes de violencia irracional.
Bill Birmingham, pastor de una iglesia local, acudió al parque con un grupo de feligreses para orar. “Hoy hay mucha menos gente aquí, todos están asustados. Venimos a pedir paz”, expresó. Sus palabras resuenan con fuerza en una comunidad que busca, desesperadamente, respuestas y consuelo.
En medio del duelo, la figura de Julie Gard Schnuelle se engrandece como símbolo de amor al prójimo y dedicación desinteresada. La pregunta ahora es cómo asegurar que su legado no termine con flores marchitas sobre un terreno manchado de dolor.
La memoria como legado
Más allá del juicio, las investigaciones y las sentencias, lo que queda es el recuerdo. Julie Schnuelle es ahora parte de la historia de Auburn, no sólo como víctima de un crimen sin sentido, sino como ejemplo de vida. Sus estudiantes, pacientes, amigos, y hasta quienes no la conocían pero caminan hoy con angustia por el parque, elevan su memoria como un llamado a la humanidad, al respeto y al amor.
Porque sí, Julie fue muchas cosas. Investigadora. Profesora. Amante de los animales. Madre. Amiga. Pero sobre todo, como dirían quienes la conocieron de cerca: Julie fue amor. Y el amor, a pesar de todo, no muere.