Reescribiendo la historia en los parques nacionales: ¿Patriotismo o censura?

El controvertido proyecto de la administración Trump que busca 'resaltar la grandeza americana' al revisar el contenido histórico en tierras federales

¿Cuál es el precio de contar toda la verdad? En una nación que ha luchado por años para confrontar su pasado de esclavitud, desplazamientos forzosos de pueblos indígenas y problemas ambientales crecientes, la administración del expresidente Donald Trump lanzó una iniciativa que pretende revisar —y potencialmente modificar— el contenido presentado en parques nacionales y sitios patrimoniales para evitar lo que denomina mensajes que podrían ser “denigrantes hacia los estadounidenses”.

Una orden polémica con un objetivo claro

En marzo de 2025, el expresidente Trump firmó una orden ejecutiva que exigía al Departamento del Interior auditar todos los carteles, exposiciones y materiales educativos en tierras federales. El objetivo: eliminar cualquier contenido que no resaltara la “grandeza de los logros y progreso del pueblo estadounidense” y, en su lugar, centrarse en la “belleza y abundancia del paisaje americano”.

Esta medida dio hasta el 18 de julio de 2025 como fecha límite para que el Servicio de Parques Nacionales identificara el contenido “inadecuado”. Esto incluye materiales sobre cambio climático, esclavitud, violaciones de derechos humanos hacia pueblos originarios y hasta críticas implícitas al desarrollo industrial.

¿Qué se considera 'inadecuado'?

El abanico de temas marcados para revisión es amplio y, en muchos casos, genera preocupación académica y ciudadana:

  • Carolina del Norte: Se cuestionaron carteles que explican el aumento del nivel del mar y su conexión con el cambio climático.
  • Carolina del Sur y Pensilvania: Se marcaron textos sobre la esclavitud, incluyendo libros como "Incidents in the Life of a Slave Girl" de Harriet Jacobs y paneles que explican la brutalidad que vivieron los afroamericanos.
  • Alaska y Florida: Se señalaron textos que narran la imposición de políticas destructivas hacia lenguas y culturas indígenas o que critican el encarcelamiento de pueblos nativos.
  • Everglades, Florida: El relato sobre los daños ambientales causados por el desarrollo agrícola e industrial fue considerado como “despectivo” hacia la era de la industrialización estadounidense.

El pasado no se borra con órdenes ejecutivas

Varios expertos han levantado la voz. Alan Spears, director de asuntos culturales en la National Parks Conservation Association, lo dijo claramente: “Pretender que lo malo nunca ocurrió no hará que desaparezca”.

Cedric Haynes, de la NAACP, agregó que la esclavitud no fue una nota al pie en la historia estadounidense, sino su motor económico principal durante más de dos siglos. “Ocultar los nombres de quienes perpetuaron esta institución es borrar las bases de nuestras leyes e instituciones”, concluyó.

Negar el cambio climático: una amenaza presente

Los parques son espacios educativos esenciales para concienciar a la población acerca del impacto del calentamiento global. Según Carlos Martinez, científico climático, eliminar esta información limita la capacidad generacional de entender y actuar ante uno de los desafíos más urgentes del siglo XXI.

Dato clave: El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha demostrado que las actividades humanas han calentado el planeta a una velocidad sin precedentes. Las emisiones de CO₂ han generado impactos visibles, incluyendo incendios forestales, pérdida de biodiversidad y niveles récord de hielo derretido en los polos.

Pueblos indígenas: entre la invisibilización y la resistencia

Jessica R. Cattelino, profesora de estudios indígenas en UCLA, calificó como preocupante que se intenten suprimir las historias de exterminio, desplazamiento y asimilación forzada que vivieron los pueblos originarios: "Eliminar estos relatos es una falta grave al valor ecológico y cultural de las tierras protegidas".

Además, Brenda Child, académica Ojibwe de la Universidad de Minnesota, agregó: “Recién estamos comenzando a contar la historia verdadera. Reescribirla ahora, sería un retroceso indignante en nuestra evolución colectiva”.

¿Belleza a toda costa? El caso de los Everglades

El Parque Nacional de los Everglades, hábitat de millones de especies y fuente de agua potable para amplias regiones de Florida, también fue señalado. ¿La razón? Un panel que narra cómo décadas de contaminación urbana, expansión agrícola y mal manejo ambiental casi destruyen el humedal.

Eve Samples, directora ejecutiva de Friends of the Everglades, dijo: “Cometimos errores. Tratar de esconderlos es olvidar lo aprendido, y si no aprendemos del pasado, lo repetiremos”.

¿Una censura institucionalizada?

El contexto político también eleva las alarmas. Durante su administración, Trump removió jueces de inmigración que habían sido designados por su predecesor y promovió una visión patriotista de la historia que muchos señalaban como peligrosa. Bajo esa lógica, ¿dónde queda el derecho a una mirada crítica sobre el pasado?

Es como limpiar la historia con cloro”, afirma la historiadora cultural Marie D. Vargas. "Una nación fuerte no teme a la verdad. La enfrenta".

¿Reconciliación vs. revisionismo?

Modificar el contenido en parques nacionales es más que cambiar carteles. Es una declaración ideológica. Las narrativas que elegimos contar —o silenciar— construyen el imaginario colectivo de una nación.

Como lo señaló el académico Anthony Michael Kreis, “estos actos de censura, si se consolidan, sientan malos precedentes para el derecho a entender, debatir y aprender de nuestra historia”.

Y como dijo Brenda Child, con una mirada tan sabia como tenaz: “Se puede tratar de ocultar, pero el gato ya salió de la bolsa. Sabemos lo que pasó. Los libros ya han sido escritos”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press