Vuelo al infierno: el peligro invisible que aterrorizó a los pasajeros de Delta sobre Wyoming

Una turbulencia de 2.5 minutos dejó heridos, caos y heridas psicológicas en un vuelo de Delta rumbo a Europa. ¿Es este solo el inicio de una era más peligrosa de los viajes aéreos?

La tormenta que no vieron venir

El pasado 30 de julio, los pasajeros del vuelo Delta 175 —con destino a Ámsterdam desde Salt Lake City— vivieron una de las peores experiencias posibles en un avión: una severa turbulencia en pleno vuelo. El incidente ocurrió sobre el estado de Wyoming, cuando el avión se encontró con una tormenta más fuerte de lo esperado, arrojando a quienes no llevaban el cinturón de seguridad contra el techo de la aeronave.

Duró 2.5 minutos. Pero para muchos, fue una eternidad.

El brutal detalle detrás de las cifras

La National Transportation Safety Board (NTSB) publicó esta semana el informe preliminar sobre lo sucedido. La turbulencia generó fuerzas de 1.75 g hacia arriba —equivalente al 75% del peso corporal de una persona—, y luego una fuerza de 0.5 g hacia abajo. Para ponerlo en perspectiva, eso es como si alguien extremadamente fuerte te levantara del suelo con violencia para luego dejarte caer con fuerza contra él una y otra vez en minutos muy largos. Si estabas de pie... estabas en peligro.

El resultado fue trágico: 18 personas enviadas al hospital, incluidos dos miembros de la tripulación con heridas graves. El avión tuvo que desviarse a Minneapolis.

“Carteles volando, pasajeros gritando”

Leann Clement-Nash, testigo del vuelo, relató a ABC News: “La gente golpeó el techo, y luego cayó al suelo. También los carros de bebidas volaron como proyectiles”. El caos fue tal que muchos fueron arrojados de sus asientos varias veces mientras la aeronave iba perdiendo y ganando altitud violentamente.

¿Fallaron los pilotos?

Una pregunta crítica surgida tras el reporte fue: ¿Tomaron las decisiones correctas los pilotos? La NTSB reveló que el piloto había apagado el letrero de cinturones de seguridad y se había iniciado el servicio de bebidas minutos antes del incidente. Esto es habitual cuando se cree que el avión ha salido de la zona de peligro asociada a tormentas.

Sin embargo, el análisis posterior mostró que el avión entró directo en una zona roja del radar meteorológico del National Weather Service, lo que sugiere que la tormenta era más grande o desplazada de lo que se preveía visualmente o por radar a bordo.

Expertos como Jeff Guzzetti no lo entienden

“Esa inclinación de ala de 40 grados es grave”, dijo Jeff Guzzetti, exinvestigador de accidentes para la NTSB y FAA. “Y esas fuerzas G prolongadas simplemente arrasan con cualquiera que no esté asegurado al asiento”. Guzzetti añade que una turbulencia que dura más de dos minutos continuos puede considerarse entre las más prolongadas registradas en vuelos comerciales.

¿Más comunes en el futuro?

Se habla cada vez más sobre cómo el cambio climático está modificando la atmósfera. Una de las consecuencias más estudiadas es el incremento de turbulencias. Las corrientes de chorro están cambiando —especialmente en altitudes de vuelo crucero— debido al calentamiento global.

En un estudio de la Universidad de Reading publicado en Nature (2019), se advirtió que la turbulencia severa podría incrementarse hasta en un 149% para finales de siglo en zonas de alta circulación aérea como el Atlántico Norte.

No es un caso aislado

2023 y 2024 han sido años especialmente inquietantes para la aviación:

  • Un avión de American Airlines sufrió turbulencia severa en marzo, con 10 heridos.
  • En enero, 67 personas murieron en una colisión aérea en Washington, D.C..
  • Un avión aterrizó de emergencia tras volcarse en Toronto debido a condiciones extremas.

Si bien los accidentes aéreos graves siguen siendo poco comunes, ahora se añade el factor del clima cambiante como un actor silencioso pero letal.

¿Qué se está haciendo al respecto?

Las aerolíneas suelen confiar en los meteorólogos y radares de abordo para evitar este tipo de eventos. Sin embargo, fallos como este de Delta demuestran lo difícil que es predecir tormentas con actividad convectiva intensa.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) sugiere más inversión en sistemas de detección temprana, como el uso de sensores láser LIDAR para mapear zonas de turbulencia invisible, conocida como turbulencia en aire claro (CAT). Pero estos sistemas aún no son estándar.

También se debate si se debería dejar el letrero de cinturón encendido de forma preventiva más seguido, como hacen algunas aerolíneas en Asia.

La cultura del “puede quitarse el cinturón”

Este siniestro vuelve a poner sobre la mesa el hábito de caminar por la cabina sin cinturón en un vuelo en curso. Muchos pasajeros interpretan el apagado del letrero como indicativo de que no existe ningún riesgo.

Guzzetti menciona: “Se está enseñando a los pasajeros a confiar en una luz en lugar de considerar que en cualquier momento el avión puede enfrentar fuerzas de gravedad brutales sin aviso. No estamos educando adecuadamente.”

Los números lo apoyan. Según un informe de la FAA publicado en 2022, entre 2009 y 2021 hubo más de 1300 incidentes relacionados con turbulencias, muchos de ellos causantes de lesiones en pasajeros y tripulación sin cinturón.

¿Es incluso seguro volar?

La gran paradoja es que tecnológicamente, los vuelos nunca han sido más seguros. La tasa global de accidentes fatales en 2023 fue de 0.23 por millón de vuelos, según IATA. Pero la percepción del riesgo está subiendo, especialmente cuando se presentan noticias como esta.

Las aerolíneas deberán redoblar sus campañas de concientización sobre el uso permanente del cinturón y reforzar sus protocolos de decisión antes de apagar la indicación.

Lo invisible también mata

El cielo puede parecer despejado. La turbulencia puede no anunciarse. Pero eso no la hace menos letal. Por ahora, la lección más urgente e inmediata para pasajeros es clara: mantén siempre el cinturón abrochado, excepto cuando sea absolutamente necesario lo contrario.

Y la segunda gran lección, para aerolíneas y reguladores: en tiempos de cambio climático, hasta lo impredecible debe tomarse en cuenta.

Nunca más demos por hecho que volar en calma es algo garantizado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press