Crisis en Gaza, protestas en Francia y reestructuración en Novo Nordisk: Tres focos de la tensión europea que marcan el pulso del continente

Desde la postura de la Unión Europea frente a Israel y Gaza, hasta la insurrección civil en Francia y los despidos masivos de la farmacéutica más valiosa del continente, Europa enfrenta un momento de redefinición política, social y económica.

Europa en una encrucijada: Cambios profundos y tensiones múltiples

En un giro cargado de tensiones diplomáticas, sociales y económicas, Europa se encuentra atravesando un periodo definitorio que refleja sus desafíos más delicados. En el corazón de las instituciones europeas en Estrasburgo, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lanzó una propuesta sin precedentes: sancionar a Israel y suspender parcialmente acuerdos comerciales debido a la crisis humanitaria en Gaza. Esta postura marca una fisura dentro del bloque de 27 países, evidenciando la dificultad de encontrar consenso en temas exteriores complejos como Medio Oriente.

Mientras tanto, Francia arde —literalmente— en protestas lideradas por el movimiento “Bloquemos Todo”, que desafía al nuevo primer ministro designado por Emmanuel Macron, Sébastien Lecornu. La jornada de movilizaciones masivas, que recuerda a los históricos chalecos amarillos, deja decenas de detenidos, autobuses incendiados y una coordinación descentralizada que complica la respuesta policial.

Y por si fuera poco, el gigante farmacéutico danés Novo Nordisk —conocido mundialmente por su revolucionaria droga Wegovy contra la obesidad— anunció el despido de 9,000 empleados en medio de una reestructuración que busca apuntalar su liderazgo en un mercado ferozmente competitivo.

Gaza: ¿Un nuevo punto de quiebre en la diplomacia europea?

El conflicto en Gaza, desatado el 7 de octubre de 2023 tras el secuestro de más de 250 personas por Hamas y la muerte de cerca de 1,200 israelíes, ha desencadenado una ofensiva israelí sin precedentes. Según el Ministerio de Salud palestino, más de 64,000 palestinos han muerto desde entonces, con aproximadamente la mitad de las víctimas siendo mujeres y niños.

Este panorama sombrío ha motivado a Ursula von der Leyen a adoptar una postura más crítica frente a Israel, solicitando sanciones, suspensión parcial del comercio y el establecimiento de un grupo de donantes que contribuya a la reconstrucción de Gaza. Tal petición, aunque aplaudida por muchos europarlamentarios, enfrenta la dura realidad de la heterogeneidad política dentro del bloque europeo.

Von der Leyen fue contundente: “El uso del hambre como arma de guerra es imperdonable. Esto debe detenerse por el bien de la humanidad”. Estas palabras, cargadas de implicaciones políticas, podrían profundizar las divisiones internas entre los países de Europa Oriental, más proclives a apoyar a Israel, y aquellos del Oeste, que hacen un llamado más explícito a la protección de los derechos humanos palestinos.

Francia bajo llamas: El movimiento “Bloquemos Todo” desafía a Macron

Mientras la Unión Europea debate su postura ante Israel, Francia enfrenta una tormenta doméstica. Este 10 de julio, grupos de manifestantes bloquearon accesos a París, incendiaron buses en Rennes, obstruyeron líneas ferroviarias al suroeste y se enfrentaron a choques violentos con la policía. Todo esto horas después de que Lecornu asumiera formalmente como primer ministro.

La protesta tiene orígenes difusos, con organización en redes sociales cifradas y sin líderes claramente identificables. El paralelismo con el movimiento de los chalecos amarillos es obvio: ambos surgieron desde la base, nacieron del hartazgo popular y se oponen a políticas económicas que consideran injustas.

Entre sus reclamos, destacan la crítica al presupuesto de austeridad impulsado por el ex primer ministro François Bayrou, eliminado tras perder una moción de censura. La consigna es clara: “Eliminar el statu quo y poner contra las cuerdas a las élites políticas”.

El Ministro del Interior, Bruno Retailleau, informó de casi 200 arrestos y una fuerza policial de más de 80,000 agentes desplegados. Aun así, los manifestantes lograron paralizar sectores críticos y visibilizar el descontento generalizado en una sociedad que lleva años acumulando agravios: desde la reforma del sistema de pensiones, hasta el aumento del costo de vida y las tensiones raciales tras la muerte de un adolescente por disparos policiales en 2023.

El gigante farmacéutico que tambalea: Novo Nordisk despide a miles

En otro frente, la farmacéutica danesa Novo Nordisk, conocida por los innovadores medicamentos Ozempic y Wegovy, anunció este miércoles una reestructuración que afectará a 9,000 empleados, 5,000 de ellos en Dinamarca.

Mike Doustdar, CEO desde mayo de 2024, justificó la medida señalando que el mercado en el campo de la obesidad se ha tornado “más competitivo y orientado al consumidor”. Según explicó, esta reestructuración permitirá ahorrar más de 8 mil millones de coronas danesas (1.25 mil millones de dólares) y redirigir esos fondos a investigación y desarrollo.

La salida del CEO anterior, Lars Fruergaard Jorgensen, fue provocada por la pérdida de valor de las acciones frente al auge de su mayor competidor, Eli Lilly, que ha introducido fármacos similares con agresivas campañas de comercialización.

A pesar del ajuste, Novo Nordisk sigue siendo la compañía más valiosa de Europa, habiendo superado el PIB de Dinamarca tras el boom de sus tratamientos basados en semaglutida. Sin embargo, enfrenta el desafío de mantener su hegemonía sin sacrificar el compromiso social o la estabilidad de su fuerza laboral.

¿Una Europa desbordada?

Mientras las calles de París arden y las oficinas de Copenhague se vacían, las instituciones europeas debaten sobre guerras ajenas cuyos efectos pueden sentirse en Bruselas. Los tres focos de crisis —la guerra en Gaza, la agitación social en Francia y la reestructuración en Novo Nordisk— reflejan un continente en tensión que debe adaptarse para no fracturarse.

En palabras del filósofo francés Michel Foucault: “El poder no se detenta, se ejerce”. Hoy, tanto Ursula von der Leyen, como Emmanuel Macron y Mike Doustdar están ejerciendo ese poder en contextos conflictivos, conscientes de que cada decisión será escrutada con lupa por la opinión pública, los mercados y la historia.

Europa está en una balanza. ¿Hacia dónde se inclinará? La respuesta empieza en Gaza, pasa por París y podría decidirse en Dinamarca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press