El asesino de John Lennon y el eterno rechazo de la libertad condicional: ¿Redención posible o justicia perpetua?

Mark David Chapman ha sido negado por 14ª vez: un repaso al caso que conmocionó al mundo y que define los límites del perdón en la justicia penal

El 8 de diciembre de 1980 marcó un antes y un después en la historia de la música moderna. John Lennon, exintegrante de los Beatles y figura icónica de la paz y el cambio social, fue brutalmente asesinado frente a su domicilio en Manhattan por Mark David Chapman. Casi 44 años después, su asesino permanece tras las rejas, y su reciente intento número catorce por salir en libertad condicional ha sido nuevamente denegado por las autoridades penitenciarias del estado de Nueva York.

Una noche que sacudió al mundo

La noche de su muerte, Lennon regresaba a su departamento en el edificio Dakota junto a Yoko Ono. Horas antes, de forma tan irónica como cruel, había firmado un autógrafo a su futuro asesino en la portada del álbum “Double Fantasy”. Ese asesino era Mark David Chapman, un joven atormentado por conflictos internos, fanatismo religioso mal canalizado y el deseo de reconocimiento mediático.

Chapman, que en ese entonces tenía 25 años, disparó cinco veces. Cuatro balas penetraron el cuerpo de Lennon, quien fue declarado muerto poco después en el hospital Roosevelt. Chapman no intentó huir. Cuando llegó la policía, estaba sentado leyendo “The Catcher in the Rye”, de J.D. Salinger, un libro que él consideraba parte de su motivación distorsionada para cometer el crimen. Afirmó más tarde que se consideraba una especie de Holden Caulfield justiciero contra los hipócritas del mundo del espectáculo.

El juicio y la condena

Aunque numerosos expertos creían que Chapman presentaba serios indicios de enfermedad mental, su juicio incluyó una sorprendente declaración de culpabilidad. El 24 de agosto de 1981 fue sentenciado a 20 años a cadena perpetua en la cárcel de Green Haven, al norte de la ciudad de Nueva York, donde cumple condena hasta hoy. Desde el año 2000, ha tenido la posibilidad de solicitar la libertad condicional cada dos años.

Otra negativa de la junta de libertad condicional

El pasado 27 de agosto de 2023, Chapman, ahora de 70 años, enfrentó su catorceava audiencia ante la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York. La decisión fue unánime: denegación. La Junta todavía considera que "su liberación sería incompatible con el bienestar de la sociedad".

La transcripción completa aún no ha sido publicada, pero en ocasiones anteriores Chapman ha expresado su remordimiento públicamente. En 2020, confesó con crudeza: “Sabía lo que estaba haciendo y sabía que era malvado. Sabía que estaba mal, pero quería la fama con tanta intensidad que estuve dispuesto a darlo todo y quitar una vida humana. Lo siento. No lo culpo por odiarme.”

¿Puede el perdón tener límites?

El caso de Chapman levanta una pregunta persistente que divide no solo a juristas, sino también a la opinión pública: ¿Puede y debe alguien arrepentido de un crimen tan atroz ser perdonado? ¿O hay crímenes que simplemente no merecen redención?

Yoko Ono, viuda de Lennon, ha sido firme en su posición a lo largo de los años: Chapman no debe ser liberado, por el peligro simbólico y físico que representa para ella y el lugar que ocupa Lennon en la memoria colectiva global. Cada vez que se aproxima una revisión, su equipo legal emite una declaración formal argumentando esa postura y recordando que el dolor permanece vivo.

El peso del crimen icónico en el sistema penitenciario

Chapman no es el único reo que ha enfrentado una cadena perpetua mediática. Otros casos conocidos incluyen el de Sirhan Sirhan, asesino de Robert F. Kennedy, o el de James Earl Ray, quien asesinó a Martin Luther King Jr. Estos casos se parecen en un factor determinante: la identidad de la víctima.

Cuando el crimen toca a una figura amada o simbólica, las figuras del castigo, la justicia, el perdón y la rehabilitación se vuelven más complejas. Para muchos, las víctimas de Chapman no fueron solo Yoko Ono y Sean Lennon (hijo de John), sino millones de personas inconmensurables que vieron apagarse la voz de un pacifista cuando más necesaria parecía.

El resurgimiento cíclico de Lennon en la cultura popular

A pesar del trágico final físico de John Lennon, su legado se multiplica. Cada año, miles de fanáticos se congregan el 8 de diciembre en Strawberry Fields, el memorial ubicado en Central Park. Las flores siguen apareciendo, junto a guitarras abiertas, hojas con letras escritas a mano, encendedores y lágrimas.

Frases como “Give Peace a Chance” o “Imagine all the people living life in peace” perduran en la conciencia global. Y quizás esa trascendencia cultural es otro motivo —no dicho pero tácito— para no conceder la libertad a su asesino: la idea de que alguien que intentó silenciar ese mensaje no debe volver a influir o reaparecer fuera de ese contexto penal.

Una justicia inflexible pero simbólica

Desde el punto de vista técnico, Chapman ha cumplido los mínimos legales exigibles para presentar solicitudes de libertad. Ha mantenido buena conducta, no ha reincidido y muestra, a ojos de psicólogos carcelarios, un arrepentimiento aparentemente genuino. Sin embargo, el sistema penal estadounidense tiene la posibilidad discrecional de evaluar la peligrosidad no solo física, sino también simbólica, de un recluso al optar o no por su excarcelación.

Y es ahí donde Chapman parece haber quedado atrapado: no porque no haya cambiado (como él insiste), sino porque el crimen cometido fue tan grande que se volvió histórico. Y los crímenes históricos rara vez obtienen indulgencia.

El siguiente capítulo en 2027

La próxima solicitud de libertad condicional será en febrero de 2027. No se espera un resultado distinto, pero Chapman ha optado por continuar el proceso. ¿Lo hace porque aún mantiene esperanzas reales? ¿O porque entiende que es parte del proceso formal, aunque se sepa condenado de por vida?

La historia de su perdón —o la imposibilidad del mismo— se convierte, entonces, en un espejo donde nos vemos como sociedad: ¿somos capaces de perdonar genuinamente? ¿O hay acciones que nos obligan a hacer una excepción?

John Lennon creía en la paz, incluso en tiempos turbulentos. Quizás por ello el crimen de Chapman todavía despierta tanto rechazo: porque la víctima fue, más allá de su fama, una figura de paz. Y porque la violencia truncó algo que ni el tiempo ni la prisión parecen poder reparar del todo.

“Reality leaves a lot to the imagination.”
— John Lennon

Este artículo fue redactado con información de Associated Press