Inundaciones mortales en Bali: cuando el paraíso se convierte en tragedia

Más de una decena de muertos, desaparecidos y cuantiosas pérdidas materiales tras lluvias torrenciales en la isla indonesia

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Bali, una de las joyas turísticas del sudeste asiático, ha sido azotada por una catástrofe natural inesperada. Fuertes lluvias torrenciales provocaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra que se han cobrado la vida de al menos 11 personas, dejando a otras 13 desaparecidas. Mientras tanto, cientos de residentes han sido desplazados y los paisajes paradisíacos transformados en zonas de desastre.

La furia de la naturaleza en el corazón de Indonesia

Las precipitaciones comenzaron el lunes y provocaron estragos especialmente en dos regiones: la provincia de East Nusa Tenggara y la mundialmente famosa isla de Bali. Lo que parecía una temporada de lluvias normal rápidamente se convirtió en un diluvio destructivo.

En la localidad de Nagekeo, tres miembros de una familia fallecieron cuando su casa fue arrastrada. Cinco personas más continúan desaparecidas. Simultáneamente, en Bali, ocho personas fueron encontradas sin vida por los equipos de rescate y aún se buscan a otros ocho residentes.

Daños colosales: más allá de las cifras humanas

El agua ha roto el cauce de los ríos, afectando a 112 barrios. Ha habido deslizamientos en 18 zonas distintas dentro de los distritos de Karangasem, Gianyar y Badung. Bali ha enfrentado previamente situaciones de emergencia, pero esta es una de las más devastadoras de los últimos años.

El gobernador de Bali, Wayan Koster, detalló que lugares turísticos, hospitales y hasta restaurantes han tenido que operar con generadores luego del corte eléctrico.

“Este desastre también ha provocado pérdidas materiales significativas entre comerciantes y negocios del sector turismo”, declaró Koster.

Esfuerzos titánicos de rescate

Imágenes difundidas por las autoridades muestran un panorama desolador: vehículos flotando aguas turbias, ancianos y niños rescatados por soldados en botes inflables y techos de casas bajo el agua. Los rescatistas, liderados por Nyoman Sidakarya (jefe de la Agencia de Búsqueda y Rescate de Bali), trabajaban sin descanso entre el barro, escombros y estructuras colapsadas.

En el mercado de Kumbasari, cuatro personas fueron sorprendidas por la caída de un edificio, ahora desaparecido bajo las aguas. Los equipos de respuesta han estado obstaculizados por el terreno montañoso y las lluvias continuas, que hacen inestables las zonas altas de la isla.

Desplazados y pérdidas agrícolas

Al menos 800 personas han sido trasladadas a refugios temporales. Las inundaciones, que en algunas áreas alcanzan hasta 2.5 metros de altura, han devastado cultivos, granjas y recursos fundamentales de subsistencia.

Según Abdul Muhari, vocero de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, en Nagekeo no solo se han visto afectados los hogares. Dos puentes, oficinas gubernamentales y muchas hectáreas de terrenos agrícolas se han perdido. Los efectos se extienden sobre arrozales, plantaciones y ganado.

Una tragedia recurrente: el impacto del clima extremo en Indonesia

Indonesia sufre estos eventos con relativa frecuencia. Situada en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, sus condiciones climáticas tropicales hacen que las lluvias torrenciales y ciclones sean comunes entre septiembre y marzo.

Según estadísticas de la Agencia Nacional de Desastres, Indonesia ocupa el segundo lugar en Asia por la frecuencia de desastres naturales. Solo en 2022, se reportaron más de 3.000 incidentes climáticos, afectando a millones.

¿Qué está haciendo el gobierno?

El gobierno central ha movilizado recursos militares y sanitarios a las zonas más afectadas. Generadores eléctricos, kits de higiene, alimentos y agua potable se han distribuido en refugios.

No obstante, las infraestructuras deficientes y las construcciones en áreas de riesgo continúan siendo el mayor desafío. Muchas viviendas están ubicadas junto a ríos o en laderas vulnerables, lo que aumenta el impacto de eventos meteorológicos extremos.

Cambio climático: el enemigo invisible

Los expertos en climatología y biodiversidad han advertido constantemente sobre los efectos del cambio climático en países como Indonesia. Tal como menciona el estudio del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), el sudeste asiático podría experimentar aumentos de hasta un 30% en lluvias extremas este siglo.

La deforestación, la urbanización sin control y la transformación de zonas agrícolas en áreas residenciales aumentan la vulnerabilidad ante estos eventos.

¿Y el turismo, pilar económico de Bali?

Bali recibe anualmente más de 6 millones de turistas. Pero desastres como este tienen un impacto directo en su imagen como destino. La infraestructura turística, desde hoteles hasta atracciones naturales, ha sido golpeada. La incertidumbre puede frenar reservas y afectar la economía local, que depende casi exclusivamente del turismo.

Muchos visitantes se han visto atrapados en hoteles sin luz ni agua y, en algunos casos, sin salida por carreteras bloqueadas. El aeropuerto internacional Ngurah Rai mantiene operaciones, pero con retrasos y vuelos cancelados.

Lecciones dolorosas: vivir con la naturaleza

Las catástrofes nos recuerdan que, por muy avanzadas que sean nuestras sociedades, seguimos dependiendo del equilibrio ecológico. En Bali, esta tragedia debería abrir el debate sobre el desarrollo urbano sostenible, la resiliencia climática y la preparación para emergencias.

Como señalaba un líder comunitario local: “Convivir con la naturaleza exige respeto y planificación. De lo contrario, ella nos recordará con fuerza quién manda aquí.”

¿Qué sigue ahora?

Indonesia debe priorizar reformas en planificación urbana, inversiones en infraestructuras más seguras y sistemas de alerta temprana. La resiliencia no solo se mide en la recuperación, sino en la preparación para evitar lo evitable.

Mientras tanto, cientos de familias siguen esperando noticias de sus seres queridos, mientras miles más empiezan a reconstruir su vida pieza por pieza.

El paraíso puede tornarse en infierno en pocas horas, pero mostrar solidaridad y acción efectiva puede volver a encender la esperanza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press