La batalla por la democracia directa en Missouri: ¿puede el pueblo recuperar el control?

Activistas y legisladores se enfrentan por los mecanismos de participación ciudadana enmiendas constitucionales y nuevas barreras al poder popular

Una lucha por el alma de la democracia en Missouri

El estado de Missouri está siendo el epicentro de una intensa pugna política entre ciudadanos organizados y legisladores estatales en torno al derecho del pueblo a decidir sobre políticas públicas a través de iniciativas ciudadanas. Grupos activistas, como la coalición Respect Missouri Voters, acusan al Congreso estatal, dominado por la mayoría republicana, de buscar mecanismos para entorpecer y, en algunos casos, incluso neutralizar la capacidad ciudadana de efectuar cambios constitucionales.

Mientras tanto, desde la Legislatura proponen una enmienda constitucional que obligaría a las iniciativas ciudadanas a obtener una mayoría en cada uno de los ocho distritos congresionales del estado, una vara significativamente más alta que la actual regla de simple mayoría estatal. Este artículo examina las raíces, implicaciones y posibles desenlaces de este enfrentamiento democrático.

¿Qué está en juego?

Históricamente, 24 estados en Estados Unidos permiten alguna forma de democracia directa, es decir, mecanismos por los que los ciudadanos pueden proponer leyes o enmiendas constitucionales sin la intervención directa de los legisladores. De estos, solo en 16 se permite modificar la constitución estatal directamente mediante votación popular, y en la mayoría basta una simple mayoría estatal.

Pero en Missouri, esa modalidad está bajo ataque. En lo que va de 2025, los legisladores republicanos han promovido más de una docena de iniciativas encaminadas a dificultar el uso de iniciativas por parte de la ciudadanía. Entre ellas, se incluye la propuesta para elevar el umbral de aprobación requerido y establecer estándares regionales que no se exigen cuando es la propia Legislatura la que promueve cambios constitucionales.

Una tendencia creciente en todos los Estados Unidos

Según el Fairness Project, una organización progresista que apoya iniciativas ciudadanas en varios estados, en 2023 se introdujeron al menos 148 proyectos de ley en 15 estados para restringir el acceso a las urnas de las iniciativas ciudadanas, una cifra que representa casi el doble de los proyectos presentados hace apenas dos años.

En estados como Florida, las nuevas restricciones incluyen la imposición de cargos penales contra quienes recolecten más de 25 firmas sin registrarse como circuladores. En Dakota del Norte y del Sur se han promovido reformas que exigen un mínimo del 60% de votos para aprobar cualquier enmienda constitucional.

“Los legisladores han tomado medidas recurrentes a nivel nacional para restringir la capacidad de la ciudadanía de utilizar la democracia directa como un sistema de equilibrio del poder institucional”, comenta Dane Waters, fundador del Initiative and Referendum Institute de la Universidad del Sur de California.

La ofensiva legislativa en Missouri

La Cámara de Representantes de Missouri aprobó recientemente una propuesta de enmienda constitucional que modificaría significativamente las reglas del juego. Esta propuesta, que aún debe ser aprobada por el Senado, requeriría que cualquier enmienda promovida por iniciativa ciudadana sea aprobada tanto a nivel estatal como por mayoría en cada uno de los ocho distritos congresionales del estado.

Por el contrario, las enmiendas impulsadas por la Legislatura solo necesitarían la actual mayoría estatal simple. Esta doble vara ha sido criticada por activistas, expertos e incluso legisladores demócratas por considerarla prácticamente un sabotaje al proceso de enmiendas populares.

“En esencia, esta propuesta está diciendo: ‘vamos a matar el proceso de iniciativa popular’”, afirma Liz Kester, una de las organizadoras del movimiento Respect Missouri Voters, con sede en Columbia.

El argumento de los promotores de esta iniciativa legislativa, como el representante republicano Ed Lewis, es que este nuevo requisito aseguraría que las propuestas tengan apoyo tanto en áreas urbanas como rurales, promoviendo supuestamente un consenso más amplio. Pero críticos lo ven como un intento de garantizar que las minorías puedan vetar propuestas progresistas que tienden a tener más respaldo en zonas urbanas.

La respuesta ciudadana: “Respect Missouri Voters”

Como contrapeso, la coalición Respect Missouri Voters lanzó una campaña de recolección de firmas para llevar a votación su propia enmienda constitucional. La propuesta busca establecer que:

  • No se pueda exigir más que una simple mayoría estatal para aprobar una iniciativa.
  • La Legislatura no pueda dificultar el número de firmas necesarias ni modificar leyes aprobadas por iniciativa ciudadana sin someterlas nuevamente a consulta popular, y con una mayoría cualificada del 80% en ambas cámaras legislativas.

El objetivo del movimiento es recolectar alrededor de 300,000 firmas, muy por encima del mínimo requerido para aparecer en la boleta electoral. Una de las preocupaciones más mencionadas por los organizadores es que ambas propuestas –la del Legislativo y la del movimiento ciudadano– podrían aparecer en la misma boleta, generando confusión.

“Los políticos en Jefferson City están intentando engañar a los votantes para que se quiten sus propios derechos,” dijo Benjamin Singer, cofundador de la coalición.

Un patrón de desacato a la voluntad popular

Parte del enojo ciudadano proviene de ejemplos recientes en los que el Legislativo ha actuado en contra de iniciativas aprobadas por voto popular. En 2022, los votantes de Missouri aprobaron una iniciativa que otorgaba días de enfermedad pagados y otra que ampliaba el acceso al aborto. Ambas fueron atacadas desde la legislatura estatal que logró revertirlas o debilitarlas considerablemente.

Esta tendencia a deslegitimar el voto popular está creando un ambiente de indignación cívica creciente. John Billman, uno de los primeros firmantes de la nueva propuesta ciudadana, lo expresó con claridad:

“Estoy harto de que la Legislatura manipule lo que votamos, intentando deshacer la voluntad del pueblo por medios opacos,” declaró Billman durante un mitin en Jefferson City.

¿Democracia directa vs. representación legislativa?

Este conflicto reaviva un debate eterno en la política estadounidense: el equilibrio entre democracia directa y representación. Quienes apoyan las restricciones argumentan que las iniciativas impulsadas desde fuera del estado, financiadas por fondos nacionales, pueden imponer políticas no deseadas localmente. Es un argumento que ha ganado tracción en entornos conservadores y rurales.

Pero para muchos otros, la electricidad democrática que portan las iniciativas ciudadanas sirve como uno de los últimos recursos ante la desconexión entre la agenda de los legisladores y los deseos del electorado.

“No puedo lograr que ocho de mis familiares se pongan de acuerdo sobre qué cocinar en nuestra reunión, menos aún conseguir mayorías en ocho distritos para un cambio constitucional,” ironizó el representante demócrata Marty Joe Murray.

¿Qué sigue?

Ambas propuestas –la impulsada por la Legislatura y la ciudadana– podrían aparecer en la boleta electoral de 2026. Eso pondría a prueba no solo los mecanismos de democracia directa, sino también la capacidad del votante promedio para entender la maraña política diseñada para limitar su propia capacidad de acción.

El desenlace en Missouri podría tener implicaciones más allá de las fronteras del estado. En un contexto de creciente polarización política, debilitamiento de instituciones democráticas y hartazgo ciudadano, esta lucha se alza como un punto de inflexión para el futuro de la participación pública en los Estados Unidos.

En palabras de Benjamin Singer: “Este momento no es solo sobre Missouri. Es sobre si todavía creemos que el poder reside en el pueblo.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press