Oprah, Ralph Lauren y el Sueño Americano a Través de la Moda
Un desfile íntimo, una historia personal y la persistente influencia del diseñador que transformó la elegancia en patrimonio cultural
“¿Quieres ver mis toallas de Ralph Lauren?”, preguntó Oprah Winfrey a Barbara Walters en una anécdota que contó recientemente al llegar al desfile Primavera 2026 del diseñador estadounidense. Esa simple pregunta resume mucho más que un capricho textil: encapsula una historia de superación, identidad e inspiración en torno al emblemático sello de Ralph Lauren.
El evento, celebrado en el estudio de diseño del propio Lauren en la avenida Madison de Nueva York, congregó a celebridades y fanáticos por igual, en una oda a la estética clásica con un toque contemporáneo. Pero más allá de la pasarela, el acto fue una reafirmación del legado de un hombre —y una marca— que durante más de cinco décadas ha encarnado el ideal del sueño americano para millones.
Ralph Lauren: De El Bronx a emblema de elegancia global
Ralph Lifshitz, nacido en 1939 en El Bronx, hijo de inmigrantes judíos bielorrusos, transformó su nombre y, posteriormente, la industria de la moda estadounidense con un enfoque que entrelazaba tradición, lujo e identidad. Fundó la marca Ralph Lauren Corporation en 1967, comenzando con una simple línea de corbatas. Hoy su imperio incluye ropa, mobiliario, perfumes e incluso restaurantes.
Lauren elevó la moda americana a una declaración de estilo refinada pero accesible. Su sello —polo shirts, blazers impecables, elementos ecuestres y colores neutros como blanco, negro y azul marino— encontró eco en las aspiraciones de diversas generaciones.
Oprah y las toallas que significaron libertad
Para una Oprah adolescente nacida en la pobreza rural de Mississippi, comprar toallas Ralph Lauren una vez comenzó a ganar dinero representó la materialización tangible de su progreso. No era sólo una compra; era un símbolo. “Crecí viendo a Ralph Lauren como el estándar, no solo para vestir, sino para lo que significaba estar rodeada de belleza y excelencia”, declaró la icónica presentadora.
En un sentido más amplio, la declaración de Oprah refleja la importancia cultural de Lauren: su estética representa para muchos el ideal moderno de éxito, algo que Mindy Kaling también expresó durante el show, al recordar cómo su familia inmigrante veía la camisa Polo como una insignia de haberlo logrado en EE.UU.
Un desfile ‘íntimo’, un impacto global
Lauren, hoy de 85 años, optó esta vez por un escenario más minimalista en su estudio privado. Con sofás blancos y decoración sobria, presentó una colección que encarnaba su amor por lo eterno. Siguiendo su clásico estilo “menswear for women”, aparecieron chaquetas amplias pero ceñidas, sobre tops de bralette, combinados con pantalones anchos o faldas. Colores protagonistas: blanco impoluto y negro, con acentos de rojo en detalles como lazos o un vestido de gala.
Entre los accesorios destacaron collares de plata y sombreros enormes, mientras que la presencia de figuras como Nick Jonas, Usher, Laura Dern, Naomi Watts y Gayle King añadió glamour sin restar protagonismo a la esencia del evento: la ropa.
Ralph Lauren y la cultura pop: Taylor Swift como aliada
La conexión de Lauren con la cultura pop y las nuevas generaciones sigue siendo fuerte. David Lauren, hijo del diseñador y director de innovación de la marca, compartió su emoción por ver a Taylor Swift usando un vestido Polo Ralph Lauren en una publicación reciente —nada menos que una foto de compromiso junto a Travis Kelce. “Nos sentimos orgullosos de formar parte de un momento romántico en su vida”, dijo, subrayando cómo la marca ha sabido adaptarse sin perder su esencia.
Moda como diálogo cultural
El desfile fue más que una muestra de temporada; fue una conversación entre generaciones, entre cultura e identidad. Lauren ha sabido posicionar su marca como mediadora de valores estadounidenses: desde el clasicismo de los Hamptons hasta el espíritu aventurero del oeste texano, sus colecciones construyen un tejido simbólico que conecta historia, estilo y pertenencia.
No sorprende que figuras como Oprah y Kaling —ambas mujeres de color que desafiaron estadísticas— encuentren en Ralph Lauren no sólo una marca, sino un lenguaje estético que valida sus logros e historias.
¿Moda o mitología nacional?
Ralph Lauren ha creado mucho más que ropa; ha edificado un microcosmos aspiracional en el que lo americano es sinónimo de sofisticación. Las imágenes de campañas con caballos, campos abiertos y casas señoriales han penetrado el imaginario colectivo hasta lograr que, al menos visualmente, el sueño americano sea tangible.
Este desfile limitado en tamaño fue monumental en resonancia. No por las lentejuelas o gritos de fanáticos, sino por las narrativas que enmarca: Oprah, la mujer más influyente de los medios, reflejando cómo una prenda puede representar el poder de transformación socioeconómica. Taylor Swift, ícono millennial, integrando el estilo clásico en un momento clave de su vida amorosa. Y miles de espectadores, alrededor del mundo, asimilando estos símbolos como propios.
El futuro Ralph Lauren: ¿se puede seguir soñando?
Ante una industria cada vez más dominada por la moda rápida y la saturación de tendencias digitales, Ralph Lauren sigue firme defendiendo la permanencia. “Estilo es aquello que trasciende el tiempo”, ha dicho el diseñador. Y su desfile de Primavera 2026 fue un recordatorio de que en la era del algoritmo, la elegancia aún puede marcar la pauta.
Si bien los mercados evolucionan y los gustos cambian, Lauren representa un pilar de consistencia emocional para quienes ven en su marca no solo ropa, sino una promesa de existencia elevada. En palabras de Winfrey: “significa apreciar todo de tu propia vida”.
Ese es, quizás, el verdadero lujo.