Steve Biko: la nueva indagatoria que reabre viejas heridas del apartheid sudafricano
A casi medio siglo de su brutal asesinato bajo custodia policial, Sudáfrica vuelve a interrogar el pasado con la reapertura del caso Biko
Una herida sin cerrar: el legado de Steve Biko
Este septiembre se cumplen 47 años de la brutal muerte de Steve Biko, uno de los líderes más influyentes del movimiento contra el apartheid en Sudáfrica. Su trágico fallecimiento en 1977, bajo custodia de la policía, marcó un hito en la lucha por la dignidad de los negros sudafricanos y se convirtió en símbolo del terror institucionalizado. Hoy, el gobierno sudafricano ha anunciado la reapertura del caso, a través de una nueva indagatoria judicial.
En este artículo, exploramos el impacto de este anuncio no sólo en la familia de Biko, sino también en el proceso inacabado de justicia transicional en Sudáfrica. ¿Podrá esta nueva investigación entregar, aunque sea tardíamente, algo de verdad y reparación?
¿Quién fue Steve Biko?
Nacido en 1946 en King William’s Town, en el Cabo Oriental, Stephen Bantu Biko fue un revolucionario intelectual, médico en formación y organizador político. Fundó el Movimiento de Conciencia Negra en los años 60, una corriente que promovía el orgullo racial, la autodeterminación y la emancipación cultural de los sudafricanos negros.
Biko confrontó el sistema de apartheid desde una base filosófica profundamente influenciada por Frantz Fanon y figuras panafricanistas. La idea de que los oprimidos debían primero liberarse mentalmente de la subordinación antes de poder resistir físicamente, fue central a su pensamiento.
“La herramienta más potente en manos del opresor es la mente del oprimido” – Steve Biko
Su arresto y una muerte inhumana
El 18 de agosto de 1977, Biko fue arrestado por la Branca Especial de la policía sudafricana cerca de Grahamstown. Fue llevado a una celda donde se le mantuvo desnudo, encadenado y fue golpeado hasta sufrir una hemorragia cerebral fatal. Durante más de veinte días languideció sin atención médica adecuada. El 11 de septiembre fue llevado inconsciente en un viaje de más de 1,000 km hacia Pretoria, donde murió al día siguiente con 30 años de edad.
El informe oficial de la época adujo que se habría golpeado accidentalmente contra una pared. No se imputó a ningún oficial por su muerte, en lo que incluso en ese momento fue considerado una burla a la justicia.
Represión sistemática: no fue un caso aislado
Biko fue una de decenas de víctimas que murieron bajo custodia policial durante el apartheid entre los años 1960 y 1989. Casos como el de Griffiths Mxenge (abogado asesinado en 1981) o los Cradock Four (1985) son testamentos de un Estado que utilizó la fuerza letal contra opositores civiles. En muchos casos, las muertes fueron atribuidas a suicidios simulados o accidentes bajo custodia.
La Truth and Reconciliation Commission (TRC), instaurada en 1996 sigue siendo uno de los ejercicios más ambiciosos de justicia posconflicto. Aunque trajo cierto nivel de verdad pública, su modelo de “amnistía a cambio de confesión” dejó muchos crímenes impunes.
¿Por qué reabrir el caso ahora?
La Fiscalía Nacional sudafricana anunció que se registrará formalmente esta nueva investigación en la corte el mismo día del aniversario de la muerte de Biko, es decir, el 12 de septiembre de 2024. El objetivo declarado es “abordar las atrocidades del pasado y asistir con alivio a la familia Biko y la sociedad en su conjunto”.
Expertos y ciudadanos han alabado esta decisión, aunque con cierto grado de escepticismo. Han pasado casi cinco décadas. Muchos de los perpetradores han fallecido y las pruebas forenses originales están, en el mejor de los casos, desactualizadas.
¿Justicia simbólica o justicia real?
Se plantea una pregunta crucial: ¿es esta reapertura un intento de justicia auténtico o simplemente un gesto simbólico ante críticas crecientes sobre la inacción del gobierno en relación con los crímenes del pasado?
En los últimos años, Sudáfrica ha visto una creciente presión por parte de familias de mártires del apartheid y grupos de derechos humanos. El propio presidente Cyril Ramaphosa enfrentó críticas por inacción y por no destinar recursos suficientes a reabrir casos como el de Albert Luthuli, otro ícono asesinado en 1967 en circunstancias sospechosas.
Ramaphosa ha ordenado recientemente una investigación especial para determinar si miembros del aparato judicial y el Ministerio de Seguridad bloquearon de forma intencionada estos procedimientos en tiempos democráticos.
La memoria pública: Biko en cultura popular
La figura de Steve Biko ha pervivido más allá del activismo político o los libros de historia. En 1980, el artista británico Peter Gabriel lanzó la canción “Biko”, que se convirtió en un himno global contra el apartheid. El actor estadounidense Denzel Washington interpretó a Biko en la película "Cry Freedom", dirigida por Richard Attenborough en 1987, lo que llevó su historia a una audiencia internacional aún mayor.
Su rostro se ha impreso en murales, camisetas, estampillas postales y hasta en arte contemporáneo africano. El nombre “Biko” es sinónimo de resistencia, dignidad e integridad ideológica.
El papel de los archivos históricos
Parte del desafío de esta nueva investigación radica en reconstruir los hechos con base en documentación escasa, manipulada o clasificada durante décadas. Sin embargo, en los últimos años, organizaciones como South African History Archive y Open Secrets han contribuido significativamente a desempolvar este legado oculto.
Asimismo, la digitalización de testimonios de la TRC ofrece una base de datos crucial para fiscales, historiadores y activistas que buscan entender las dinámicas del sistema del apartheid a profundidad.
Opinión: ¿Qué podemos aprender de Biko hoy?
Más allá del proceso judicial, la reapertura del caso Biko permite a Sudáfrica y al mundo reexaminar las tensiones persistentes entre memoria histórica, justicia retrasada y reconciliación real. El discurso de Biko es tan pertinente hoy como en los años 70, en un mundo que sigue lidiando con el racismo estructural y la represión estatal.
La justicia postergada no significa justicia denegada si se trata con seriedad y profundidad. Pero requiere voluntad política, soporte institucional y el coraje moral de enfrentar la historia sin tabúes ni atajos.
La muerte de Biko no puede ni debe permanecer como una nota al pie trágica. Es un grito que todavía resuena entre generaciones. La mejor forma de honrar su lucha no es sólo a través de himnos ni películas, sino garantizando que su asesinamiento no quede impune para siempre.
“Podrás matar a un revolucionario, pero no puedes matar la revolución” – Huey Newton, cofundador de los Panteras Negras. Biko representó esa idea con su vida y, tristemente, con su muerte.