Zapad 2025: ¿Una simple demostración militar o un ensayo estratégico en la frontera con la OTAN?

Las maniobras conjuntas entre Rusia y Bielorrusia vuelven a agitar al este de Europa, mientras Ucrania, Polonia y los países bálticos encienden las alarmas ante una potencial amenaza

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Zapad 2025: Entre el simbolismo geopolítico y las sospechas bélicas

El inicio de los ejercicios militares conjuntos Zapad 2025 entre Rusia y Bielorrusia ha encendido nuevas preocupaciones en Europa del Este, especialmente entre Ucrania, Polonia, Lituania y Letonia. Aunque estas maniobras son, en principio, una práctica militar rutinaria, su contexto geopolítico y sus antecedentes han provocado una ola de especulación: ¿se trata de una simple demostración de fuerza o de un ensayo estratégico para futuras agresiones?

Las maniobras, que comenzaron el viernes y se extenderán hasta el 16 de septiembre, tienen como objetivo simular la defensa ante un ataque externo con acciones que incluyen bombardeos aéreos y operaciones de sabotaje. Según los Ministerios de Defensa ruso y bielorruso, las actividades principales se concentran en la ciudad de Barysaw, a unos 74 kilómetros de Minsk, aunque unidades menores van a operar cerca de las fronteras con Polonia y Lituania.

Un recuerdo amargo: antecedentes de 2022

El antecedente más inmediato de este tipo de maniobra no es menor: en febrero de 2022, apenas días después de las anteriores Zapad, Rusia lanzó su invasión a gran escala contra Ucrania, utilizando territorio bielorruso como cabeza de puente. Desde entonces, cualquier movimiento militar en esa zona genera ansiedad en las capitales vecinas y en las oficinas de la OTAN.

"Estos ejercicios obstaculizan los esfuerzos de paz y constituyen una amenaza directa no sólo para Ucrania, sino también para Polonia, los Estados bálticos y toda Europa", advirtió el Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano.

La tensión bélica llega a los cielos: drones rusos sobre Polonia

El miércoles anterior al arranque de Zapad 2025, las tensiones aumentaron otro nivel cuando Polonia denunció la incursión de varios drones rusos en su espacio aéreo. Algunos fueron derribados con ayuda de aliados de la OTAN y, según Varsovia, una parte considerable de ellos provenía de Bielorrusia.

El Primer Ministro polaco, Donald Tusk, calificó el hecho de "provocación" y aseguró que el llamado corredor de Suwalki —una franja de territorio que conecta Polonia con Lituania, y separa a Bielorrusia de Kaliningrado, el enclave ruso— está entre los objetivos de estas maniobras. La zona ha sido catalogada por expertos como un punto geoestratégico clave y un potencial foco de conflicto directo entre Rusia y la OTAN.

Disminución aparente del alcance, pero no sin riesgos

En un intento por desactivar la preocupación internacional, Bielorrusia ha insistido en que la magnitud del ejercicio este año será considerablemente menor. De los 13,000 soldados que originalmente participarían, la cifra ha sido reducida a la mitad, y se asegura que las maniobras se concentran tierra adentro, lejos de las fronteras.

Sin embargo, analistas del ámbito militar dudan de esta narrativa. Occidente estima que podrían participar entre 30,000 y 150,000 efectivos. En comparación, en Zapad 2021 el contingente alcanzó los 200,000 soldados. Esto reduce credibilidad a los cálculos oficiales ofrecidos por Minsk.

“Aunque no es obvio que se pueda reunir un contingente de combate listo en Bielorrusia en este momento, el hecho de que se ejerciten maniobras ofensivas siempre genera preocupación y reacciones negativas”, opinó Andrey Baklitskiy, investigador del Instituto de las Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarme (UNIDIR).

Nuevas dimensiones: el entrenamiento con armas nucleares

Uno de los elementos más controvertidos de Zapad 2025 es el entrenamiento en el uso de armas nucleares tácticas. El ministro de Defensa de Bielorrusia, Viktor Khrenin, declaró que los ejercicios incluirán la planificación para el uso de misiles rusos de alcance intermedio con capacidad nuclear, como el Oreshnik, que fue empleado por Rusia por primera vez en noviembre pasado durante ataques en Ucrania.

Putin prometió que estos misiles podrían ser desplegados en Bielorrusia en la segunda mitad de 2025, aunque bajo control exclusivo ruso. No obstante, se permitirá a Minsk seleccionar objetivos, lo que plantea preguntas inquietantes sobre los procedimientos de comando y las cadenas de mando en situaciones críticas con armas nucleares en juego.

¿Un giro estratégico de Lukashenko?

El presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko ha gobernado con mano de hierro por más de 30 años, apoyándose en subsidios y soporte político del Kremlin. Permitió que su territorio fuera utilizado para la invasión rusa a Ucrania y actualmente alberga misiles tácticos rusos con capacidad nuclear.

En los últimos meses, sin embargo, ha destacado por una narrativa algo contradictoria: liberaciones esporádicas de presos políticos, llamadas abiertas a la reconciliación con Occidente e incluso una conversación telefónica con Donald Trump, quien lo calificó como un “presidente altamente respetado”.

Ryhor Astapenia, director de la Iniciativa Bielorrusa en Chatham House, comentó: “Lukashenko está proyectando una narrativa de distensión, prometiendo influir en Putin y ofrecer concesiones políticas limitadas”.

NATO responde: ejercicios simultáneos y alerta permanente

Los países de la OTAN no se han quedado de brazos cruzados. Lituania ha anunciado maniobras paralelas mientras dure Zapad 2025, y Alemania coordina el ejercicio Quadriga 2025, que coincidirá en parte con las fechas de los ejercicios ruso-bielorrusos.

El Presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, ha afirmado que aunque los ejercicios parecen ser “dos o tres veces más pequeños” que en 2021, él y sus aliados estarán listos para cualquier tipo de sorpresa. A su vez, la ministra de Defensa lituana, Dovilė Šakalienė, confirmó que sus fuerzas estarán en constante vigilancia durante ese periodo.

“Estos ejercicios suponen una amenaza concreta —aunque tal vez indirecta— a la seguridad europea”, aseveró el Primer Ministro polaco Tusk. “Los movimientos militares en nuestras fronteras en este contexto tienen un profundo matiz provocativo.”

¿Teatro militar o preludio?

La historia reciente sugiere que detrás de ejercicios militares de gran tamaño pueden esconderse intenciones más agresivas. En el caso de Zapad 2025, su carácter no puede analizarse de forma aislada. La guerra en Ucrania, las tensiones con Polonia y Lituania, y la creciente militarización del flanco oriental de Europa obligan a mirar cada maniobra con lupa.

“Zapad 2025 no es solo entrenamiento. Es una demostración simbólica de preparación y firmeza frente a la OTAN y un aviso para enemigos internos y externos”, afirmó Alexander Alesin, analista militar bielorruso. Y añadió: “Incluso si nada ocurre durante estos ejercicios, su efecto psicológico en las cancillerías occidentales ya es importante”.

La geopolítica moderna está marcada por gestos. Y cuando esos gestos incluyen armas nucleares, unidades de combate junto a la frontera y maniobras conjuntas entre regímenes autoritarios, el mundo observa con cautela. Europa se prepara, sin saber si este es solo otro acto en un teatro militar o el preludio de un nuevo capítulo en la historia de sus conflictos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press