Bert Berns: El genio detrás del soul y el rock que nunca conociste

Del anonimato al Salón de la Fama: El legado inmortal del creador de himnos como 'Twist and Shout' y 'Piece of My Heart'

Un héroe olvidado del rock y del soul americano

Durante décadas, el nombre de Bert Berns estuvo relegado a las notas al pie de los discos clásicos de los años 60. Sin embargo, su influencia en la música popular es comparable a la de leyendas como Phil Spector o Berry Gordy. Con una vida truncada a los 38 años, Berns dejó un legado asombroso: fue el autor, productor y visionario detrás de algunos de los hits más icónicos del siglo XX. Y aunque tardó, finalmente su obra ha recibido el merecido reconocimiento: una flamante incorporación al Salón de la Fama de los Compositores.

Una vida corta, un impacto eterno

Bert Berns nació en 1929 en Nueva York, hijo de inmigrantes rusos. Su juventud estuvo marcada por una enfermedad cardíaca de origen reumático —un diagnóstico que le hizo vivir con urgencia y pasión. Esa energía la canalizó hacia la música. Como compositor, Berns coescribió himnos inmortales como:
  • “Twist and Shout” – popularizado por The Isley Brothers y más tarde por The Beatles.
  • “Piece of My Heart” – inmortalizado por Janis Joplin.
  • “Cry to Me” y “Everybody Needs Somebody to Love” – interpretados por Solomon Burke.
  • “Hang On Sloopy” – un éxito de The McCoys.
  • “Brown Eyed Girl” – primer gran éxito de Van Morrison.
Y eso es solo una muestra.

El ojo visionario: de Van Morrison a Led Zeppelin

Como productor y ejecutivo, Berns no solo firmaba cheques; hacía historia. Fundó Bang Records en 1965 junto a gigantes de Atlantic Records (Ahmet y Nesuhi Ertegun, y Gerald Wexler). Bang sería la casa de artistas como Van Morrison, con quien Berns tuvo una relación artística tan fructífera como conflictiva. De hecho, fue bajo su producción que Morrison lanzó "Brown Eyed Girl", tema que aún suena en las radios de todo el mundo. Incluso su ojo estaba puesto en el rock más duro. Fue Berns quien recomendó al joven guitarrista Jimmy Page a la familia de Atlantic, allanando el camino para el fichaje de Led Zeppelin. El grupo le dedicaría más tarde una canción: “Baby Come on Home (Tribute to Bert Berns)”, aunque su publicación fue póstuma, en 1993.

Una noche de justicia musical

En junio de 2024, el Salón de la Fama de los Compositores reparó una injusticia histórica al inducir a Bert Berns entre sus miembros. La ceremonia, celebrada en el club cabaret 54 Below de Nueva York, incluyó homenajes en video de Paul McCartney, Van Morrison, Steve Miller y Steven Van Zandt. Fue presentada por Paul Shaffer, junto a los hijos del homenajeado, Brett y Cassandra Berns. Van Zandt lo resumió con una frase contundente: “Bert Berns murió tan joven, tan trágicamente joven, que incluso dentro de la industria solo los iniciados sabían de él. Fue un talento fenomenal”.

De Bang a Shout: la revolución discográfica de Berns

Además de Bang Records, Berns fundó otra etiqueta legendaria: Shout Records, especializada en R&B y soul. Allí, bajo su tutela, despuntaron artistas que trascendieron su tiempo. Uno de los ejemplos más vibrantes es el grupo The Drifters, con quienes produjo “Under the Boardwalk”, incluida en la lista de Rolling Stone de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. Bang, cuyo nombre combinaba las iniciales de Berns y sus socios, también firmó a artistas como Neil Diamond. Éxitos como “Solitary Man” y “Kentucky Woman” fueron algunos de los primeros pasos de Diamond que, con el tiempo, se convertiría en leyenda.

Reconocimiento tardío pero merecido

En 2010, la grabación original de “Twist and Shout” fue incluida en el Salón de la Fama de los GRAMMY. Seis años después, Berns fue admitido en el Rock & Roll Hall of Fame, y en 2017 se estrenó el documental “BANG! The Bert Berns Story”, donde figuras como Paul McCartney, Keith Richards y Ben E. King hablan de su colosal pero ignoto legado. Como si fuera poco, su vida también fue llevada a las tablas del teatro con “Piece of My Heart: The Bert Berns Story”, una producción de Broadway con libreto de Daniel Goldfarb y producción de Steven Van Zandt y Paul Shaffer. La crítica fue entusiasta, y el público redescubría, canción tras canción, la grandeza camuflada de este arquitecto musical.

Un sonido con alma... y corazón enfermo

“La música de Bert tenía dolor, alegría, deseo, furia. Tenía alma”, escribió el periodista Joel Selvin en su biografía “Here Comes the Night: The Dark Soul of Bert Berns and the Dirty Business of Rhythm & Blues”. Esa "alma oscura" probablemente derivaba de su enfermedad. Consciente de su limitación de tiempo, Berns vivió con el pedal a fondo. Su hija Cassandra ha dicho en entrevistas que su padre escribía como si cada canción fuera la última. “Cuando compones sabiendo que vas a morir joven, le pones todo”, concluye.

¿Por qué no lo conocías?

Berns pertenece a ese panteón de creadores ocultos detrás del telón. Mientras otros se llevaban el reconocimiento en portada, él firmaba los cheques, escribía las melodías o armaba los acordes en la penumbra. Su nombre está en los créditos, pero no en los titulares. En una era donde los productores como Rick Rubin, Max Martin o Jack Antonoff tienen fama de rock stars, la figura de Berns cobra nueva relevancia. Fue un pionero del productor-compositor moderno, con visión y olfato.

El pater mundi del R&B moderno

Berns fue algo más que un compositor: fue puente entre géneros. Mezcló el soul sureño con el pop neoyorquino, el R&B afroamericano con la sensibilidad comercial blanca. Creó híbridos antes de que MTV los popularizara y entendía al oyente como pocos. Hoy, líneas de sus canciones siguen apareciendo en películas, series y anuncios. Su densidad emocional sigue intacta. Su urgencia vital aún resuena. Y aunque se fue hace más de medio siglo, finalmente su genio ha sido reconocido por la historia oficial de la música. Educar al oído contemporáneo sobre Bert Berns no es solo una tarea cultural, es un acto de justicia musical.
“Cualquier persona que haya cantado a todo pulmón ‘Twist and Shout’, se haya quebrado con ‘Piece of My Heart’ o haya bailado bajo el sol con ‘Brown Eyed Girl’, ya ha escuchado a Bert Berns. Solo faltaba que lo supiera.”

Para escuchar algunas de sus composiciones más emblemáticas, puedes revisar esta playlist en Spotify que recopila su trabajo como productor y compositor.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press