Fútbol bandera rumbo a los Juegos Olímpicos de 2028: ¿quién tiene lo necesario para representar a EE.UU.?

Un nuevo deporte olímpico: fútbol sin contacto, muchas habilidades

El fútbol bandera (o flag football) ha sido oficialmente aceptado como deporte olímpico para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Esta noticia ha generado una ola de entusiasmo entre los aficionados al fútbol americano, jugadores profesionales y atletas de otras disciplinas, quienes ahora vislumbran una nueva oportunidad para representar a su país en el mayor escenario deportivo del planeta.

USA Football, la organización encargada de la selección nacional, ya está perfilando a los futuros integrantes de una selección que seguramente atraerá los reflectores. Pero, ¿qué habilidades se necesitan? ¿Está limitado a jugadores de la NFL? ¿Qué tan diferente es del fútbol americano tradicional?

Más allá de la NFL: una cantera diversa y versátil

Aunque los jugadores de la NFL tienen luz verde para participar en los Juegos Olímpicos —tras un voto unánime en mayo de 2023—, el proceso no será tan directo.

“No todos los atletas van a entender las complejidades del fútbol bandera”, afirma Charles Torwudzo, jefe de personal de jugadores en USA Football. “La comprensión del juego, el IQ futbolístico, cuenta muchísimo”.

El fútbol bandera es más que fuerza y velocidad. Es agilidad, toma de decisiones milimétrica, movimientos sin contacto y, sobre todo, versatilidad. En este deporte no hay tacleadas ni bloqueos. Tocar al oponente físicamente es penalización.

Requisitos del fútbol bandera: más que habilidad física

¿Qué define a un jugador de élite en fútbol bandera? La respuesta, según USA Football, está en una serie de indicadores clave de rendimiento (KPI):

• Explosividad (burst)
• Transición de cadera (hip transition)
• Control corporal
• Lectura de juego y ejecución

Además, se utilizan tecnologías como Catapult, un dispositivo usado en el entrenamiento profesional, que mide desde el ritmo cardíaco hasta la velocidad en tiempo real.

Pero más allá de todo esto, hay una métrica más sencilla que suele decirlo todo: la capacidad de hacer jugadas.

Un universo de talento diverso

Los ojos de USA Football no están solo puestos en la NFL. De hecho, muchos jugadores especializados en fútbol bandera han sido parte fundamental de la dominación estadounidense en los campeonatos mundiales de la IFAF (International Federation of American Football), donde el equipo masculino ha ganado cinco torneos consecutivos.

Jugadores como Tyler Davis, quien ha pasado por ligas como la CFL, GFL, la NFL y actualmente compite con la selección nacional, y Laval Davis, velocista universitario del SWAC que encontró su lugar como receptor y pass-rusher, son solo dos ejemplos del tipo de atleta multidisciplinario que puede destacar en esta disciplina.

Igualmente, hay curiosidad desde dentro de la NFL. Joey Blount, safety de los Arizona Cardinals, ha mostrado interés en la competencia, especialmente porque su compañero de universidad, Sean Moore, ya forma parte del sistema de flag football. “¿Fútbol puede llevarme a los Juegos Olímpicos? Me encantaría hacerlo”, dijo Blount.

Adaptarse o morir: diferencias clave entre football y flag football

La mayor diferencia entre ambos estilos es clara: cero contacto. No hay tacleadas ni bloqueos, y acciones comunes como poner la mano sobre un receptor o empujar con el brazo (stiff-arm), están completamente prohibidas.

La dimensión del campo también cambia: es aproximadamente la mitad del campo tradicional de fútbol americano. Y con eso, los esquemas tácticos, la velocidad de reacción y los desplazamientos adquieren un valor supremo.

Estrellas olímpicas del pasado… pero en otros deportes

Si bien muchos jugadores NFL han representado a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, nunca lo han hecho en un deporte relacionado al fútbol. Algunos nombres famosos:

• Jim Thorpe – Oro en atletismo (1912), posteriormente jugador de football profesional
• Bob Hayes – Oro en 100 metros y relevos 4x100 en Tokio 1964, luego campeón del Super Bowl con los Dallas Cowboys
• Herschel Walker – Participó en bobsled en Lillehammer 1992
• James Jett y Michael Carter – Atletas olímpicos antes de llegar a la NFL

Ahora, el fútbol bandera les da a los jugadores la oportunidad inédita de representar a su país en el mismo deporte en el que brillan en la liga profesional.

¿Qué pasará con los tiempos de la NFL?

Uno de los dilemas por resolver es el conflicto entre el calendario olímpico y el de la NFL. Los Juegos Olímpicos generalmente se celebran en julio y agosto, por lo que los jugadores estarían en plena etapa de training camp.

David White, director interino de la NFLPA (Asociación de Jugadores de la NFL), comentó que aún no han entrado en negociaciones formales con la liga, pero que muchos jugadores desean representar a EE.UU. “Nuestros jugadores son como cualquier otro ciudadano americano. Muchos saltarían de emoción ante la oportunidad de representar a su país”.

La oportunidad perfecta para atletas versátiles

El fútbol bandera también ha funcionado como una especie de punto de encuentro entre disciplinas. Algunos atletas provienen de rugby, lacrosse o atletismo. Su capacidad de reacción, explosividad y adaptabilidad les otorga una ventaja importante.

Laval Davis lo explica claro: “Siempre me preguntan cómo es el fútbol bandera. Les digo que es diferente. Aún es fútbol, pero con movimientos y esquemas completamente distintos”.

Cuando se le pregunta sobre cuál sería el jugador ideal para competir en los Olímpicos, responde sin dudar:

“Alguien con disposición para aprender, que esté dispuesto a hacer lo que sea necesario por el equipo. Lo importante es que, cuando llaman tu número, tengas la capacidad para ejecutar”.

Un futuro dorado está por comenzar

La llegada del fútbol bandera a los Juegos Olímpicos puede marcar un antes y un después en la internacionalización del fútbol americano en su versión sin contacto. Ya sea con estrellas de la NFL, leyendas retiradas, jóvenes promesas o atletas que provienen de otras disciplinas, está claro que el nivel competitivo será altísimo y el sueño olímpico más vivo que nunca.

Y como dice Joey Blount: “Ganar una medalla de oro para mi país… sería increíble”.