Lisa Cook y la Independencia de la Reserva Federal: La lucha política detrás de la política monetaria

Entre acusaciones, decisiones judiciales y presiones políticas, el futuro de una influyente economista revela tensiones peligrosas entre el poder ejecutivo y la autonomía del banco central de Estados Unidos

¿Quién es Lisa Cook?

Lisa Cook se convirtió en una figura clave de la economía estadounidense al ser designada como miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (Fed) en 2022. Economista con una sólida trayectoria académica, Cook fue la primera mujer afroamericana en ocupar ese cargo en los 109 años de historia del banco central estadounidense.

Su designación fue vista como histórica y progresista, pero también controversial. En un momento de alta polarización política en EE.UU., el nombramiento de Cook se convirtió en una causa celebrada por los demócratas y motivo de críticas feroces entre los republicanos, especialmente los alineados con el expresidente Donald Trump.

Acusaciones de fraude hipotecario y el intento de despido

Desde que se unió a la Fed, Cook ha mantenido un perfil técnico y ha participado activamente en las discusiones sobre las tasas de interés, uno de los instrumentos más poderosos para influir sobre el rumbo de la economía. Sin embargo, su papel técnico fue eclipsado recientemente por controversias judiciales.

Donald Trump intentó destituirla de su cargo el 25 de agosto de 2025, bajo la acusación de presunto fraude hipotecario. Según el reclamo presentado por su equipo legal, Cook habría declarado dos propiedades como residencias principales en 2021, antes de asumir su rol, lo cual podría haberle otorgado beneficios fiscales indebidos.

Cook ha negado de forma categórica estas acusaciones, calificándolas como ataques políticos sin fundamento.

La defensa de la independencia del banco central

El intento de remoción fue rápidamente bloqueado por la jueza federal Jia Cobb, quien sentenció que Cook no podía ser destituida sin una causa legal válida, tal como establece la legislación que protege a los miembros de la Fed. Su fallo fue claro: la supuesta conducta de Cook ocurrió antes de asumir el cargo, lo que no constituye una causa para destitución bajo los estatutos.

En palabras de la jueza Cobb: “El estándar de ‘causa’ se limita a conductas mientras se ejerce el cargo. La administración no ha demostrado que la gobernadora Lisa Cook haya sido culpable de mala conducta como funcionaria de la Reserva Federal.”

La respuesta del equipo de Trump

No satisfecho con la decisión, el equipo legal de Trump apeló con urgencia, buscando revertir el fallo antes de la próxima reunión de política monetaria de la Fed, programada para el martes siguiente. Argumentaron que los hechos, aunque previos a su designación, ponen en duda su confiabilidad y su capacidad para ser una "administradora responsable" de la economía nacional.

Este movimiento encendió las alarmas en el seno de la comunidad financiera y académica, que vio en esta acción un grave intento de politizar una institución que históricamente ha gozado de importante independencia del poder ejecutivo.

Por qué es tan importante la independencia de la Fed

En la arquitectura institucional de EE.UU., la Reserva Federal es una entidad semiautónoma. Su independencia permite tomar decisiones técnicas —por ejemplo, subir o bajar tasas de interés— sin interferencias políticas que puedan perseguir objetivos electorales o partidistas.

Como apuntó el expresidente de la Fed, Ben Bernanke, ganador del Premio Nobel de Economía:

“La independencia del banco central es esencial para mantener la estabilidad de precios y la credibilidad de la política monetaria.”

La manipulación del banco central desde el poder político suele tener consecuencias graves, como inflación descontrolada, pérdida de confianza de los inversionistas y colapsos financieros, como se ha visto históricamente en países como Argentina, Turquía y Venezuela.

La ironía histórica del caso Cook

El intento de remover a Cook se da justo cuando la Fed enfrenta una de las situaciones más desafiantes de su historia moderna: la tarea de controlar la inflación —que alcanzó picos del 9.1% en 2022, su nivel más alto en 40 años— sin frenar el crecimiento económico ni causar una recesión.

En medio de esa coyuntura técnica compleja, las presiones políticas se presentan como una distracción peligrosa. Más aún, si se considera que, tradicionalmente, presidentes como Eisenhower, Reagan y Obama evitaron interferencias directas en el accionar de la Fed, incluso en momentos críticos.

¿Qué está en juego en la reunión de la Fed?

La disputa legal podría tener consecuencias inmediatas: Cook es uno de los miembros con voto en la próxima reunión de política monetaria, donde se espera que la Fed recorte su tasa de interés de referencia, probablemente en 25 puntos base, dejándola cerca de 4.1%, según analistas de Bloomberg y Reuters.

Un intento exitoso de expulsarla antes del voto podría alterar los equilibrios internos del comité y enviar un mensaje erróneo al mercado sobre la politización del proceso, lo cual afectaría la estabilidad del dólar y las tasas de los bonos del Tesoro de EE.UU.

Reacciones desde la comunidad económica y política

Numerosos economistas y figuras políticas se han pronunciado en contra del intento de destitución. La senadora demócrata Elizabeth Warren declaró recientemente:

“Intentar moldear el Comité de la Fed con fines partidistas debilita la credibilidad del banco central e incrementa el riesgo de una crisis futura.”

Incluso algunos conservadores moderados han mostrado incomodidad con esta estrategia, señalando que la medida podría sentar un precedente peligroso. Thomas Hoenig, exvicepresidente de la Fed de Kansas City, comentó:

“No deberíamos abrir la puerta a que cada administración destituya a los miembros que no favorecen su visión económica.”

¿Y si Cook fuera removida?

Más allá del caso personal de Lisa Cook, este conflicto pone bajo la lupa la fragilidad de las normas que protegen a los órganos técnicos del Estado de la intromisión política. Si la apelación de Trump prosperara, podría desencadenar una cascada de consecuencias:

  • Pérdida de confianza en el dólar estadounidense como "activo refugio"
  • Retroceso de los bonos del Tesoro
  • Mayor dificultad para la Fed de tomar decisiones impopulares si percibe que su independencia está amenazada

Podría, también, impulsar legisladores a reforzar la legislación que delimita las condiciones bajo las cuales un gobernador de la Fed puede ser removido. Algo que hasta ahora se daba por sentado.

¿Una jugada electoral?

Algunos expertos señalan que este intento podría formar parte de una estrategia más amplia del expresidente Trump para ganar hegemonía en organismos clave del Estado de cara a las elecciones de 2026. En años recientes, Trump ha hecho explícito su deseo de "moldear" a la Fed para que coordine con su agenda económica, una visión opuesta a la doctrina económica dominante.

En 2023, The Wall Street Journal informó que Trump planeaba desplazar a sus críticos dentro de organismos técnicos usando interpretaciones laxas de la cláusula de "desempeño por causa justificada". El caso Cook podría ser apenas el comienzo.

Más allá de Cook: ¿la Fed entrará en la tormenta política?

Mientras el mundo observa con lupa lo que ocurre en la principal economía global, los mercados están atentos a si Estados Unidos sigue defendiendo la independencia de sus instituciones económicas o si entra en la peligrosa curva de la politización sistemática.

Lisa Cook, mientras tanto, se mantiene en silencio público, asistiendo a sus reuniones y cumpliendo sus deberes, defendiendo con hechos su permanencia y su derecho a servir, mientras una batalla política y judicial se libra en su entorno inmediato.

En este contexto, recordar las palabras del expresidente de la Fed, Paul Volcker, parece más que pertinente:

“Hay pocas decisiones más destructivas para una economía que politizar la política monetaria.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press