Rebeldía en uniforme: Soldados israelíes dicen no a la guerra en Gaza

El creciente movimiento de objeción dentro del ejército israelí amenaza con cambiar el rumbo del conflicto en Medio Oriente

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Una desobediencia sin precedentes

En medio del conflicto persistente entre Israel y Hamas, un fenómeno inédito comienza a ganar fuerza: soldados israelíes y sus madres están desafiando abiertamente las órdenes de servir en Gaza. Aunque el número de objetores sigue siendo reducido, su impacto moral y político se amplifica en una sociedad fuertemente militarizada y profundamente fracturada.

La reciente convocatoria de 60,000 reservistas para una nueva ofensiva en Gaza ha encendido alertas dentro y fuera de Israel. Este llamado masivo al servicio —el mayor en meses— se da en un contexto de agotamiento, creciente escepticismo sobre el propósito de la guerra, y una presión social que está desgarrando el tejido nacional.

Madres en pie de lucha: el resurgimiento de un movimiento poderoso

El grupo llamado Save Our Souls (SOS), formado por madres de soldados, ha tomado protagonismo en las protestas domésticas contra la guerra. Inspirado en movimientos similares que en el pasado ayudaron a terminar la ocupación israelí del sur de Líbano en el año 2000, SOS está intentando darle voz al sufrimiento silencioso de sus hijos en la línea de fuego.

No podía parar de pensar cómo herirlo para evitar que regresara”, confesó entre lágrimas Noorit Felsenthal-Berger, madre de dos soldados, mostrando la desesperación que motiva a muchas mujeres a enfrentarse al sistema militar.

Fatiga en el frente de batalla

La moral de los soldados está en declive. Avshalom Zohar Sal, un médico militar de 28 años, es uno de los más de 360 militares organizados bajo el colectivo Soldiers for Hostages. Su relato describe a soldados desmotivados, inseguros, confundidos sobre los objetivos reales de su misión y temerosos de una muerte que creen será en vano.

Volvemos a los mismos sitios una y otra vez. Esto ya no tiene sentido”, aseguró Zohar. “No me hagan decidir otra vez si arriesgar mi vida”.

La organización a la que pertenece no solo denuncia la futilidad estratégica de la guerra, sino también el riesgo extremo al que se expone a los 48 rehenes restantes —20 de los cuales se presume están vivos— al escalar las acciones militares.

Netanyahu y la política de guerra

A medida que la guerra se prolonga, aumentan las voces que acusan al primer ministro Benjamin Netanyahu de manipular el conflicto con fines políticos. Son muchos los que creen que Netanyahu retrasa deliberadamente un acuerdo con Hamas para repatriar a los rehenes y evitar así un debilitamiento de su poder.

Max Kresch, vocero de Soldiers for Hostages, fue directo en sus acusaciones durante una rueda de prensa en septiembre:

La guerra de agresión de Netanyahu pone en riesgo a nuestros rehenes y ha destrozado la sociedad israelí, mientras asesina, mutila y condena al hambre a toda una población civil en Gaza”.

Cifras que incomodan

  • Más de 450 soldados israelíes han muerto desde el inicio de la invasión terrestre en Gaza.
  • Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 64,000 palestinos han perdido la vida desde octubre de 2023, cerca de la mitad de ellos mujeres y niños.
  • Un reciente sondeo del Instituto de Democracia de Israel reveló que el 66% de la población israelí, incluyendo el 60% de judíos, apoya un acuerdo que implique la liberación de rehenes y la retirada total de Gaza.
  • La objeción militar ha derivado en al menos tres penas de prisión por rehusarse a servir.

El tabú de objetar el servicio militar

En Israel, donde el servicio militar es obligatorio para casi todos los hombres judíos, objetar el deber ha sido históricamente visto como un acto de traición. La sociedad israelí ha forjado su identidad nacional en torno al ejército, y la desobediencia dentro de las filas aún es considerada una línea roja.

Aun así, la brecha entre la narrativa oficial y la percepción ciudadana se amplía. La resistencia civil se fortalece en un contexto de descontento generalizado por la exención de los hombres ultraortodoxos, que no realizan el servicio militar, lo que ha generado divisionismo y resentimiento.

Entre la ideología y la supervivencia

El dilema moral de los soldados va más allá de la disciplina militar; muchos no ven propósito en participar en una guerra que creen injusta o politizada. Las cicatrices mentales del servicio —culpas, traumas, decisiones difíciles— están presentes en quienes han combatido.

Cuando seis rehenes murieron cerca de donde yo estaba, me sentí culpable. Sentí que fue mi culpa”, recuerda Zohar, dejando en evidencia el peso que deben cargar los jóvenes militares.

Maternidad como activismo político

Los testimonios de las mujeres organizadas en SOS no solo son declaraciones de protesta, sino ejercicios profundos de maternidad. Yifat Gadot, madre de un soldado de 22 años, intenta proteger a su hijo de una guerra que considera sin sentido:

Nosotras, las madres, haremos todo lo que podamos para sacarte de Gaza y salvarte de esta guerra política”, relata que le dijo.

Estas madres están creando una narrativa nueva de empoderamiento político femenino, alejándose del rol pasivo tradicional y asumiendo una posición clara contra el militarismo excesivo.

Un país dividido y agotado

El conflicto ha dejado una nación embebida en contradicciones. Por un lado, está el dolor profundo causado por el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1,200 israelíes y 251 fueron secuestrados. Por otro, la creciente percepción de que la respuesta militar ha sido desmedida, prolongada e incapaz de resolver nada de fondo.

La comunidad internacional también ha alzado la voz. Las imágenes de muerte, destrucción y hambre en Gaza han derivado en fuertes críticas sobre la estrategia israelí, la cual está cada vez más aislada diplomáticamente.

¿Qué sigue para Israel?

Aun cuando la objeción dentro del ejército no detiene por ahora los operativos, demuestra señales de fractura dentro de uno de los pilares más sólidos de la sociedad israelí. Las voces de soldados, madres y ciudadanos están comenzando a cuestionar lo que por décadas fue incuestionable.

Mairav Zonszein, analista del International Crisis Group, advierte:

Empujar a los soldados en un país profundamente dividido a seguir combatiendo puede tener un impacto duradero en la capacidad de defensa de Israel”.

En efecto, cuando la sacralidad del uniforme empieza a deteriorarse desde dentro, no solo se debilita la estructura militar, sino también la cohesión nacional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press