Amenaza fantasma: El terror de las falsas alarmas en universidades estadounidenses

El fenómeno del 'swatting' se intensifica, sembrando el miedo entre estudiantes y saturando a las fuerzas de seguridad. ¿Cómo detener esta escalada de caos digital convertido en pánico real?

El auge del 'swatting': una peligrosa forma de terror moderno

En las últimas semanas, cerca de 50 campus universitarios de Estados Unidos se han visto afectados por falsas amenazas de violencia armada, generando situaciones de pánico absoluto en instituciones educativas desde Kansas hasta Arkansas. Esta peligrosa tendencia conocida como swatting —llamadas falsas diseñadas para movilizar unidades de élite como SWAT bajo pretextos fabricados— se ha convertido en un fenómeno en expansión, impulsado por comunidades extremistas en línea y un sentido distorsionado del entretenimiento.

¿Qué es el 'swatting' y por qué debería preocuparnos?

El término surge del acrónimo SWAT, que identifica a los equipos tácticos especializados de la policía. El objetivo del swatting es simular una situación de alto riesgo —como tiroteos, amenazas de bomba o secuestros— con el fin de activar una respuesta inmediata y desproporcionada por parte de las fuerzas del orden.

Estos falsos reportes no son nuevos. En la década de los 90, comenzaron a circular llamadas de broma sobre bombas en escuelas o centros comerciales, pero el fenómeno moderno tiene un componente digital alarmante. El FBI ha advertido que el swatting está creciendo a un ritmo sin precedentes. Desde la creación en 2023 de un centro para documentar estos incidentes, se han recopilado miles de casos provenientes de cientos de agencias de cumplimiento de la ley en todo el país.

Según Keven Hendricks, experto en cibercrimen y capacitador de cuerpos policiales, el swatting moderno se ha transformado en una expresión del nihilismo digital: “

Queremos pensar que hay alguna causa detrás, pero lo hacen solo porque les parece divertido. Lo hacen por las risas
”.

El caso de Kansas State University: una lección sobre cómo detectar un swat

El pasado mes, la Universidad Estatal de Kansas fue blanco de un intento de swatting que terminó siendo un caso de estudio en cómo identificar estas amenazas. El llamado fue dirigido a un número no emergente de la policía, y eso fue la primera bandera roja. Las verdaderas emergencias siempre llegan al 911, cuya geolocalización impide que llamadas externas accedan a los centros de despacho locales.

El jefe de policía del condado de Riley, Daryl Ascher, explicó que el culpable dijo que se encontraba en “Kansas City State University”, un error obvio para cualquiera en esa zona, ya que dicha universidad no existe. Además, se reportó la presencia de un hombre con un AR-15 en la biblioteca, pero cuando se le preguntó por qué no podía verlo si los disparos estaban tan cerca, no supo qué responder. El sonido de fondo parecía sacado de una película de acción.

Este caso subraya la importancia del entrenamiento del personal de emergencia para detectar detalles como acentos artificiales, respuestas evasivas o incongruencias geográficas.

Swatting y terrorismo digital: el papel del grupo Purgatory

Algunos de estos ataques han sido vinculados con Purgatory, un grupo afiliado a la red The Com, reconocida por su actividad tóxica en plataformas como Telegram y foros de hackers. Según el Project Against Hate and Extremism y el Center for Internet Security, este grupo no actúa únicamente por diversión: hay una intención de causar miedo, saturar los sistemas de emergencia y vulnerar la seguridad nacional.

En grabaciones obtenidas por estas organizaciones, se escucha a los participantes intercambiando bromas, reggaetón improvisado y risas mientras uno de ellos realiza la llamada falsa.

¿Qué hace el gobierno estadounidense frente al swatting?

La FBI ha comenzado una investigación federal, aunque sin arrestos hasta la fecha. En paralelo, el Departamento de Educación publicó guías para detectar y responder a llamadas sospechosas. Entre los indicadores están:

  • Incapacidad para responder preguntas de seguimiento.
  • Errores en la pronunciación de nombres o lugares.
  • Utilización de números no emergentes para la comunicación.

Además, compañías tecnológicas como TDR Technology Solutions han desarrollado software de detección basado en inteligencia artificial que redirige llamadas sospechosas a grabaciones automatizadas.

Impacto psicológico en estudiantes y cuerpos de seguridad

Más allá del caos operativo, el swatting tiene efectos emocionales devastadores. Miceala Morano, estudiante de periodismo de 21 años en la Universidad de Arkansas, relató a varios medios: “

Espero que no estemos tan insensibilizados como para ignorar estas alertas. Porque, lamentablemente, aún podrían ser reales
”.

Cada amenaza requiere que estudiantes y profesores se refugien, interrumpan su jornada académica y enfrenten la posibilidad de una muerte violenta. En entornos marcados por tiroteos como el ocurrido en Utah Valley University, donde el activista conservador Charlie Kirk fue asesinado, la línea entre amenaza ficticia y real es cada vez más delgada.

Wendy Via, cofundadora del Global Project Against Hate and Extremism, lo resume con contundencia: “

Tenemos tantos tiroteos y tantos jóvenes que mueren que ya no podemos descartar nada
”.

¿Por qué recurren a VoIP los swatters?

Uno de los elementos técnicos clave del swatting es el uso de tecnología VoIP (voz sobre IP), que permite realizar llamadas desde cualquier lugar del mundo simulando un número local. Además, los atacantes se conectan a través de redes privadas virtuales (VPNs), lo que complica aún más rastrear su ubicación.

De acuerdo con Keven Hendricks, bloquear el acceso de llamadas VoIP ocultas tras VPNs reduciría significativamente el número de swats. Sin embargo, esto requiere cambios regulatorios, colaboración entre gigantes tecnológicos y una decidida voluntad política.

¿Qué se puede hacer desde los campus?

Algunas universidades han comenzado a aplicar protocolos más estrictos que combinan alertas rápidas con verificación preventiva. No obstante, la cultura de la vigilancia debe cambiar. No todo incidente requiere una movilización masiva, pero tampoco puede ser ignorado.

“Es muy agotador para nosotros”, declaró Daryl Ascher. “Sin embargo, incluso cuando tenemos sospechas claras de que es una broma, debemos actuar como si fuese real. No podemos arriesgarnos a equivocarnos”.

Los peligros de la desensibilización

Uno de los efectos más preocupantes del swatting es la posible desensibilización de estudiantes y educadores ante alertas reales. Si una universidad recibe múltiples amenazas falsas en un semestre, es probable que los estudiantes comiencen a minimizar los riesgos ante próximas alertas.

La confianza en el sistema se erosiona. Las mismas fuerzas de seguridad se ven agotadas y en algunos casos, se detectan errores operativos graves por asumir que se trata de otra broma. Lo que comenzó como un patrón de conducta digital nociva, hoy se traduce en un colapso potencial en la respuesta ante verdaderas tragedias.

El swatting como reflejo de un mal más profundo

El auge de las falsas alertas no debe analizarse como una serie de incidentes aislados, sino como síntoma de una sociedad atravesada por la inestabilidad emocional y la erosión del sentido comunitario. El swatting no solo es una afrenta a la seguridad, sino a la empatía y al tejido social.

Combatir esta tendencia exige esfuerzos conjuntos de legisladores, tecnólogos, educadores y ciudadanos. Invertir en educación digital, protocolos de emergencia y tecnologías de detección es esencial. Pero también lo es preguntarnos por qué tantas personas ven en el caos un medio de entretenimiento.

Porque mientras un swat continúa siendo una broma para unos pocos, se convierte en una pesadilla para miles.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press