Corrupción, apuestas y una caída financiera: La historia detrás del escándalo en los Jacksonville Jaguars
Un antiguo empleado robó más de $22 millones del equipo de la NFL y los apostó en FanDuel. ¿Cómo terminó este caso y qué revela sobre las apuestas deportivas en el fútbol americano?
Un fraude millonario entre bastidores del fútbol americano
Lo que parecía un simple fallo administrativo terminó convirtiéndose en uno de los escándalos financieros más mediáticos dentro de la NFL. Amit Patel, exgerente financiero de los Jacksonville Jaguars, admitió haber robado más de 22 millones de dólares al equipo mediante un sistema de tarjetas virtuales utilizado para gastos operativos. Pero lo más impactante fue descubrir que destinó casi 20 millones de ese monto a apuestas deportivas en FanDuel, una de las casas de apuestas más reconocidas y, para complicar aún más las cosas, una socia comercial de la propia NFL.
Este blog se adentra en un caso que no solo sacudió a una franquicia, sino que encendió las alarmas sobre la creciente relación entre las apuestas deportivas y el deporte profesional en Estados Unidos.
¿Qué hizo Patel y cómo logró pasar desapercibido?
Entre septiembre de 2019 y febrero de 2023, Patel, quien era responsable de las finanzas de los Jaguars, falsificó transacciones aparentemente auténticas: duplicó gastos, infló facturas y creó cargos fraudulentos por servicios como catering, boletos de avión y hoteles.
Con acceso ilimitado al sistema de tarjetas virtuales que los empleados utilizaban para gastos corporativos, Patel fue capaz de sustraer fondos sin levantar sospechas por más de tres años. La estafa fue detectada finalmente cuando una apuesta colosal hecha en FanDuel llamó la atención de los analistas de integridad de la propia NFL.
La conexión con FanDuel: ¿Complicidad o negligencia?
El aspecto más polémico del caso nace de la relación entre Patel y FanDuel. Según la demanda que presentó contra la casa de apuestas en octubre de 2024, el exfinanciero afirmó que la compañía explotó su adicción al juego y violó sus políticas internas de control de blanqueo de dinero.
“FanDuel sabía que yo trabajaba para un equipo de la NFL, sabía que no debía apostar, y aun así aceptaron mi dinero sin hacer preguntas”, escribió Patel en declaraciones judiciales.
Como resultado de esta presión legal y mediática, FanDuel acordó recientemente reembolsar 5 millones de dólares a los Jaguars para amortiguar el impacto de las pérdidas, según informó ESPN. Lo que también evitó una larga batalla legal entre la empresa y una de las franquicias más visibles de la liga.
La respuesta judicial y el castigo a Patel
Patel fue sentenciado a 6 años y medio de prisión federal en Carolina del Sur. Aunque se declaró culpable, también intentó responsabilizar parcialmente a FanDuel por no haber actuado con diligencia. En julio de 2024, los Jaguars respondieron con una demanda contra Patel por más de 66 millones de dólares en daños.
La franquicia no solo perdió dinero, sino que también sufrió un daño reputacional. Este tipo de escándalos pueden generar sospechas sobre posibles negligencias institucionales y mas aún, si ocurre dentro de una organización con tantos controles financieros como una franquicia deportiva de la NFL.
El marco regulatorio de las apuestas deportivas: ¿es suficiente?
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos revocó en 2018 la ley que prohibía las apuestas deportivas en la mayoría de los estados, el crecimiento ha sido exponencial. Ya más de 38 estados han legalizado las apuestas deportivas en alguna forma.
- En 2023, se registraron más de $92 mil millones en apuestas legales en Estados Unidos.
- FanDuel, junto con DraftKings y BetMGM, controla más del 60% del mercado.
- La NFL firmó en 2021 acuerdos multimillonarios con FanDuel, DraftKings y Caesars para convertirse en socios oficiales.
No obstante, esto ha generado una inquietud legítima: ¿cómo pueden convivir las apuestas y el deporte de forma segura sin que se conviertan en un campo fértil para escándalos como este? En teoría, hay sistemas de control e integridad que previenen conductas anómalas, pero el caso de Patel evidencia que aún hay grietas importantes en ese sistema.
La ética en juego: ¿puede haber conflicto de intereses?
La NFL se ha mostrado firme en su política de prohibir que empleados, jugadores y oficiales realicen apuestas en deportes relevantes. Sin embargo, no ha quedado claro cómo se supervisa o ejecuta esta normativa de forma eficaz.
Cuando una casa de apuestas se convierte en socia comercial directa de la liga, inevitablemente aparecen interrogantes sobre la posibilidad de conflictos éticos. Ya en 2023, varios jugadores fueron suspendidos por apostar en partidos de NFL, como el caso del receptor Calvin Ridley, quien recibió un año de suspensión por apostar mientras estaba lesionado.
Y aunque FanDuel y otras empresas de apuestas han implementado políticas de juego responsable, como la detección de conductas problemáticas o límites de depósito, ¿es suficiente cuando se trata de decenas de millones de dólares?
Lecciones para la NFL y el deporte profesional
Este caso no solo revela las corruptelas individuales, sino también vulnerabilidades institucionales. Los Jaguars fueron víctimas de una persona con acceso privilegiado, pero también de una cultura de confianza ciega en sistemas automatizados que no estaban lo suficientemente auditados.
A modo de aprendizaje, es fundamental:
- Fortalecer auditorías internas y externas dentro de las franquicias deportivas.
- Implementar mecanismos técnicos y humanos para detectar patrones de gasto inusuales.
- Mejorar la colaboración entre ligas, casas de apuestas y entidades de control financiero.
- Establecer bases de datos compartidas de autoexclusión o empleados inhabilitados para apostar.
¿Puede repetirse este caso?
La respuesta corta es sí. Mientras la industria del juego y del deporte continúe entrelazándose sin suficientes medidas internas, este tipo de episodios puede volver a ocurrir.
Según el Journal of Gambling Studies, alrededor del 2% de los apostadores en línea presentan conductas adictivas. En el caso de Patel, se trataba además de alguien que sabía cómo ocultar su conducta y tenía los recursos para hacerlo. La fórmula perfecta para una tormenta financiera.
De cara al futuro, esta historia debe servir como señal de alerta para la NFL y todas las grandes ligas del mundo. En un entorno donde el dinero, la tecnología y el entretenimiento se mezclan a esta escala, no basta con buenas intenciones ni políticas escritas en papel.
El juego ha cambiado. Y con él, también deben cambiar las reglas del juego.