El Legado de Amir Abdur-Rahim: Más Allá del Baloncesto en South Florida
Cómo un entrenador transformó la cultura deportiva y el corazón de una universidad
Una frase que se convirtió en legado
“This ain’t the same ol’ South Florida, my brother”. Lo que comenzó como una declaración espontánea tras una victoria se ha transformado en el mantra que define una nueva era en la Universidad del Sur de Florida (USF). Estas palabras, pronunciadas por Amir Abdur-Rahim, entrenador de baloncesto que lideró al equipo de los Bulls en la temporada 2023-2024, hoy siguen resonando con fuerza tanto en los pasillos como en los campos deportivos de esta institución universitaria. Abdur-Rahim falleció en 2023 durante un procedimiento médico con solo 43 años, pero su influencia ha trascendido generaciones.
Lo que hace único este legado es que no sólo se expresa en murales y discursos emotivos, sino que ha permeado en las decisiones, ethos y cultura universitaria como pocos entrenadores han logrado.
Un impacto inmediato y duradero
Durante su única temporada con USF, Amir Abdur-Rahim lideró al equipo a 25 victorias. Pero más allá de los números, lo que realmente transformó la historia fue su capacidad para infundir energía, enfoque y unidad en la comunidad universitaria. Fue un entrenador que no solo exigía desempeño en la cancha, sino respeto, humildad y trabajo colectivo.
“Más que nada, creo que estamos llenos de gratitud”, dijo su hermano Shareef Abdur-Rahim — un exjugador de la NBA y actual presidente de la G-League —. “Es impresionante que tenga un impacto tan profundo que siga siendo recordado. Eso significa todo para nosotros”.
Golesh y la herencia compartida
Esta influencia no se limitó al baloncesto. Alex Golesh, entrenador de fútbol americano en USF, lleva las iniciales de Amir en sus auriculares, y es un defensor incansable del mensaje que dejó su amigo.
Después de vencer a Boise State en la apertura de la temporada y nuevamente tras derrotar a Florida, Golesh repitió la frase de su amigo en entrevistas y reuniones con el equipo. “Sentí como si él estuviera ahí con nosotros… Caminando por los pasillos, sonriendo, diciendo: ‘Se los dije, esto no es el mismo South Florida, hermano’”.
Una cultura transformada
Las palabras se quedan cortas para describir cómo Abdur-Rahim transformó la cultura atlética de esta universidad. En el edificio de fútbol americano cuelgan fotos suyas interactuando con los jugadores. Una de esas sesiones, de más de una hora, permanece imborrable en la memoria de quienes estuvieron allí. Cuando el equipo de contenidos de USF quiso grabarla, él se negó. “Cero contenido. Esto es entre mis chicos y yo”, dijo. Esa hora, relatan los testigos, fue de las más auténticas y conmovedoras que hayan vivido.
Al año siguiente, en la premiación anual del deporte universitario, Abdur-Rahim fue galardonado como Entrenador del Año 2024. Sin embargo, no se quedó con el trofeo. Lo entregó inmediatamente a Erika Brennan, entrenadora del equipo femenino de golf, afirmando que ella lo merecía más. “Ellas tuvieron un mejor año, aunque nosotros ganamos más popularidad”, explicó. Este gesto se convirtió en una tradición. En 2025, el entrenador de baloncesto femenino, José Fernández, repitió la acción otorgando su premio al equipo de voleibol femenino.
La sección de estudiantes y el premio a la deportividad
Abdur-Rahim vive también en los símbolos tangibles dentro del campus. La sección donde los estudiantes animan durante los partidos de baloncesto ahora lleva su nombre: Amir Abdur-Rahim Student Section. Además, la American Athletic Conference ha creado en su honor el Amir Abdur-Rahim Sportsmanship Award (Premio a la Deportividad Amir Abdur-Rahim), lo que cimenta aún más su legado.
Otro acto de homenaje perdurable será la serie de partidos entre USF y Kennesaw State —la universidad donde también dejó huella— llamada Love Wins Classic, que iniciará en noviembre próximo.
Más que un entrenador
“Era auténtico, un líder y un hermano”, han dicho múltiples atletas y entrenadores. Era común ver a Abdur-Rahim en prácticas de fútbol americano y otros deportes, apoyando a sus colegas y aprendiendo de sus métodos de entrenamiento. Esto no era un capricho, sino parte de su filosofía: el deporte como herramienta de formación integral, no como territorio exclusivo.
Golesh resume este sentimiento de hermandad que tanto cultivó Abdur-Rahim: “No fue por cálculo ni espectáculo. Siento que él estaba conmigo ese día. En el momento del postpartido, la emoción me venció. Lo sentí. Estaba allí en espíritu”.
Liderazgo que inspira liderazgo
De manera simbólica y práctica, la presencia de Abdur-Rahim sigue generando nuevas generaciones de líderes. Entrenadores actuales, jugadores e incluso personal administrativo aplican sus enseñanzas como modelos de excelencia ética. Sus palabras, “Esto no es el mismo South Florida”, cobran más sentido cada día, porque USF está construyendo una nueva identidad gracias a él.
La cultura del deporte universitario en Estados Unidos rara vez permite que un entrenador con apenas una temporada deje un impacto tan duradero. Abdur-Rahim lo logró porque apostó por las personas más que por las estadísticas. Formó lazos, contó historias, practicó la humildad. Dio ejemplo. Humanizó el éxito mientras elevaba los estándares.
“Esto no es el mismo South Florida”
Hoy, el equipo de fútbol americano de USF se encuentra entre los mejores clasificados del país, y el baloncesto universitario comienza su temporada con más expectativas que nunca. Pero lo más importante no es la posición en las tablas, sino la consistencia con la que su comunidad honra la memoria de Amir Abdur-Rahim.
En una era digital donde cada momento es contenido, donde las emociones muchas veces se escenifican para las redes sociales, Amir eligió el silencio, la profundidad y el tacto humano. Esa fue su revolución. Tal vez por eso impactó tanto. Porque mientras muchos ofrecen frases vacías, él sembró significados que aún florecen.
Un último homenaje, todos los días
Ya sea en un trofeo que se transfiere de mano en mano, en una frase que se grita luego de una gran victoria, en una sección de estudiantes que vibra al unísono, o en esos instantes del día donde un entrenador contempla su auricular marcado con iniciales sagradas, Amir Abdur-Rahim sigue presente.
Y con cada nuevo paso deportivo, con cada ovación y cada nuevo liderazgo que surge, su frase sigue resonando, sin perder jamás su fuerza profética:
“Esto no es el mismo South Florida, hermano.”