El ocaso de Bolsonaro: ¿Fin de una era o el nacimiento del 'Bolsonarismo 2.0'?

Aunque encarcelado y condenado, Jair Bolsonaro sigue influyendo profundamente en la política brasileña. ¿Podría su caída dar paso a una nueva generación de líderes de extrema derecha?

Una condena histórica, una figura aún influyente

El 2 de septiembre de 2025, un panel de la Corte Suprema de Brasil condenó al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por intento de golpe de Estado. Fue un momento sin precedentes para una de las figuras políticas más polarizantes de América Latina. Sin embargo, Bolsonaro no estuvo presente en la sala ni durante la sentencia: se encuentra bajo arresto domiciliario debido a su delicado estado de salud, según su abogado.

A pesar de lo impactante del fallo y de las implicaciones legales, muchos analistas coinciden en que su influencia sigue intacta. “Quizás estemos presenciando algo nuevo en la política brasileña: una figura pública que, incluso desde el arresto domiciliario y sin poder legalmente presentarse a elecciones, aún es capaz de determinar el rumbo de la política nacional”, dijo la antropóloga Isabela Kalil, coordinadora del Observatorio de la Extrema Derecha.

Una nación dividida: apoyo fervoroso e indignación

Solo cuatro días antes de su sentencia, decenas de miles de ciudadanos salieron a las calles en ciudades de todo Brasil durante el Día de la Independencia. Luiz Niemeyer, un empresario de 62 años presente en Río de Janeiro, expresó su devoción: “Los ideales no mueren. Puedes encarcelar a Bolsonaro, incluso matarlo, pero sus ideales perdurarán”.

Las encuestas recientes reflejan una sociedad profundamente dividida. Una de Datafolha publicada en agosto mostró que el 48% de los brasileños estaban a favor de que Bolsonaro fuera encarcelado, mientras que el 46% prefería que permaneciera libre. Estos márgenes, dentro del error estadístico, evidencian una nación que continúa debatiendo su legado incluso ante evidencias judiciales.

De hecho, la encuesta de AtlasIntel del 28 de agosto de 2025 señaló que en un hipotético enfrentamiento electoral entre Lula y Bolsonaro, este último obtendría un 45.4% de los votos frente al 44.6% del actual presidente, con una diferencia dentro del margen de error de ±1 punto porcentual.

Del bolsonarismo al 'Bolsonarismo 2.0': una mutación política

“El bolsonarismo no depende únicamente de Bolsonaro”, afirma la socióloga Esther Solano, de la Universidad Federal de São Paulo. Desde 2017, ella ha estudiado las bases del apoyo conservador y evangélico en Brasil. Hoy, sostiene que el movimiento ha desarrollado vida propia y que estamos en presencia de su evolución natural: el 'Bolsonarismo 2.0'.

Algunas de las figuras emergentes dentro de este nuevo ecosistema político incluyen al gobernador de São Paulo Tarcísio de Freitas, el senador Flávio Bolsonaro (hijo del expresidente), la ex primera dama Michelle Bolsonaro y jóvenes diputados evangélicos como Nikolas Ferreira. Estos líderes comparten el ideario conservador, el estilo confrontativo y la retórica populista que caracterizó al expresidente.

Los herederos: ¿quién liderará en 2026?

Con Bolsonaro inhabilitado hasta 2030 para ocupar cargos públicos, la derecha brasileña ya trabaja en un “Plan B”. El senador Ciro Nogueira, exjefe de gabinete de Bolsonaro, ha propuesto públicamente una amnistía que le permitiría volver a postularse. “Sin él, no ganaremos. Es nuestro líder y nuestra brújula”, dijo en una entrevista.

Mientras tanto, el exministro y actual gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, se perfila como el principal heredero político. De origen militar y con vasta experiencia ministerial en tiempos de Bolsonaro, ha sabido posicionarse como figura conciliadora ante los sectores de derecha tradicional y conservadora.

No obstante, hay desconfianza dentro del círculo íntimo de Bolsonaro. Una filtración reciente reveló que Eduardo Bolsonaro, uno de sus hijos y diputado federal, acusó en privado a De Freitas de no haber defendido suficientemente a su padre ante la Corte Suprema, insinuando una ambición presidencial propia.

Un líder tras las rejas pero no silenciado

“Nadie va a quitarle el protagonismo a Bolsonaro, esté en prisión o no”, dijo el influyente pastor evangélico Silas Malafaia, frente a una multitud en Río de Janeiro. Este respaldo desde el sector religioso –que representa más del 30% del electorado nacional– ha sido fundamental en la consolidación de su base.

Hoy, congresistas aliados están impulsando propuestas legislativas para otorgarle amnistía y restaurar sus derechos políticos. A su vez, líderes como Tarcísio y Ratinho Jr. (gobernador de Paraná), han participado en manifestaciones en su favor, manteniendo viva la imagen del exmandatario.

¿Un paralelismo con el trumpismo?

El fenómeno Bolsonaro ha sido comparado en múltiples ocasiones con el trumpismo de Estados Unidos. Ambos líderes canalizaron el descontento popular, se enfrentaron abiertamente con las instituciones y construyeron movimientos personalistas que persisten incluso ante múltiples causas judiciales.

Bolsonaro ha cultivado relaciones cercanas con sectores republicanos de EE.UU., especialmente con miembros del ala dura del MAGA (Make America Great Again), y su hijo Eduardo reside en Estados Unidos, donde mantiene vínculos activos con think-tanks y políticos conservadores.

El legado impredecible de Bolsonaro

La figura de Jair Bolsonaro representa más que a un expresidente condenado. Es la encarnación de una pulsión autoritaria que cala hondo en sectores del electorado brasileño. La mezcla de nacionalismo, conservadurismo religioso, antipolítica y rechazo al “sistema” ha demostrado ser poderosa, incluso tras su retirada forzosa de la arena electoral.

En palabras de Isabela Kalil: “Si miramos todo lo ocurrido, desde el 8 de enero del 2023 –cuando sus simpatizantes asaltaron los edificios del gobierno en Brasilia– hasta hoy, y él sigue marcando el rumbo de la derecha, eso no es debilidad. Es fuerza”.

Brasil parece encaminado hacia una nueva etapa política en 2026. Mientras la izquierda apuesta por la continuidad de Lula y su regreso al clasicismo socialdemócrata, la derecha se debate entre la fidelidad al líder caído o la apertura a nuevos nombres. Lo único seguro es que, libre o preso, el fantasma de Bolsonaro seguirá recorriendo Brasil.

Las próximas elecciones: un tablero incierto

Con Lula aún competitivo en las encuestas y una oposición reorganizándose en torno al legado de Bolsonaro, las elecciones de 2026 prometen reabrir viejas heridas y consolidar nuevas alianzas. Tal como ocurrió en 2018 y 2022, el voto evangélico, las redes sociales y el sentimiento anti-establishment serán clave para decidir el ganador.

Habrá que ver si la llamada “generación 2.0” del bolsonarismo será capaz de inundar las calles, cautivar a la opinión pública y, eventualmente, ganar en las urnas sin su caudillo al frente. O si por el contrario, la condena de Bolsonaro marcará definitivamente el ocaso de un capítulo de la historia brasileña.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press