Josh Allen y Lamar Jackson aplastan la idea de que la pretemporada es necesaria
El espectáculo de dos de los mejores mariscales de campo de la NFL reaviva un debate eterno en la liga: ¿vale la pena jugar en la pretemporada?
La explosión de talento que hace parecer innecesaria la pretemporada
En un deporte donde el más mínimo detalle puede determinar una victoria o una derrota, la pretemporada de la NFL ha sido durante mucho tiempo un tema de debate. Pero si Josh Allen y Lamar Jackson nos enseñaron algo en la Semana 1 de la temporada 2025 es que la pretemporada puede ser prescindible para ciertos superdotados del emparrillado.
Ambos mariscales no jugaron un solo snap en la pretemporada. Ni uno. Y, sin embargo, ofrecieron una actuación individual de élite que dejó sin aliento a propios y extraños, en lo que terminó siendo una batalla de titanes concluida en una victoria histórica 41-40 para los Buffalo Bills sobre los Baltimore Ravens.
¿Oxidación? No existió. ¿Falta de ritmo? Todo lo contrario.
Josh Allen, el ciclón del cuarto cuarto
Josh Allen, el mariscal de los Bills, no solo respondió: destrozó expectativas. 33 de 46 pases completos, 394 yardas aéreas, dos touchdowns por pase y otros dos por tierra. Y lo más impresionante: 251 de esas yardas llegaron en el último cuarto, cuando su equipo remontó una desventaja de 15 puntos.
“Es confiar, confiar en nuestro proceso, en los otros 10 tipos en el campo, confiar en lo que llama Joe (su coordinador ofensivo Joe Brady), y mantenernos en lo fundamental, tal como trabajamos en el campo de entrenamiento”, dijo Allen en el pódcast On Football.
Allen, MVP reinante de la NFL, descansó totalmente durante la pretemporada por primera vez en su carrera. Su rendimiento dejó en claro que el entrenamiento de calidad en prácticas puede ser suficiente para estar listo desde el pitido inicial de la campaña.
Lamar Jackson sigue siendo indetectable
Del otro lado, Lamar Jackson no se quedó atrás. El dos veces MVP y tres veces All-Pro completó 14 de 19 pases para 209 yardas y un par de anotaciones aéreas. A eso le añadió 70 yardas terrestres y un touchdown por la vía terrestre.
Jackson, quien no juega en pretemporada desde 2021, no necesitó calentamiento alguno para demostrar que su estilo explosivo sigue intacto. Sin embargo, su magia no fue suficiente para contener al vendaval que fue Allen en el último cuarto.
¿Es la pretemporada realmente necesaria para los QB estrellas?
Lo mostrado por Allen y Jackson reabre uno de los principales dilemas estratégicos del fútbol americano profesional: ¿conviene arriesgar a tus jugadores más importantes en partidos que no cuentan, o es mejor preservarlos de lesiones y confiar en los entrenamientos?
Los entrenadores caminan sobre una delgada línea. Por ejemplo, Jordan Love de los Packers sufrió una lesión en su mano durante un juego de práctica pero logró regresar a tiempo para la primera semana. En contraste, Aaron Rodgers, quien tampoco jugó en la pretemporada, lanzó cuatro touchdowns en su debut con los Pittsburgh Steelers contra los Raiders.
Otros mariscales, otras historias
- Baker Mayfield mostró desacoplamiento al principio, pero condujo a los Buccaneers a una victoria con pases clave.
- Dak Prescott terminó con un rating de pasador de 76.6; sin embargo, varias caídas de sus receptores complicaron su desempeño.
- Jared Goff y la ofensiva de los Lions sufrieron contra Green Bay en el debut del nuevo coordinador ofensivo John Morton.
Por otro lado, mariscales que sí participaron en pretemporada también tuvieron presentaciones dispares:
- Joe Burrow lanzó apenas para 113 yardas, pero los Bengals vencieron a Cleveland 17-16.
- Patrick Mahomes perdió otro receptor por lesión y no encontró ritmo hasta tarde en la derrota ante los Chargers en Brasil.
- Tua Tagovailoa tuvo una de sus peores actuaciones en la NFL, lanzando dos intercepciones en una derrota ante los Colts.
- Bo Nix, novato de Denver, lanzó dos intercepciones pero logró eclipsar a los Titans.
Claramente, no hay una fórmula mágica. No existe una correlación directa entre jugar en la pretemporada y tener éxito en los primeros partidos del año. La química, el plan de juego y la salud del equipo parecen ser factores más determinantes.
El caso de Justin Herbert y Geno Smith
Dos ejemplos notables que sí jugaron en pretemporada y destacaron:
- Justin Herbert sorprendió en su primer partido de pretemporada en su carrera y luego explotó con 318 yardas, 3 touchdowns y un rating de 131.7 ante los Chiefs.
- Geno Smith participó en los tres juegos de pretemporada y lució como en su mejor momento lanzando para 362 yardas en la victoria de Las Vegas.
Ambos casos hablan del valor de llevar un ritmo constante y de cómo una comunicación sólida con los coordinadores ofensivos es tan importante como el talento mismo.
Pretemporada: ¿ruido o necesidad?
Históricamente, la pretemporada ha funcionado más como un escaparate para que los entrenadores evalúen a sus jugadores suplentes y novatos, que como una preparación esencial para los titulares.
De hecho, desde el Acuerdo Colectivo de 2011 en la NFL, donde se redujeron los días de contacto completo en campamento, los equipos han utilizado menos los partidos de pretemporada como herramienta de desarrollo para sus estrellas.
Según una estadística del NFL Research, en 2022, solo el 37% de los mariscales titulares jugaron más de un cuarto en la pretemporada. Y cada temporada ese porcentaje baja más.
El riesgo de las lesiones no pesa igual
La otra cara de la moneda: el temor a las lesiones. Jugar un partido más conlleva siempre el riesgo de perder a un jugador clave por una dolencia innecesaria. Basta mirar lo ocurrido en la Semana 1 con los Washington Commanders:
- Austin Ekeler, corredor estrella, salió lesionado del tendón de Aquiles en una jugada sin contacto.
- Deatrich Wise Jr., ala defensivo, fue sacado en camilla con una grave lesión en el cuádriceps.
Ambas lesiones ocurrieron en temporada regular, pero ponen en perspectiva cuán costoso puede ser exponer jugadores clave sin motivo, y ese es el miedo recurrente para muchos entrenadores durante agosto.
¿Qué harán los equipos en el futuro?
Cada vez más equipos priorizarán las prácticas conjuntas y entrenamientos cerrados con ritmo real sobre un calendario de partidos de exhibición. Esto permite afinar detalles sin cámaras, sin presión mediática, y sin comprometer a sus titulares a situaciones de riesgo.
Sin embargo, esto no significa que la pretemporada desaparecerá. Seguirá siendo fundamental para evaluar backups, formar planteles, probar esquemas. Pero podría dejar de tener peso para los cracks del deporte.
En definitiva, actuaciones como las de Allen y Jackson nos muestran que basta con preparación inteligente y procesos bien estructurados para rendir a nivel élite desde el minuto uno.
Semana 2 se acerca, y como dijo Bo Nix:
“Es mejor cometer errores ahora que en la Semana 21. Lo importante es aprender de ellos.”
Así comienza otra apasionante temporada... sin excusas.