La intensificación del conflicto en Cisjordania: jóvenes muertos, redadas masivas y un futuro cada vez más lejano

El aumento de la violencia en la Cisjordania ocupada, incluyendo la muerte de adolescentes palestinos y un proyecto de asentamientos anunciado por Netanyahu, sugiere un recrudecimiento del conflicto que aleja aún más la solución de dos Estados

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La semana negra de Cisjordania: violencia, muerte y tensión en aumento

Mientras el mundo contempla con atención los bombardeos en Gaza o los tensos equilibrios diplomáticos en el Golfo, la violencia cotidiana en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Este parece escalar sin tregua. En apenas unos días, múltiples incidentes han estremecido la región: desde tiroteos y apuñalamientos en Jerusalén hasta la muerte de varios adolescentes palestinos a manos del ejército israelí, pasando por grandes redadas en localidades como Tulkarem.

Un tiroteo en Jerusalén y la represalia inmediata

El lunes comenzó con un ataque mortal en una parada de autobús en Jerusalén que terminó con seis israelíes muertos, hecho que fue reivindicado por Hamás. Ese mismo día, el ejército israelí disparó contra tres adolescentes palestinos de apenas 14 años en distintos puntos de Cisjordania. Dos de ellos fallecieron: Islam Majarmeh, asesinado en Jenín cuando volvía con su familia a una casa destruida en una operación anterior, y Mohammed Masqala.

El tercer menor, Oday Turkman, fue herido mientras andaba en bicicleta. Su padre, en declaraciones a medios locales, afirmó que el chico no hizo nada para provocar el ataque. “No llevaba piedras ni armas. No supuso amenaza alguna”, afirmó.

Según datos de Naciones Unidas, al menos 18 menores palestinos menores de 15 años han sido asesinados en 2024 en incidentes similares en Cisjordania.

Tulkarem: detenciones masivas tras la explosión de un artefacto

El jueves, el ejército israelí lanzó una operación de castigo en la ciudad de Tulkarem, después de que una bomba casera dañara un vehículo blindado e hiriera levemente a dos soldados. Hamás y la Yihad Islámica reivindicaron el ataque.

En respuesta, las fuerzas israelíes detuvieron a cientos de hombres en la zona. Testigos y activistas locales relataron a medios internacionales que unos mil hombres fueron alineados y trasladados a un campo abierto cerca de un puesto militar, donde permanecieron hasta la madrugada. Muchos fueron liberados sin haber sido interrogados ni identificados. Otros tantos aún siguen retenidos.

Nos obligaron a formar una fila como si fuéramos un tren humano. Marchamos 100 metros en cadena, deteniendo a todo varón en el trayecto”, relató Yazeed Al-Sarghali, un farmacéutico detenido junto a su hijo y varios clientes.

La visión de Israel y el papel de Netanyahu

Israel insiste en que estas redadas son medidas necesarias para eliminar células de Hamás y otros grupos que planean ataques contra civiles israelíes. Sin embargo, para los tres millones de palestinos que viven bajo ocupación militar, estos operativos representan algo más: la afirmación constante del control israelí sobre tierras que, en teoría, están destinadas a fundar su futuro Estado.

Las diferencias políticas quedaron aún más marcadas esta semana cuando el primer ministro, Benjamín Netanyahu, participó en una ceremonia para firmar un proyecto de asentamiento en el área E1, cerca de Jerusalén. Esta iniciativa ha sido condenada por la ONU y varios gobiernos europeos por su potencial de dividir la Cisjordania en dos y hacer inviable la solución de dos Estados.

Dijimos que no habría un Estado palestino, y efectivamente no lo habrá”, dijo Netanyahu durante la ceremonia en el asentamiento de Maale Adumim. “Este lugar es nuestro”, afirmó.

Colonias, ocupación y una solución en peligro

La ocupación israelí de Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza data de 1967, tras la guerra de los Seis Días. Desde entonces, cerca de 500,000 colonos israelíes se han asentado en la región, gozando de ciudadanía completa, mientras que los palestinos viven bajo un régimen militar sin derechos fundamentales ni ciudadanía reconocida por Israel.

La solución de dos Estados —apoyada oficialmente por la comunidad internacional— parece cada vez más inviable. El recientemente formalizado asentamiento en E1 podría hacer físicamente imposible la creación de un Estado palestino contiguo. Además, la actual coalición gobernante en Israel, dominada por sectores religiosos y nacionalistas, es abiertamente contraria a dicha solución.

El impacto humano: familias destrozadas y niños bajo fuego

Junto con las cifras, están las historias. Islam Majarmeh fue asesinado frente a su padre cuando regresaban por pertenencias que podrían rescatar en medio de una casa destruida. Más de 140 palestinos menores de edad han muerto en enfrentamientos o tiroteos desde que comenzó el conflicto de 2023, según cifras de diversas ONGs como B'Tselem y Defense for Children International Palestine.

Estaba a mi lado, y de pronto cayó al suelo, con el rostro hacia abajo”, relató su padre, Abdul Aziz. “Un soldado me gritó que me fuera. ¿Cómo iba a dejar a mi hijo allí?

Estos relatos son comunes en Jenín, Nablus, Hebrón y otras ciudades que se han convertido en epicentros de redadas semanales con frecuencia creciente. La militarización ha alcanzado niveles sin precedentes desde octubre de 2023, tras el ataque de Hamás a Israel que dejó más de 1,200 muertos israelíes y detonó una guerra total contra Gaza.

¿Una ocupación permanente?

El carácter indefinido de la ocupación ha sido denunciado reiteradamente por organismos internacionales. En 2022, el relator especial de la ONU para los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Michael Lynk, declaró que la ocupación de Israel constituye un “apartheid de facto” debido a la sistemática desigualdad legal entre colonos y palestinos.

Además, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han publicado informes similares, señalando que el sistema de control israelí implementa un dominio étnico sobre el pueblo palestino.

¿Camino al abismo?

Con la perspectiva de un Estado palestino cada vez más ausente, el estallido de violencia es una serpiente que se muerde la cola: los ataques en Jerusalén refuerzan las redadas, las redadas avivan el resentimiento, y esa espiral desemboca en más violencia tanto contra civiles israelíes como contra ciudadanos palestinos.

El agravamiento de la situación puede implicar un punto de no retorno: si Israel consolida su anexión de facto de Cisjordania a través de más asentamientos, una resolución política se volverá prácticamente imposible en el corto y mediano plazo.

Lo que queda claro es que, al margen de los discursos nacionales, los cuerpos rotos de adolescentes como Islam Majarmeh o Mohammed Masqala reflejan una tragedia persistente en la sombra de una guerra más visible. Y para los observadores internacionales, las palabras de Netanyahu suenan como una lápida anticipada para la solución de dos Estados: “No habrá un Estado palestino. Este lugar es nuestro.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press