Microsoft cede ante la UE: ¿fin del monopolio de Teams o jugada estratégica frente a la competencia?

La decisión de separar Teams de Office responde a una histórica presión europea contra el poder de las big tech. Pero, ¿qué implica realmente este cambio para el mercado y los usuarios?

Durante más de una década, las autoridades antimonopolio de la Unión Europea han buscado frenar el poderío desmesurado de las grandes tecnológicas, en especial cuando su dominio afecta la competencia dentro del mercado único europeo. Esta vez, el protagonista es Microsoft, cuya aplicación de mensajería y videoconferencias, Teams, ha estado en el centro de una intensa batalla legal.

¿La razón? La integración casi obligatoria que Microsoft hacía de Teams dentro de sus populares paquetes Office 365 y Microsoft 365. Desde Bruselas, esta práctica fue vista como una atadura que no dejaba espacio a alternativas y restringía la libre competencia.

El origen de la disputa: Slack vs. Microsoft

En julio de 2020, justo en plena pandemia, la empresa Slack Technologies —hoy propiedad de Salesforce— presentó una queja formal ante la Comisión Europea, acusando a Microsoft de “conducta anticompetitiva”. El argumento principal era que la integración automática de Teams dentro del software Office dificultaba la elección para los consumidores e infringía normas de competencia clara.

“La competencia justa garantiza innovación. Equipos como el nuestro pueden ser marginados si el acceso a los clientes ya está restringido desde el momento de la instalación del software”, declaró en su momento Stewart Butterfield, cofundador de Slack.

La Comisión investigó y, tras hallazgos preliminares que mostraban abusos en la posición de dominio, inició conversaciones con Microsoft. Esto desencadenó en los compromisos que llevaron al reciente desenlace.

Los compromisos de Microsoft: ¿un cambio verdadero?

A inicios de 2024, Microsoft propuso separar Teams de Office para empresas europeas y reducir su precio en los paquetes sin la app. También se comprometió a facilitar que otras aplicaciones pudieran interactuar con Teams e incluso a permitir que los datos migraran sin trabas a productos rivales.

La Comisión Europea respondió positivamente tras evaluar estos compromisos en mayo y junio. Finalmente, el 5 de julio de 2024 se anunció que la Comisión aceptó los cambios, haciéndolos legalmente vinculantes durante 10 años.

“Apreciamos el diálogo con la Comisión que llevó a este acuerdo y ahora nos enfocaremos en implementar estas nuevas obligaciones de manera completa y oportuna”, dijo Nanna-Louise Linde, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales Europeos de Microsoft.

Reacciones del mercado y de los competidores

Desde Salesforce, el presidente Sabastian Niles declaró que la decisión “envía un mensaje claro” contra la prácticas anticompetitivas y que “el vincular Teams con Office dañó a las empresas, negó a los clientes la libre elección y provocó años de competencia perdida”.

También surgieron otras quejas similares al caso de Slack, como la del desarrollador alemán de videoconferencias Alfaview, sugiriendo que el problema de Microsoft no solo era con la mensajería, sino con todo un ecosistema cerrado desde el cual se establecía una posición de ventaja forzada.

El precedentes de una UE más severa con las Big Tech

Este no es un caso aislado. La Comisión Europea ha multado a Google con más de 8.000 millones de euros en los últimos años y mantiene investigaciones abiertas contra Apple y Amazon. En abril de 2024, Google recibió una de sus multas más severas por abuso de posición en el mercado de tecnología publicitaria (adtech), con más de 2.900 millones de euros en sanciones.

Además, a partir de marzo de 2024 comenzó a regir la Ley de Mercados Digitales (DMA), que obliga a ciertas plataformas consideradas “guardianes del acceso digital” a garantizar interoperabilidad, transparencia y a evitar acciones lesivas para la competencia.

Este nuevo marco normativo tiene en la mira a compañías como Meta, Apple, Google, Amazon y también —por supuesto— Microsoft.

¿Perderá fuerza Teams en Europa sin el respaldo de Office?

De momento, los cambios afectan únicamente a los clientes empresariales dentro del Espacio Económico Europeo (EEE). Para ellos, Microsoft ahora ofrece paquetes de Microsoft 365 y Office 365 sin Teams a precios reducidos (entre 2 y 3 euros menos por usuario al mes).

Sin embargo, el arraigo de Teams dentro de organizaciones que lo adoptaron en pandemia, y la forma en la que Microsoft lo promociona dentro de su ecosistema, hace que la cuota de mercado actual (cercana al 30% global) no parezca en peligro inmediato.

No obstante, se espera que suites alternativas como Slack, Zoom, Google Meet o incluso herramientas más regionales puedan recuperar algo de terreno ante la relajación de la ventaja de Microsoft.

Implicancias legales: ¿precedente para limitar otras ataduras de software?

El caso podría marcar un antes y después respecto a cómo las grandes tecnológicas integran y empaquetan sus productos. La práctica de “bundling” se ha usado históricamente para eliminar competencia (por ejemplo, Microsoft fue sancionada en los 90 por incluir Internet Explorer en Windows).

Ahora, con la presión legal intensificada y bajo el paraguas más fuerte que representa la DMA, muchas de estas prácticas estarán bajo vigilancia estricta.

Para los consumidores, esto no solo representa mayor variedad, sino también posibles mejoras en interoperabilidad, compatibilidad de datos, y precios más competitivos.

¿Giro estratégico de Microsoft antes que derrota legal?

Hay quienes argumentan que esta decisión de Microsoft no representa un revés, sino una jugada estratégica anticipada. Al comprometerse de manera temprana, evita una multa millonaria y, de paso, da la imagen de empresa colaborativa con las normativas europeas.

Además, algunos expertos sostienen que Teams ya tiene la masa crítica de usuarios que necesita, y que Microsoft puede invertir más en otras áreas como la inteligencia artificial (IA) integrada en Copilot, Azure AI y nuevos entornos colaborativos.

La batalla más allá de Teams: Microsoft y la competencia en la era post-COVID

La pandemia consolidó una realidad digital más conectada y dependiente de servicios colaborativos. En ese contexto, herramientas como Teams no solo sirvieron para llamadas y chats, sino también para integrar entornos completos de trabajo remoto.

Desde entonces, la competencia en este segmento ha sido feroz. Zoom creció exponencialmente en 2020, Slack fue adquirida por Salesforce en un intento de ampliar su cuota empresarial, y Google reforzó Meet dentro de Workspace. En esa lucha, Microsoft mantuvo el liderazgo gracias a su integración con Office.

Ahora, con un entorno regulatorio más estricto y un mercado empresarial más exigente, quien quiera mantenerse relevante deberá ofrecer opciones más abiertas, flexibles e interoperables.

Una Europa más decidida a controlar el poder digital

La resolución contra Microsoft deja claro que Europa no teme plantar cara a las Big Tech cuando se trata de proteger la competencia. También refleja que los tiempos de dominio absoluto por parte de un proveedor único están en declive.

Si bien esto no significa que Microsoft perderá músculo tecnológico en Europa, sí cambia la dinámica: todo servicio digital que vincule excesivamente distintos productos para mantener poder de mercado podría enfrentar el mismo escrutinio.

Y para los usuarios, esto puede representar el inicio de una nueva era de servicios digitales más abiertos y con mayor libertad de elección.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press