¿Turquía es el próximo blanco de Israel? Una región en tensión y el nuevo riesgo de guerra abierta

Del ataque a Hamas en Qatar al temor en Ankara: Turquía refuerza su defensa ante la posibilidad de convertirse en el próximo escenario de la ofensiva israelí

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Por décadas, Turquía e Israel fueron socios estratégicos en Oriente Medio. Hoy, aquella alianza se ha fracturado de forma casi irreparable. La chispa: el devastador conflicto en Gaza y un ataque quirúrgico israelí en Qatar que ha encendido las alarmas en Ankara.

Un ataque inesperado que encendió las alarmas

El ataque israelí a un supuesto encuentro de altos mandos de Hamas en Qatar, país mediador en las negociaciones por Gaza y firme aliado de Turquía, ha desatado una ola de preocupación en Ankara. El portavoz del Ministerio de Defensa turco, el Contraalmirante Zeki Akturk, advirtió claramente que Israel podría "expandir aún más sus ataques imprudentes" y llevar "a toda la región, incluida su propio país, al desastre".

El trasfondo de este juego geopolítico es complejo. A partir del 7 de octubre de 2023, cuando Hamas ejecutó un ataque sin precedentes contra el sur de Israel, el gobierno de Benjamín Netanyahu respondió con una ofensiva que ha dejado miles de muertos y ha colapsado la Franja de Gaza. Pero el reciente misil en territorio qatarí cambia las reglas del juego: ahora no solo los territorios palestinos están sobre la mesa, sino cualquier nación que acoja o simpatice con Hamas. Y eso incluye a Turquía.

Turquía y la causa palestina: un apoyo inquebrantable

El presidente Recep Tayyip Erdoğan ha sido uno de los líderes más vehementes en respaldar la causa palestina e incluso ha acogido a miembros de Hamas en suelo turco. El mandatario ha estigmatizado abiertamente a Netanyahu, a quien ha comparado con Adolf Hitler y acusado de genocida. Su postura, aunque polémica para Occidente, le ha granjeado reconocimiento entre los estados árabes y sectores islamistas.

Turquía mantiene fuertes lazos con Qatar, no solo diplomáticos y económicos, sino también militares. Erdoğan tiene previsto asistir próximamente a una cumbre de líderes árabes y musulmanes en Doha, mostrando así una unidad regional frente a lo que considera agresiones israelíes. Todo esto ha colocado a Turquía en la mira, no solo simbólica, sino también estratégica.

¿Por qué Ankara se siente en riesgo?

  • Presencia de Hamas: Integrantes clave del grupo se reúnen y, en algunos casos, residen en Turquía. Israel ha acusado a Ankara de permitir que Hamas planifique ataques en su territorio.
  • Operaciones previas de Israel: En el último año, Israel ha lanzado ataques en Irán, Siria, Yemen y ahora Qatar. Este patrón crea un precedente que preocupa profundamente a Ankara.
  • Competencia en Siria: Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, Turquía e Israel compiten por áreas de influencia en el territorio sirio. Esto eleva el riesgo de confrontaciones indirectas o incluso directas.

“La capacidad de Israel para llevar a cabo ataques con aparente impunidad, a menudo burlando las defensas aéreas regionales y las normas internacionales, establece un precedente que inquieta profundamente a Ankara,” declaró Serhat Suha Çubukçuoğlu, director del programa Turquía de la firma Trends Research & Advisory.

El poder militar turco: un factor disuasivo

Turquía no es Qatar. Con una de las fuerzas armadas más grandes de la OTAN —segunda solo tras Estados Unidos— y una industria de defensa tecnológicamente avanzada, Ankara posee músculo militar para responder a cualquier provocación.

En junio, en respuesta a ataques israelíes sobre instalaciones nucleares iraníes, Erdoğan ordenó aumentar significativamente la producción de misiles. También inauguró el sistema de defensa antiaérea “Cúpula de Acero”, y apresuró proyectos estratégicos como el caza de quinta generación KAAN.

Además, la membresía de Turquía en la OTAN establece un paraguas de protección, algo que Qatar, simplemente, no posee.

¿Un conflicto silencioso en desarrollo en Siria?

Según expertos como Özgür Ünlühisarcıklı del German Marshall Fund en Ankara, el frente más peligroso entre Turquía e Israel no es Gaza, sino Siria. Desde que los rebeldes derrocaron al régimen de Assad, Turquía ha respaldado al gobierno interino en Damasco, lo cual ha sido recibido con suspicacia por Tel Aviv.

Israel ha ocupado una zona de amortiguamiento patrullada por la ONU, ha lanzado más de 400 ataques aéreos sobre instalaciones militares sirias desde 2023, y se ha erigido como protector de la minoría drusa frente al gobierno dominado por sunitas y respaldado por Turquía.

En abril, funcionarios israelíes y turcos se reunieron para establecer un mecanismo de “desescalada” en Siria tras un bombardeo israelí a una base aérea siria que, supuestamente, iba a ser utilizada por Turquía. Netanyahu incluso declaró que “las bases turcas en Siria son un peligro para Israel”.

¿Diplomacia o trinchera? La estrategia turca

Pese a los gestos de disuasión militar, Erdoğan continúa apostando también por la diplomacia. En junio, firmó con Damasco un acuerdo para el entrenamiento de sus fuerzas militares, reforzando la colaboración con el nuevo gobierno sirio. Pero el margen es estrecho: si Israel percibe riesgo, puede volver a las armas.

Por ahora, Erdoğan parece esperar que Estados Unidos imponga límites al accionar israelí. Pero si algo ha dejado claro el ataque en Qatar es que ni los vínculos con Washington garantizan inmunidad.

“Lo preocupante del caso Qatar es que muestra que no hay líneas rojas para el gobierno israelí,” advierte Ünlühisarcıklı.

Un conflicto que se internacionaliza

La posibilidad de que el conflicto se extienda a Turquía tendría consecuencias no solo regionales, sino globales. Una posible escalada en un país miembro de la OTAN podría arrastrar a Estados Unidos y Europa a un escenario no deseado.

Además, la situación sugiere una redefinición de las alianzas tradicionales: mientras Israel se acerca cada vez más a Grecia y a los grecochipriotas, Ankara refuerza su relación con el eje Doha-Teherán. El Mediterráneo oriental, plagado de disputas energéticas y militares, podría convertirse en el nuevo tablero expansivo del conflicto tras Gaza y Siria.

La visión de Ankara es clara: no puede permitirse abandonar a Hamas sin perder influencia entre sus aliados regionales y sin parecer debilitado ante el agresor. En cambio, mantenerse como defensor de la causa palestina fortalece su imagen entre las masas musulmanas y otorga un papel clave en las negociaciones por la paz.

Ante estas tensiones crecientes, cabe preguntarse: ¿estamos al borde de una confrontación directa entre Israel y Turquía, o será la diplomacia la que finalmente imponga su lógica? Por ahora, lo único certero es que Oriente Medio vuelve a situarse peligrosamente sobre un polvorín.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press