El lado oscuro de la inteligencia artificial: los centros de datos están colapsando la red eléctrica de EE. UU.
La carrera por el dominio de la IA está impulsando una fiebre de centros de datos que amenazan con desencadenar apagones masivos y disparar las tarifas de electricidad
Una demanda eléctrica sin precedentes
En la lucha por liderar el desarrollo de inteligencia artificial, Estados Unidos enfrenta una amenaza inesperada: el colapso de su sistema eléctrico. Desde Texas hasta Virginia, pasando por las planicies centrales, los gigantes tecnológicos están construyendo centros de datos a un ritmo frenético, impulsados por la explosión del uso de modelos de IA generativa como ChatGPT. Pero la infraestructura energética del país, simplemente, no puede seguirles el paso.
Estos centros de datos, que procesan volúmenes colosales de información las 24 horas del día, consumen tanta electricidad como ciudades medianas. Solo en Virginia, uno de los principales nodos de data centers del país, se estima que este tipo de instalaciones representan más del 21% de toda la demanda eléctrica del estado, y la cifra sigue creciendo.
Texas toma la delantera con una solución drástica
Después de sufrir un apagón catastrófico en 2021 que dejó sin electricidad a millones y causó más de 240 muertes por hipotermia, el gobierno de Texas decidió actuar. En junio, aprobó una ley que permite desconectar a grandes usuarios de electricidad, como centros de datos, cuando el sistema esté en crisis. Es una medida que busca evitar una tragedia similar cuando otra tormenta invernal someta a presión el suministro eléctrico.
La ley también establece estándares sobre quién debe ser desconectado y bajo qué condiciones. El objetivo es claro: preservar el sistema para el uso residencial y los servicios esenciales durante los picos de demanda extremos, a costa del negocio de la inteligencia artificial.
¿Estamos sacrificando infraestructura por tecnología?
El crecimiento de los centros de datos responde a una lógica económica poderosa. Son inversión, empleos y prestigio para los estados. Amazon, Microsoft, Meta y Google compiten por levantar más centros, buscando instalarse donde haya beneficios fiscales y energía barata. Pero los expertos alertan que esto está distorsionando los costos eléctricos para los ciudadanos comunes.
Según datos de la Administración de Información Energética (EIA), las tarifas eléctricas en EE. UU. han aumentado al doble del ritmo de la inflación desde 2022. Parte de estos incrementos se estarían usando para subsidiar la enorme demanda de las Big Tech, que firmaron contratos de suministro a largo plazo durante años en los que las tarifas eran más bajas.
PJM y otros operadores también estudian penalizaciones
La red eléctrica más extensa del país, PJM Interconnection, que cubre 13 estados del noreste y medio Atlántico, acaba de presentar una propuesta para no garantizar suministro a nuevos centros de datos durante emergencias energéticas. La medida podría cortar drásticamente la disponibilidad del servicio a estas instalaciones en los momentos más críticos —cuando la seguridad de millones de ciudadanos está en riesgo.
Esta decisión ha provocado una protesta del sector tecnológico. La Data Center Coalition, que representa a compañías como Google y Microsoft, exigió que haya flexibilidad y recompensas económicas para aquellas instalaciones que reduzcan voluntariamente su carga.
“Los centros de datos ya entienden que deben estar preparados para apagones, pero planificar reducciones voluntarias por la red es un paso adicional que requiere coordinación y apoyo regulatorio”, dijo Dan Diorio, vocero de la organización.
Google acepta limitarse en Indiana, pero a puerta cerrada
En Fort Wayne, Indiana, Google acordó limitar su consumo eléctrico en ciertas etapas de estrés de la red para su nuevo centro, un proyecto de 2 mil millones de dólares. Lo hará postergando tareas no esenciales a horarios con menor carga. Sin embargo, los detalles del acuerdo quedaron fuera del registro público y las organizaciones de consumidores han mostrado preocupación.
“Sin transparencia no podemos determinar si este acuerdo realmente beneficia al público o simplemente es cosmético”, señaló Ben Inskeep del Citizens Action Coalition.
¿Centros de datos autosuficientes?
Frente al colapso inminente, algunos analistas promueven soluciones radicales, como exigir que los centros de datos construyan sus propias fuentes de energía. Una especie de “trae tu propia generación”, en la que no dependan de la red pública durante los picos.
Para muchos, la verdadera pregunta de fondo es filosófica: ¿debe la sociedad construir nuevas plantas de energía ultra costosas solo para alimentar centros de datos unas pocas horas al año?
“Is that worth it?”, se pregunta Abe Silverman, investigador de energía de la Universidad Johns Hopkins. “¿Es mejor gastar miles de millones en plantas que usaremos cinco horas al año o enseñar a las grandes empresas a adaptarse?”.
Estados Unidos vs. China: ¿una carrera energética?
Esta presión energética también tiene un componente geopolítico. Washington compite ferozmente con China en el desarrollo de inteligencia artificial. Pekín ha invertido miles de millones en centros de datos alimentados por energía nuclear y renovable, anticipándose a esta crisis.
Según un reporte de McKinsey, el consumo energético de los centros de datos en EE. UU. crecerá entre 6% y 10% anualmente en la próxima década. En contraste, la red eléctrica solo tiene prevista una expansión del 2%-3% por año.
No hay una solución mágica
Para evitar que las tarifas de los hogares se disparen aún más, los gobiernos estatales están enfrentando la presión de equilibrar desarrollo tecnológico con sostenibilidad energética. Las propuestas emergen: incentivos para construir plantas solares exclusivas para data centers, regulación de uso en picos de demanda, y hasta tarifas dinámicas donde las big tech paguen más en horas clave.
Pero todas estas alternativas requieren voluntad política, infraestructura y coordinación. Y eso, en un país donde el sistema eléctrico está fragmentado entre múltiples operadores privados y públicos, no es tarea sencilla.
¿Cuánto más puede resistir el sistema eléctrico?
En tiempos donde herramientas como MidJourney, ChatGPT, Copilot o Gemini proliferan a un ritmo sin precedentes, el costo oculto de su existencia podría ser un apagón masivo. El profesor Michael Webber, experto energético de la Universidad de Texas, lo resumió así: “Data center flexibility will be expected, required, encouraged, mandated”. La flexibilidad de los centros de datos dejará de ser una opción. Será un imperativo.
En otras palabras, estamos entrando a una nueva era de la electricidad, donde el software y el silicio serán tan importantes como los cables y transformadores. Pero si no trazamos un camino claro hoy, enfrentaremos consecuencias reales mañana —apagones, tarifas impagables y una brecha energética que amenazará la promesa misma del progreso digital.