Bloody Sunday: Medio siglo después, un juicio que reabre heridas y busca justicia

El juicio contra un exparacaidista británico por el asesinato de civiles en Irlanda del Norte revive el dolor de una herida histórica aún sin cerrar

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El 30 de enero de 1972, trece civiles desarmados murieron y quince resultaron heridos cuando soldados del Reino Unido abrieron fuego contra una marcha por los derechos civiles en la ciudad de Londonderry (Derry), en Irlanda del Norte. Ese día pasó a la historia con un nombre lacerante: Bloody Sunday o Domingo Sangriento.

Cincuenta y dos años después, el eco de los disparos aún resuena, no solo en los recuerdos de quienes lo vivieron, sino ahora también en las salas de justicia de Belfast, donde comienza un juicio histórico. Por primera vez, un exsoldado británico —conocido simplemente como Soldado F— comparece ante la ley acusado de dos asesinatos y cinco intentos de asesinato cometidos aquel día.

Un juicio esperado por décadas

El proceso judicial es fruto de años de campaña incansable y presión pública por parte de los familiares de las víctimas. Uno de los principales promotores de esa lucha, Tony Doherty, cuyo padre Patrick fue asesinado en el ataque, declaró: "Empezamos esta campaña en 1992 con tres demandas: primero, la declaración de inocencia de las víctimas; segundo, el rechazo a los hallazgos de una investigación oficial sesgada; y tercero, la persecución penal de los responsables".

Las dos primeras metas se cumplieron en 2010, cuando una nueva investigación encabezada por el juez Lord Saville concluyó que las víctimas estaban desarmadas y que los soldados dispararon sin justificación. El entonces primer ministro británico, David Cameron, pidió disculpas públicamente, calificando los asesinatos de "injustificados e injustificables".

Ahora, más de una década después de esa disculpa oficial, comienza —aunque de manera parcial— el cumplimiento de la tercera promesa: llevar a los responsables ante los tribunales.

Soldado F: ¿chivo expiatorio o principio de justicia?

Soldado F, cuya identidad se mantiene oculta por seguridad, está acusado de asesinar a James Wray y William McKinney, y de intentar matar a otras cinco personas. En su defensa, ha declarado no culpable. Detrás de la cortina azul que lo oculta en el tribunal, se encuentra el único acusado penalmente por aquellos eventos.

En 2019, después de una investigación de siete años, la Fiscalía de Irlanda del Norte anunció que no había pruebas suficientes para acusar a otros 16 soldados y a dos presuntos miembros del ya extinto Ejército Republicano Irlandés Oficial (IRA), también investigados.

En 2021, la causa contra Soldado F fue desestimada momentáneamente debido a que pruebas clave fueron consideradas inadmisibles en otro juicio similar. Solo una apelación por parte de la familia de una víctima logró su reapertura.

Bloody Sunday y el conflicto eterno: "The Troubles"

Para comprender completamente este juicio, hay que entender el contexto: el conflicto norirlandés o The Troubles. Durante aproximadamente tres décadas, Irlanda del Norte fue escenario de violencia sectaria entre nacionalistas católicos (en favor de una Irlanda unificada) y unionistas protestantes (que apoyaban la permanencia en el Reino Unido). Más de 3.500 personas murieron durante ese período, marcado por atentados, asesinatos, represión y miedo.

El Bloody Sunday se convirtió en un símbolo emblemático de esa lucha. Aunque en apariencia fue un episodio más durante los Troubles, su impacto fue global. Un año después, la conocida banda irlandesa U2 inmortalizó los hechos con su canción "Sunday Bloody Sunday", convirtiéndolo en un grito protesta contra la represión estatal.

¿Por qué ahora y por qué es importante?

Muchos se preguntan por qué ha sido tan difícil llevar a juicio a los involucrados. Las respuestas son complejas: protecciones institucionales, falta de pruebas físicas, desaparición de testigos claves e incluso decisiones políticas han dificultado el proceso.

Para las familias de las víctimas, este juicio representa una mínima rendición de cuentas. Sin embargo, no todos están de acuerdo con su desarrollo. Grupos que defienden a los veteranos del ejército británico denuncian que los soldados que cumplieron órdenes en un contexto extremadamente volátil están siendo usados ahora como chivos expiatorios de una política fallida de reconciliación. Un portavoz de uno de estos colectivos declaró: “Muchos de estos soldados son ancianos. No se obtuvo la verdad ni se hizo justicia por otras atrocidades cometidas por el IRA”.

Doble vara y justicia selectiva: las críticas también apuntan al gobierno británico

El concejal derechista Shaun Harkin, del partido People Before Profit, lo expresó claramente: "El verdadero acusado en este juicio es el Estado británico. Por décadas ha protegido a los asesinos del regimiento paracaidista con mentiras, demoras y encubrimientos."

Y no le falta razón: durante años, el Ministerio de Defensa del Reino Unido defendió legalmente a sus soldados, ha evitado la entrega de documentos clave y ha bloqueado legislaciones que permitirían abrir más investigaciones relacionadas con el actuar del ejército durante el conflicto.

¿Qué buscan las víctimas?

No es vendetta. No es revanchismo. No están detrás de una condena ejemplar por venganza. Lo que las familias han pedido por más de medio siglo es la validación pública de la inocencia de sus muertos, la asunción de responsabilidad estatal y las garantías de no repetición.

"Queremos la verdad, queremos cerrar heridas, queremos respuestas. No queremos más silencio ni verdades a medias was”, declaró John Kelly, hermano de Michael Kelly, de 17 años, uno de los asesinados ese día.

Impacto social: heridas que no cierran

El juicio ha vuelto a despertar emociones contenidas en Irlanda del Norte. De un lado, quienes sienten que esto es justo y necesario. Del otro, quienes consideran que este tipo de procesos amenaza la reconciliación alcanzada con el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, que puso fin a gran parte de las hostilidades en Irlanda del Norte.

A pesar del acuerdo, el domingo sangriento sigue dividiendo opiniones y sensibilidades. Para muchos protestantes unionistas, el proceso judicial es un ataque a los soldados; para muchos nacionalistas católicos, es la única vía posible hacia la justicia.

El legado de Bloody Sunday en la cultura popular

Aparte de la canción de U2, varios documentales y películas han abordado el tema, incluyendo la premiada película "Bloody Sunday" de Paul Greengrass, que usa un formato semidocumental para plasmar la crudeza de los hechos.

La historia se ha enseñado en las escuelas, ha sido objeto de exposiciones itinerantes y es parte central de la narrativa moderna irlandesa sobre el colonialismo, la desigualdad y la memoria histórica.

¿Y ahora qué?

El juicio a Soldier F representa mucho más que determinar una culpabilidad individual. Es una oportunidad para que el Reino Unido demuestre que sus instituciones están dispuestas a asumir responsabilidad, incluso medio siglo después. Pero también pone a prueba la delicada paz en Irlanda del Norte y la disposición del Estado británico a no reescribir la historia sino enfrentarla de frente.

Como dijo el historiador irlandés Fintan O'Toole, "Cuando un país ignora su pasado, lo que realmente está haciendo es volver a escribir su futuro con las mismas sombras."

Este artículo fue redactado con información de Associated Press