La NWSL en alerta: Savannah DeMelo y los desafíos de la salud en el fútbol femenino

La preocupante emergencia médica de Savannah DeMelo reabre el debate sobre los protocolos de salud y seguridad en la liga femenina de EE.UU.

La escena fue impactante. En pleno partido entre Racing Louisville y Seattle Reign, la mediocampista Savannah DeMelo se sentó inesperadamente sobre el césped del estadio Lumen Field de Seattle... y colapsó.

Era un domingo común que prometía ser uno más en la temporada regular de la National Women’s Soccer League (NWSL), pero se convirtió en una noche de incertidumbre que sacudió al mundo del fútbol femenino estadounidense.

Una emergencia médica que paralizó el juego

Minutos antes del descanso, DeMelo, de tan solo 27 años, se desplomó en lo que parecía un episodio repentino e inesperado. Rápidamente, el personal médico saltó al campo y los rostros de jugadoras de ambos equipos reflejaron la gravedad del momento. Sin demorarse, se tomó la decisión de suspender el partido y trasladar a la jugadora en una ambulancia al hospital.

Las cámaras de televisión se alejaron del terreno de juego en respeto al momento y, poco después, se anunció oficialmente que el partido había sido abandonado con el marcador empatado 0-0. El resto del encuentro se programará para una fecha futura, aún por determinar.

DeMelo: una historia de lucha ante la adversidad

Savannah DeMelo no es ajena a los problemas de salud. En marzo de este mismo año, también fue retirada en camilla tras manifestar mareos y opresión en el pecho, síntomas que en aquel momento preocuparon profundamente. En mayo, reveló públicamente que padece enfermedad de Graves, una afección autoinmune que causa hipertiroidismo.

Este diagnóstico arroja una nueva luz sobre los eventos del fin de semana y provoca una reflexión urgente sobre la salud de las jugadoras profesionales.

“Savannah está estable y consciente. Ha sido hospitalizada para una evaluación más profunda”, comunicó Racing Louisville en sus redes oficiales tras el incidente.

NWSL bajo lupa: ¿protocolos suficientes?

En los últimos meses, situaciones similares han encendido las alarmas dentro del entorno de la NWSL. A principios de año, la jugadora de Angel City, Savy King, colapsó durante un encuentro en Los Ángeles y debió ser sometida a una cirugía cardíaca. En ese caso, el partido continuó a pesar del incidente, desatando fuertes críticas hacia los organizadores y un posterior arrepentimiento por parte de la liga.

Aprendiendo de esa experiencia, esta vez se decidió suspender el partido de inmediato. La NWSL lanzó un comunicado afirmando que su prioridad es la salud de las jugadoras y que “se mantiene el compromiso de implementar los más altos estándares de atención médica y planes de respuesta ante emergencias”.

En sus normas actualizadas para 2025, la liga establece que “cualquier emergencia que ponga en riesgo la recuperación de un evento debe ser evaluada inmediatamente por la Oficina de la Liga para determinar si es necesario un retraso o suspensión”.

La enfermedad de Graves y el deporte de alto rendimiento

La enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico ataca la glándula tiroides, causando una sobreproducción de hormonas tiroideas. Esto puede provocar fatiga, debilidad muscular, ritmo cardíaco elevado, ansiedad e intolerancia al calor.

¿Qué significa esto para una deportista profesional? Es un desafío inmenso. Las exigencias físicas constantes complican la gestión de la enfermedad, que requiere un tratamiento cuidadoso y frecuente seguimiento médico.

“Estaba luchando en silencio. Finalmente decido hablar porque quiero que otras personas que viven con enfermedades similares sepan que no están solas”, expresó DeMelo en mayo tras compartir su diagnóstico.

Este tipo de condiciones resalta la necesidad de que las ligas deportivas, especialmente en el ámbito femenino donde históricamente ha habido menos atención médica especializada, implementen protocolos personalizados y aumento de recursos para monitorear adecuadamente la salud de sus atletas.

¿Qué tan seguras están las jugadoras en el campo?

Los casos recientes abren nuevamente el debate sobre la salud mental y física en el fútbol femenino. A diferencia del fútbol masculino de élite, donde hay equipos médicos amplios y recursos disponibles en todo momento, muchas franquicias de la NWSL operan con presupuestos reducidos, limitando la atención oportuna o preventiva.

Además, existe presión implícita sobre las jugadoras para seguir compitiendo aún experimentando síntomas preocupantes. En un deporte cada vez más mediático y competitivo, la salud no siempre se prioriza.

El rol de las organizaciones: ¿es hora de un cambio profundo?

El caso de Savannah DeMelo debe marcar un antes y un después en la forma en que se gestiona la seguridad médica física y emocional en la liga. Tal como ocurre en otros deportes, se necesita avanzar hacia un modelo de atención integral que contemple:

  • Equipos médicos especializados presentes en todos los partidos
  • Criterios claros para detección y seguimiento de enfermedades crónicas entre las jugadoras
  • Capacitación constante al staff técnico y administrativo sobre primeros auxilios y señales de alerta
  • Trato humano y respetuoso ante emergencias frente al público y los medios

Países como Inglaterra y Alemania han mejorado los estándares médicos en sus respectivas ligas femeninas, integrando protocolos similares a los del fútbol masculino. Incluso, la FIFA ha comenzado a dictar lineamientos que apuntan a universalizar la calidad médica en competencias internacionales femeninas.

Resiliencia en la cancha: el legado de DeMelo

Desde su ingreso a la liga en 2022 como la cuarta selección del Draft, Savannah DeMelo ha demostrado determinación y calidad sobresalientes. En apenas tres temporadas, ha disputado 61 partidos con 14 goles, y fue llamada para representar a Estados Unidos en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023.

Su valentía para competir mientras lidia con una compleja enfermedad la convierte en una inspiración para futuras generaciones y una figura esencial para impulsar cambios estructurales en el deporte femenino.

No se trata solo de fútbol. Se trata de compromiso, dignidad y empatía hacia quienes nos regalan espectáculo, pasión y ejemplo cada vez que pisan un campo.

Una liga con mucho que ofrecer, y mucho por mejorar

La NWSL ha crecido de forma extraordinaria en los últimos diez años, consolidándose como una de las ligas de fútbol femenino más competitivas del mundo. El nivel de las jugadoras, la asistencia de los fanáticos y el interés en los medios son buenas señales.

Pero a medida que la liga alcanza nuevas cotas de relevancia, también debe hacerlo su responsabilidad institucional. Si desea seguir proyectándose a nivel internacional, necesita garantizar que ningún partido importe más que la vida y bienestar de una sola jugadora.

Así como el fútbol femenino ha hecho historia abriendo brechas en igualdad salarial y visibilidad, ahora debe enfrentar con la misma determinación su reto crucial: proteger a quienes lo hacen posible.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press