¿Independencia en peligro? La batalla por el control de la Reserva Federal de EE.UU.

La confirmación de Stephen Miran y el intento de destituir a Lisa Cook revelan el pulso político sobre una institución diseñada para mantenerse al margen del escrutinio partidista

El delicado equilibrio de la Reserva Federal

La Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central más poderoso del mundo, se encuentra en una encrucijada política sin precedentes. A días de una votación clave sobre la tasa de interés, la administración de Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos para moldear el organismo a su favor. La reciente confirmación de Stephen Miran al consejo de gobernadores y el fallido intento de destitución de Lisa Cook, actual miembro del directorio, han reavivado los temores sobre la politización de una institución históricamente independiente.

Stephen Miran: ¿economista independiente o emisario político?

Con una votación de 48-47 en el Senado estadounidense, Stephen Miran fue confirmado como nuevo miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal. La decisión fue prácticamente unánime por líneas partidistas: todos los demócratas se opusieron y casi todos los republicanos votaron a favor, salvo la senadora Lisa Murkowski de Alaska.

Miran mantiene un estrecho vínculo con la Casa Blanca, ya que preside el Consejo de Asesores Económicos del Presidente y ha indicado que, aunque tomaría licencia sin goce de sueldo, no renunciaría automáticamente a ese cargo mientras esté en el organismo. Este doble rol ha generado profundas preocupaciones sobre la autonomía institucional del banco central.

En palabras del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, “Miran no tiene independencia. Será simplemente un portavoz de Donald Trump en la Fed”.

Lisa Cook: una gobernadora en la mira política

Lisa Cook, primera mujer afroamericana en formar parte de la Junta de Gobernadores de la Fed y académica de renombre, se convirtió en blanco de la administración Trump cuando esta intentó removerla a pocos días de una votación clave del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). Trump alegó que Cook incurrió en fraude hipotecario por declarar dos propiedades como residencias principales antes de unirse a la Fed.

Cook ha negado categóricamente estos cargos y los documentos obtenidos indican que declaró una propiedad como “casa de vacaciones” (vacation home) y otra como “segunda vivienda”, socavando las acusaciones de fraude. Un tribunal federal falló a su favor al señalar que sus derechos al debido proceso fueron infringidos y que la normativa sólo permite destituir a un miembro “por causa justificada”, normalmente relacionada con conductas inapropiadas durante su gestión, lo cual no aplica al caso de la economista.

“Este intento de remoción es una amenaza directa a la independencia de la Reserva Federal”, señaló Neal Katyal, exfiscal federal y experto constitucionalista, al canal MSNBC.

El trasfondo económico: presiones sobre la política monetaria

La lucha de poder en la Fed llega en un momento económico crítico. La inflación estadounidense sigue por encima del objetivo del 2% trazado por la Reserva Federal, aunque ha disminuido con respecto a picos anteriores. A la vez, el desempleo ha repuntado levemente hasta el 4.3%, lo que complica aún más la determinación de una política monetaria adecuada.

Varios economistas, entre ellos Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro, han argumentado que la inflación actual es lo suficientemente persistente para justificar tasas de interés elevadas. Sin embargo, Trump ha presionado explícitamente por una reducción agresiva de la tasa de referencia, proponiendo un recorte hasta el 1.3%, muy por debajo de los niveles defendidos por la mayoría de los miembros del banco central.

Jerome Powell, presidente de la Fed, ha mostrado señales de una posible reducción, pero mucho más modesta. Se espera que después de la reunión de dos días del organismo, se anuncie un recorte de la tasa del 4.3% al 4.1%.

El precedente histórico: la importancia de una Fed autónoma

Desde su fundación en 1913, la Reserva Federal ha sido diseñada para operar de manera autónoma, libre de presiones políticas inmediatas. No se tiene precedente de que un presidente de EE.UU. haya destituido a un gobernador en funciones. El hecho de que la administración Trump haya intentado hacerlo con Lisa Cook podría cambiar drásticamente esa percepción.

Vale recordar que aunque hubo asesores presidenciales que posteriormente ocuparon cargos en la Fed —como Ben Bernanke en la era de George W. Bush—, usualmente estos renunciaban a sus funciones en el Ejecutivo antes de asumir como gobernadores, precisamente para evitar conflictos de interés.

Además, en un ensayo escrito en 2022 por el propio Stephen Miran junto a Daniel Katz —actual jefe de gabinete del Departamento del Tesoro—, ambos criticaban la llamada “puerta giratoria” entre la Fed y la Casa Blanca. La ironía es evidente: Miran ahora se convierte en protagonista de esa misma práctica que cuestionó públicamente.

¿Qué está en juego? Consecuencias económicas y políticas

La independencia del banco central no es una cuestión meramente simbólica. Dejar que la política fiscal o el interés electoral dicte la política monetaria puede tener consecuencias nefastas:

  • Mayores niveles de inflación a largo plazo debido a decisiones de tasas no alineadas con la realidad económica.
  • Aumento del costo de endeudamiento para el Estado, empresas y consumidores, si los mercados pierden confianza en la credibilidad de la Fed.
  • Inestabilidad cambiaria, lo que afectaría también el valor del dólar y la posición global de la economía estadounidense.

Como ha señalado el historiador económico Adam Tooze, “una Fed politizada es el peor escenario posible para los mercados internacionales. Socava la previsibilidad y eleva el riesgo de pánicos financieros”.

Conclusión no oficial: una Fed bajo presión

La saga de Stephen Miran y Lisa Cook va más allá de la política partidista. Representa un pulso entre dos visiones de cómo debe operar el sistema económico más grande del mundo: con autonomía técnica o bajo la vara del Ejecutivo.

El pronunciamiento del Senado a favor de Miran, sumado al intento fallido de expulsar a Cook, marca un antes y un después. Es una advertencia clara de que la independencia de la Fed, aunque consagrada legalmente, no es inmune a las tempestades políticas.

Quizás la mayor incógnita ahora no es tanto qué hará la Fed en su próxima reunión de tasas, sino si será capaz de tomar decisiones sin interferencias, como lo dictan más de cien años de historia institucional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press