Brian Thomas Jr. y el riesgo de construir un equipo alrededor de una estrella en ciernes

El receptor de los Jaguars enfrenta sus primeros tropiezos en su segundo año, mientras Jacksonville paga el precio de haberle entregado el trono ofensivo.

Por más de una década, la NFL ha visto cómo las franquicias construyen sus esperanzas de éxito alrededor de figuras jóvenes súper talentosas. Sin embargo, la historia también está plagada de nombres que brillaron intensamente en su año de novato, solo para desvanecerse drásticamente al enfrentarse a las exigencias del segundo año. Brian Thomas Jr., receptor de los Jacksonville Jaguars, está entrando peligrosamente en esa última categoría.

Cuando el brillo de la novatada se desgasta

Thomas fue nada menos que un huracán ofensivo en su temporada como novato. Proveniente de LSU, su presencia impuso respeto a las defensas rivales con sus 87 recepciones, 1,282 yardas y 10 touchdowns. Esa producción lo catapultó al Pro Bowl y empujó a la directiva de los Jaguars a tomar decisiones drásticas: liberar a receptores experimentados como Christian Kirk y Gabe Davis.

La idea era clara: pasarle la batuta a Thomas como el centro de gravedad del ataque aéreo diseñado por el nuevo entrenador ofensivo, Liam Coen. Pero los resultados iniciales del 2025 no han sido esperanzadores.

“Solo tengo que atraparla. Es así de simple”, dijo Thomas tras una dolorosa derrota de 31-27 contra los Bengals.

Cifras que alarman

En tan solo dos semanas, el panorama ha dado un giro preocupante. A pesar de haber sido el jugador más buscado con 19 intentos de pase, Thomas apenas suma 5 recepciones para 60 yardas y ya acumula dos balones sueltos. En el último partido frente a Cincinnati, fue víctima de un error crucial:

  • Con marcador 27-24 a favor de Jacksonville y en cuarta y cinco desde la yarda 7 de los Bengals, Trevor Lawrence lanzó un pase perfecto.
  • Thomas, en lugar de asegurar el balón, giró la cabeza anticipadamente y dejó caer el ovoide.
  • La jugada cambió el destino del partido: los Bengals recorrieron 92 yardas y sellaron la victoria.

Ese error fue solo uno de varios. En otra jugada, dejó de correr en su ruta, algo que el comentarista Logan Ryan describió como una “decisión de negocios”, insinuando que el receptor evitó arriesgarse a un golpe para protegerse físicamente. Además, aparentemente se agachó para evitar una recepción en la zona de anotación.

Alarmas desde la pretemporada

Lo peor del caso es que los problemas con los pases sueltos no son nuevos. Durante el campo de entrenamiento y los partidos de pretemporada, Thomas ya había mostrado signos de inconsistencia con sus manos. Muchos analistas temen que esos “focos rojos” no se hayan corregido a tiempo.

“Todos queremos hacer esa jugada, pero él entiende la situación”, comentó el mariscal Trevor Lawrence. “Tenemos que asumir nuestra parte, avanzar y mejorar”.

La confianza en declive

Los Jaguars están ahora ante un dilema complejo. Toda su estructura táctica fue ajustada para maximizar las virtudes de Thomas. De hecho, liberar a receptores confiables como Kirk o Davis amplificó su responsabilidad. Pero ¿es justo cargarle esa presión a un jugador de 22 años en apenas su segundo año?

En 2024, equipos como los Miami Dolphins y los Detroit Lions lograron apoyar a sus playmakers jóvenes (Jaylen Waddle y Amon-Ra St. Brown, respectivamente) sin convertirlos en el único centro de su esquema ofensivo. Jacksonville prefirió otro camino, apostando a la máxima “construye alrededor del talento prematuro”.

Un ataque terrestre que sí cumple

Mientras el ataque aéreo flaquea, el terrestre ofrece luz. Con 139 yardas corridas ante Cincinnati y un promedio de 169.5 por partido, Jacksonville es el líder en ofensiva terrestre.

  • Travis Etienne sumó 71 yardas.
  • Bhayshul Tuten, novato, añadió 42.

Quizás sea momento de usar el juego terrestre para aliviar presión a Lawrence y, por ende, a Thomas.

Problemas en los detalles

Irónicamente, la bajísima efectividad de Thomas no es el único desafío. La ofensiva cayó en cinco infracciones por movimientos ilegales en un solo cuarto. Aunque todas fueron declinadas, fueron síntomas de falta de sincronía bajo un nuevo régimen técnico encabezado por Coen, cuyo estilo más cargado de movimientos previos al saque parece generar errores de ejecución prematuros.

“Les dimos demasiado que pensar antes del centro”, afirmó Coen. “Como entrenadores debemos ajustarnos mejor”.

Una defensa sólida, pero sin margen de error

La defensa ha respondido con actuaciones destacadas, pero no es suficiente si la ofensiva no convierte en la zona roja. El ala defensiva Travon Walker registró cinco tacleadas, un sack, dos presiones al mariscal y un pase desviado. Walker está intentando lograr su tercera temporada consecutiva con doble dígito de capturas, hazaña inédita en la historia del club.

¿Y ahora qué?

Los Jaguars enfrentan a los Houston Texans en casa, con la urgencia de corregir errores y evitar que se repita el patrón de 2023 y 2024: iniciar prometiendo mucho y terminar cayendo por falta de madurez emocional en momentos clave.

Para Thomas, el partido será una prueba de carácter. Esta vez compartirá cancha nuevamente con el linebacker que lesionó a Trevor Lawrence el año pasado. ¿Resistirá la presión?

Datos para contextualizar

  • En 2022, el 38% de los receptores que debutaron con al menos 1,000 yardas vieron una caída de más del 25% en su producción al año siguiente, según Pro Football Focus.
  • Desde 2015, solo tres receptores seleccionados en la primera ronda han sido capaces de producir al mismo nivel durante sus dos primeros años consecutivos: Justin Jefferson, Ja’Marr Chase y CeeDee Lamb.
  • Brian Thomas Jr. fue seleccionado en el puesto 23 del Draft 2024, y se convirtió en el jugador ofensivo con más yardas de un novato aquella temporada.

¿Un nuevo caso ‘sophomore slump’?

En inglés existe un término muy utilizado: sophomore slump, que significa literalmente “bache en el segundo año”. Es común en múltiples disciplinas: cantantes, escritores, atletas. En la NFL, es casi una estadística latente esperando activarse.

Brian Thomas Jr., de momento, está atrapado ahí. La diferencia entre los que se afianzan y los que se disuelven está en cómo responden. O se adapta, madura y justifica la fe depositada en él, o Jacksonville deberá rehacer su plan ofensivo mucho más pronto de lo anticipado.

Para una ciudad con sed de regresar a instancias finales, el margen de error es muy corto. Y ahora, toda la lupa está sobre el número 7.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press