Crónica de una ola de robos a celebridades deportivas: ¿quién protege a los atletas fuera del campo?
Desde Ichiro Suzuki hasta Macklemore, una red criminal apunta a figuras públicas por sus lujosas pertenencias. ¿Estamos haciendo lo suficiente para garantizar su seguridad fuera del foco?
Un nuevo rostro para una amenaza creciente
En agosto de 2023, Patrick Maisonet, un hombre de 29 años, fue detenido bajo sospecha de haber liderado una serie de robos selectivos en casas de figuras públicas de Seattle. Entre las víctimas se encuentran el mítico beisbolista japonés Ichiro Suzuki, el rapero Macklemore, y otras estrellas del deporte como el lanzador de los Dodgers, Blake Snell, y el esquinero retirado Richard Sherman.
Estos casos recientes son la punta del iceberg de una problemática que crece silenciosamente: los robos dirigidos a famosos, en especial atletas de renombre, cuyas propiedades contienen objetos de alto valor económico y simbólico. La historia de Maisonet destaca por su audacia. Usó gas pimienta contra quienes encontraba en las viviendas y llevaba consigo inhibidores de frecuencia para bloquear llamadas telefónicas, incluso al 911.
Una lista de víctimas que no deja de crecer
En Seattle, los relatos son escalofriantes. En febrero de 2023, Maisonet presuntamente irrumpió en casa de Ichiro mientras su esposa estaba dentro. Intentó forzar la puerta del dormitorio mientras ella empujaba desde el otro lado. Una mano pasó por la abertura y roció gas pimienta. Por fortuna, la mujer logró atrancar la puerta y pedir auxilio.
Meses más tarde, en junio, Macklemore fue la nueva víctima. El rapero, cuya pasión por el deporte es ampliamente conocida (incluso es inversionista de varios equipos de Seattle), tenía en su hogar exclusivos anillos de campeonato de los Seahawks y Sounders, piezas que habían salido en su videoclip “Chant”. Durante el asalto, los intrusos atacaron a una niñera de 22 años con gas pimienta. Posteriormente, algunos objetos robados fueron recuperados en una joyería del sur de Seattle.
También fueron atacadas las residencias de otros atletas: Blake Snell perdió dos relojes Rolex valorados en $75,000 cada uno, y a Richard Sherman le sustrajeron otro reloj de la misma marca. Sherman denunció la intrusión con imágenes de cámara de seguridad tomadas el día de su cumpleaños. “Que mi casa sea invadida con mi familia adentro y a punta de pistola no es el tipo de regalo que uno espera en su cumpleaños”, escribió en X.
Un fenómeno que trasciende Seattle
Lo que está sucediendo en Seattle no es un caso aislado. En febrero de este año, siete personas fueron acusadas de robos similares a propiedades de estrellas de la NFL y la NBA como Patrick Mahomes y Travis Kelce, ambos del equipo campeón Kansas City Chiefs.
La situación ha prendido alarmas en las principales ligas deportivas del país. Tanto la NFL como la NBA han emitido comunicados y protocolos de seguridad adicionales. El FBI ha ido más allá, advirtiendo sobre redes organizadas que utilizan datos públicos, redes sociales y hasta geolocalización de celulares para planear asaltos sistemáticamente cuando las estrellas están fuera de casa por compromisos deportivos.
¿Por qué los atletas son un blanco tan atractivo?
El sentido común nos diría que los atletas —por su fama y recursos— deben tener altos niveles de seguridad privada. Pero en la práctica no es tan simple. Muchos deportistas, especialmente los más exitosos, cuentan con varias propiedades y no siempre están presentes. Y cuando están, no esperan que su refugio se vea invadido.
- Los atletas suelen estar de viaje con sus equipos, lo cual deja sus viviendas desocupadas durante días.
- Comparten momentos de lujo (viajes, premios, colecciones) en redes sociales, lo que los convierte en objetivos predecibles.
- Sus hogares contienen objetos de alto valor, como anillos de campeonatos, relojes exclusivos y colecciones deportivas.
Incluso los deportistas nacidos y criados en las ciudades donde residen no están a salvo. La familiaridad con el entorno ha hecho que muchos, como Macklemore, bajen la guardia pensando que la comunidad los protege.
¿Cuántos más?
En abril de 2023, se reportaron al menos 15 robos similares en ciudades como Miami, Atlanta, y Los Ángeles. A nivel nacional, los robos a casas de atletas han aumentado un 30% según informes del Departamento de Policía de Nueva York para lo que va del 2023.
La policía de Seattle no tuvo reparos en asumir públicamente que la ola responde a un patrón: mientras los equipos están de gira, sus casas se convierten en blanco fácil. “Estas personas actúan como comandos. Observan, planifican, y ejecutan con precisión”, dijo un detective bajo anonimato al Seattle Times.
Además del caso Maisonet, ha sido arrestado otro presunto implicado: Earl Henderson Riley IV, vinculado a múltiples robos en la misma red. La fiscalía está investigando la posibilidad de una organización más amplia que funcione en distintas ciudades o incluso estados.
¿Qué se está haciendo para prevenir nuevos robos?
Algunos atletas han optado por blindar sus hogares con sistemas de seguridad avanzados: inteligencia artificial, cámaras con reconocimiento facial, y guardias armados. También han bajado la frecuencia con la que publican en redes sociales durante eventos fuera de casa.
Por otra parte, las ligas están implementando coordinaciones directas con departamentos de policía locales para monitorear zonas residenciales de atletas. Incluso algunos equipos están creando unidades de seguridad que asesoran a sus jugadores sobre cómo cuidar su patrimonio personal.
Sin embargo, los expertos advierten que ninguna medida es infalible si no va acompañada de conciencia, discreción y coordinación constante.
¿Y los fans?
Este fenómeno abre un debate incómodo sobre nuestra cultura de celebridad. En una era donde el acceso a la vida privada de los famosos es casi total gracias a las redes sociales, ¿hasta qué punto somos cómplices involuntarios de estos ataques?
Los fans suelen replicar, compartir y hasta geolocalizar a sus ídolos en tiempo real. Es este ecosistema de sobreexposición y deseo de acceso inmediato lo que arma, indirectamente, a los ladrones con la información que necesitan. Ser famoso hoy puede ser tan peligroso como andar con diamantes al descubierto.
Una nueva era de seguridad para las estrellas
El caso Maisonet y la ola de robos a deportistas de élite debe entenderse como un llamado de atención para toda la industria: la vulnerabilidad no desaparece con la fama, solo cambia de forma. Hoy en día, un atleta tiene que ser tan cuidadoso dentro del campo como en su vida privada, donde los riesgos pueden ser aún más altos.
Mientras la justicia sigue su curso y figuras como Ichiro o Macklemore intentan recuperar privacidad y objetos de gran valor afectivo, quedamos con una pregunta clave: ¿cuánto cuesta realmente la fama?