Fútbol, política y humanidad: Noruega toma posición ante el conflicto en Gaza

La recaudación del partido Noruega-Israel se destinará a labores humanitarias en Gaza a través de Médicos Sin Fronteras

En una decisión inusual y valiente dentro del panorama del fútbol internacional, la Federación Noruega de Fútbol ha anunciado que destinará las ganancias del partido de clasificación al Mundial 2026 entre Noruega e Israel a labores humanitarias en Gaza. El organismo deportivo seleccionó a Médicos Sin Fronteras (MSF) como beneficiario de estos fondos, lo que refleja una postura solidaria y ética, poco frecuente en el mundo deportivo profesional.

Una iniciativa sin precedentes

El encuentro, programado para el 11 de octubre en el estadio Ullevaal de Oslo, se jugará a estadio lleno, con más de 23.000 entradas vendidas. Según estimaciones, esta acción podría traducirse en varios cientos de miles de dólares para MSF, una organización médica galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999, conocida por brindar atención en zonas de conflicto alrededor del mundo.

“El dinero está destinado específicamente al trabajo de ayuda de la organización sobre el terreno en Gaza y las áreas circundantes afectadas por la guerra”, indicó la federación noruega en un comunicado. Esta acción forma parte de un gesto explícito de solidaridad con la población palestina, en un momento donde la comunidad deportiva internacional ha permanecido mayoritariamente en silencio.

Los contrastes en la política deportiva internacional

Desde que la guerra en Gaza se intensificó en octubre de 2023, la presencia de Israel en competiciones europeas ha seguido su curso sin interrupciones, pese al creciente llamado de sectores de la sociedad civil en diversos países a tomar medidas similar a las adoptadas contra Rusia tras su invasión a Ucrania en febrero de 2022.

Recordemos que la UEFA suspendió a Rusia de todas sus competiciones tras la invasión, principalmente por la negativa de numerosas federaciones europeas a enfrentar equipos rusos. Sin embargo, el fútbol israelí sigue presente en el calendario competitivo, protegido por su pertenencia a la UEFA desde 1994, debido a motivos de seguridad regional.

En contraste, la Federación Noruega ha tomado una postura pionera sin necesidad de comprometer la participación deportiva directa, pero aprovechando el evento como plataforma de concienciación y apoyo humanitario. La presidenta de la federación, Lise Klaveness, expresó con claridad:

“Como miembro de FIFA y UEFA, debemos lidiar con la participación de Israel en sus competiciones. Pero eso no significa que permanezcamos indiferentes ante el sufrimiento humanitario en la región, especialmente los ataques desproporcionados contra civiles en Gaza.”

¿Cuánto dinero representa esta acción?

Aunque la federación no ha divulgado públicamente la cifra exacta de recaudación, se estima que la venta total de entradas podría generar cerca de un millón de dólares. Además, una empresa de inversión noruega, cuya identidad se mantuvo privada, anunció una donación adicional de 3 millones de coronas noruegas (aproximadamente USD $305,000) destinadas igualmente a Médicos Sin Fronteras.

Esta fortaleza económica y moral posiciona a Noruega como uno de los miembros más conscientes políticamente entre los 211 países que conforman la FIFA. De hecho, MSF elogió públicamente la decisión, afirmando que:

“Este gesto refleja la misión humanitaria de MSF de salvar vidas y aliviar el sufrimiento, independientemente de las creencias, origen, orientación, género o color de piel.” – Lindis Hurum, secretaria general de MSF en Noruega.

Un equipo en ascenso y una oportunidad histórica

Noruega no solo está haciendo historia con su solidaridad, también en el terreno de juego. Su selección masculina cuenta con la mejor generación de futbolistas en décadas, encabezada por el goleador del Manchester City, Erling Haaland, y el talentoso mediocampista del Arsenal, Martin Ødegaard.

Están perfilados para clasificar al Mundial por primera vez desde Francia 1998, superando a selecciones tradicionales como Italia en la tabla de clasificación. Este factor convierte la iniciativa no solo en un acto de activismo simbólico, sino en uno con alta visibilidad internacional.

Un mensaje geopolítico sin sanciones deportivas

En una época donde las guerras modernas y su cobertura mediática dividen a la comunidad internacional, la postura noruega es un delicado equilibrio entre cumplir los compromisos deportivos bajo la estructura de FIFA y UEFA, y, al mismo tiempo, rechazar la indiferencia ante las consecuencias humanitarias de los conflictos.

Mientras tanto, otras federaciones, como la italiana, también han comenzado a mostrar sensibilidad. Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol, comentó sobre el partido que Italia jugará ante Israel:

“Somos plenamente conscientes de la sensibilidad de la opinión pública italiana en este partido... Nos duele profundamente lo que ocurre en Palestina.”

El deporte como plataforma de conciencia

Más allá del dinero, el impacto simbólico de esta acción puede marcar un cambio cultural. En un deporte donde las asociaciones nacionales suelen evadir cuestiones políticas o controversiales, Noruega demuestra que es posible tomar posiciones firmes en asuntos fundamentales sin caer en la politización partidista del deporte.

Asimismo, se ha elevado el nivel de expectativas para otras instituciones deportivas. En redes sociales, miles de usuarios elogiaron el gesto, mientras que diversas ONGs y activistas humanitarios han pedido que más federaciones sigan el ejemplo noruego.

¿Podría repetirse esta acción?

No sería la primera vez que Noruega adopta posturas audaces en temas internacionales. Durante la discusión sobre el Mundial Qatar 2022 y las violaciones a los derechos humanos de los trabajadores migrantes, personas vinculadas al fútbol noruego propusieron incluso un boicot.

Si bien no se concretó dicha acción, lo ocurrido este año refuerza la identidad de Noruega como actor deportivo global con conciencia ética. La combinación de talento deportivo, tradición democrática y compromiso social podría convertir a su federación en una referencia para el siglo XXI.

El futuro inmediato

Como anfitrión de uno de los encuentros más delicados política y simbólicamente en el calendario de clasificación al Mundial 2026, Noruega se prepara para un partido bajo estrictas medidas de seguridad. Tanto la logística del evento como su cobertura brindarán otra oportunidad para evaluar el poder del deporte cuando se combina con responsabilidad social.

Por ahora, Médicos Sin Fronteras se encuentra preparada para recibir los fondos y destinarlos a la compra de insumos médicos, costos operativos y atención directa sobre el terreno. El éxito de esta idea podrá evaluarse no solo en su impacto directo, sino en su capacidad inspiradora.


“El fútbol posee una enorme capacidad de convocatoria. Si tan solo un 10% de los países actuaran de forma similar, el deporte podría ser una verdadera herramienta de transformación social”, comentó un analista en medios noruegos.

Esta historia recuerda que el fútbol no es sólo un juego. Es un lenguaje universal, capaz de levantar millones de voces en nombre de la justicia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press