Protestas, política y deporte: el ciclismo se ve arrastrado al conflicto entre España e Israel

La Vuelta a España se convierte en campo de batalla diplomático tras la participación de un equipo israelí en medio de protestas pro-Palestina y fuertes declaraciones de Pedro Sánchez

Una carrera ciclista marcada por la tensión geopolítica

La última etapa de la Vuelta a España 2025 debía ser una celebración del deporte, pero terminó siendo un símbolo de división y protesta. Lo que comenzó como un evento deportivo lleno de emoción se convirtió en una manifestación política internacional cuando activistas pro-Palestina interrumpieron violentamente el evento, todo debido a la participación del equipo israelí Israel Premier Tech. El desenlace: barreras arrojadas al asfalto, enfrentamientos con la policía, dos detenidos, cerca de 22 heridos y una ceremonia de premiación cancelada. Madrid fue testigo de una mezcla explosiva de deporte y política.

Sánchez compara a Israel con Rusia

El discurso más encendido vino directamente desde el Gobierno de España. El presidente, Pedro Sánchez, no se limitó a expresar preocupación. Fue un paso más allá: pidió la exclusión de Israel de todas las competiciones deportivas internacionales, al igual que ocurrió con Rusia tras su invasión de Ucrania.
“Las organizaciones deportivas deben preguntarse si es ético que Israel continúe compitiendo internacionalmente”, dijo Sánchez. “Hasta que termine la barbarie, tanto Rusia como Israel deberían quedar fuera”.
El paralelismo entre Gaza y Ucrania fue inmediato y no dejó indiferente a nadie. La comunidad internacional se divide, una vez más, entre quienes lo ven como una valiente condena de un posible crimen de guerra y quienes acusan al mandatario español de antisemitismo.

La furiosa respuesta israelí

Las palabras de Sánchez desencadenaron una reacción airada por parte del ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, quien dijo en la red social X:
“Un antisemita y mentiroso. ¿Fue Israel quien invadió Gaza el 7 de octubre, o fue el estado terrorista de Hamás quien invadió Israel y cometió la peor masacre desde el Holocausto?”
La cruda respuesta del funcionario israelí puso en evidencia la profunda grieta que ha generado el conflicto en Medio Oriente, y cómo empieza a permear con fuerza los terrenos tradicionalmente neutrales como el deporte.

El peso del conflicto en las cifras

Para entender la intensidad del debate, basta con revisar algunos datos clave:
  • El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 dejó cerca de 1.200 israelíes muertos y 251 secuestrados, según cifras oficiales israelíes.
  • La ofensiva israelí posterior en Gaza ha dejado más de 67.000 palestinos muertos, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza. No se precisa cuántos eran civiles o combatientes.
  • Cerca del 80% de la población de Gaza ha sido desplazada de sus hogares.
Estas cifras brindan un marco para entender por qué las protestas han escalado no solo en España, sino en gran parte de Europa.

¿Tiene cabida el deporte en un mundo en conflicto?

La Vuelta no es el primer evento deportivo utilizado como altavoz político, pero sí uno de los más simbólicos últimamente. En julio, se vivieron protestas similares en Alemania durante partidos de fútbol y en Canadá, manifestantes interrumpieron un torneo de tenis donde participaban atletas israelíes. La pregunta es inevitable: ¿Deben los deportes permanecer ajenos a los derechos humanos o involucrarse si encajan dentro de parámetros éticos globales? El director de la Vuelta, Javier Guillén, tomó una posición moderada, defendiendo la permanencia del equipo israelí al alegar que “la Vuelta se rige por las normas de la Unión Ciclista Internacional”. Sin embargo, él mismo admitió que “las protestas tendrán implicaciones para futuros eventos”.

Incómodo liderazgo europeo

Europa está dividida. Por un lado, España se ha colocado como uno de los países más críticos hacia Israel. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya había solicitado un alto al fuego permanente semanas atrás. Por otro lado, potencias como Francia y Alemania mantienen apoyo más cauteloso a Israel, aunque presionan por reducciones en las ofensivas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, incluso ha sugerido revisar los vínculos comerciales con Israel si la violencia persiste.

¿Boicot deportivo como herramienta política?

La historia ofrece ejemplos contundentes del impacto de los boicots:
  • Sudáfrica: Fue excluida de los Juegos Olímpicos y otras competiciones internacionales durante el apartheid, una presión que ayudó a debilitar al régimen.
  • Rusia: Ha sido vetada de múltiples eventos tras la invasión de Ucrania, incluyendo la UEFA y los Juegos Paralímpicos.
  • Y ahora, Israel: podría enfrentarse a una ola de exclusiones similares si más países siguen el ejemplo de España.
La diferencia, sin embargo, radica en el nivel de consenso internacional. Mientras que con Sudáfrica y Rusia existía un frente más o menos unificado, con Israel el bloque occidental no muestra la misma cohesión.

Doble rasero y diplomacia deportiva

Uno de los argumentos más esgrimidos por críticos del statu quo es la percepción de un doble rasero occidental. ¿Por qué Rusia sí y por qué no Israel?
“La coherencia ética debería ser aplicable a todos los escenarios”, dijo Manuel Ollé Sesé, profesor de Derecho Internacional en la Universidad Complutense de Madrid. “Si existe un consenso sobre sancionar a quienes violan la legalidad internacional, no puede haber excepciones convenientes.”
El caso de Israel Premier Tech ha encendido esta discusión sobre selecciones arbitrarias que perjudican el principio universalizador del derecho en el deporte.

Lo que viene: Tour de Francia en el horizonte

La próxima gran cita ciclista ya está en el calendario: el Tour de Francia 2026 comienza en Barcelona. Guillén, director de la Vuelta, prefirió no especular, pero advirtió que se requerirá una reflexión profunda si la situación en Gaza continúa. Declaró:
“Después de esta Vuelta, las entidades internacionales deberán tomar decisiones y el ciclismo tendrá que debatir internamente para hallar una solución”.

Opinión: ¿Quién gana en todo esto?

Nos enfrentamos a una realidad incómoda: el deporte, cuanto más global, más expuesto está a los conflictos internacionales. La nobleza de la competición y el esfuerzo físico se ven empañados por la geopolítica, y puede que así deba ser. “Ningún evento ocurre en el vacío”, dijo alguna vez el filósofo político Slavoj Žižek, “y pretender que el deporte es apolítico es tan político como intervenir desde él”. En este caso, el deporte ha sido el escenario en el que se ha jugado un episodio más del doloroso conflicto de Gaza. La Vuelta a España 2025 quedará para la historia no tanto por su campeón, sino por mostrar cómo las bicicletas también ruedan sobre políticas afiladas.

¿Un nuevo ciclo de exclusiones?

Europa deberá decidir pronto si la exclusión deportiva es una medida efectiva o una forma de censura política camuflada. Mientras tanto, la comunidad ciclista internacional se prepara para debates internos, posibles pronunciamientos y nuevas tensiones. Jonas Vingegaard, el ciclista ganador, lo dijo con dolor, pero claridad:
“Es una pena que un momento eterno nos haya sido arrebatado.”
Y eso, más allá de la política, es lo que el deporte ha perdido: su capacidad de unir en lugar de dividir.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press