Houston Texans: ¿Réquiem Prematuro o Inicio de una Nueva Remontada?
Una mirada crítica al incierto comienzo de los Texans y al reto que enfrenta C.J. Stroud en su segundo año como mariscal de campo titular.
Los Texans vuelven a tropezar al inicio de temporada
La temporada 2025 de la National Football League (NFL) no ha comenzado según lo previsto para los Houston Texans. Con dos derrotas al hilo, un promedio ofensivo de tan solo 14 puntos por partido —el peor de toda la liga— y apenas 265.5 yardas por juego (puesto 28 entre 32 equipos), las alarmas se han encendido. El equipo, dirigido por el joven mariscal C.J. Stroud y el head coach DeMeco Ryans, atraviesa una etapa crítica, aunque el vestuario rehúye aún hablar de crisis.
Su más reciente tropiezo, una derrota 20-19 frente a los Tampa Bay Buccaneers, expuso claramente las limitaciones de una ofensiva que no logró capitalizar sus visitas a la zona roja. A pesar de tener una segunda oportunidad desde la yarda uno en el último cuarto, los Texans salieron sin puntos, destacando así una de las principales ineficiencias del equipo.
C.J. Stroud: Entre el liderazgo y la frustración
C.J. Stroud, mariscal de campo en su tercer año, terminó el partido con una línea estadística de 13 pases completos de 24 intentos para 207 yardas y un touchdown. Aunque sus números no son terribles, el joven quarterback fue derribado tres veces y golpeado seis más, señal clara de una línea ofensiva que no está cumpliendo con su cometido.
Stroud se mostró visiblemente frustrado ante los medios: “Se pueden decir muchas cosas sobre lo que pudo haber salido bien, pero al final, se trata de ganar los partidos. Las jugadas entre medio son las que marcan la diferencia. Eso es lo que debemos mejorar.”
La ofensiva bajo revisión
El nombramiento de Nick Caley como coordinador ofensivo buscaba inyectar nuevas ideas a una ofensiva estancada. Sin embargo, tras dos jornadas, los resultados son decepcionantes. El equipo ha convertido apenas 4 de 19 terceras oportunidades, una estadística que explica por qué tantas series ofensivas terminan en despejes.
La situación empeora si se considera que el equipo no logró anotar desde la yarda 1 en un momento crucial. El running back Nick Chubb, quien debutaba con los Texans tras su paso por Cleveland, fue detenido sin ganancia, seguido por dos pases incompletos de Stroud hacia Nico Collins.
¿Dónde está el juego terrestre?
Además del pobre rendimiento aéreo, los Texans no han logrado establecer un juego terrestre eficaz. A la ausencia del experimentado Joe Mixon por lesión en el pie se suma una falta generalizada de empuje en la línea ofensiva. En el partido contra Tampa Bay, Chubb acumuló solo 43 yardas en 12 intentos, y Woody Mark apenas aportó 14 yardas en tres acarreos.
DeMeco Ryans fue claro: “En general, no estamos siendo lo suficientemente buenos en el ataque por tierra. Nos están dominando en la línea de golpeo. Tenemos que revisar todo y encontrar cómo solucionar esto.”
La defensa y los equipos especiales: los únicos pilares sólidos
Si bien la ofensiva no produce, la defensa y los equipos especiales han mantenido competitivo al equipo. Danielle Hunter brilló con dos capturas y un balón suelto forzado, convirtiéndose en el primer Texan en lograrlo desde 2023. Con esto, llega a 101.5 capturas en su carrera de 10 años.
En equipos especiales, el novato Jaylin Noel fue una grata sorpresa: devolvió un despeje 53 yardas para preparar una anotación y sumó 145 yardas totales entre devoluciones. Esto lo convirtió en el quinto novato con más yardas de devolución en un partido en toda la historia de los Texans.
La línea ofensiva: el talón de Aquiles
Uno de los focos de crítica más duros ha sido la línea ofensiva, renovada con cuatro nuevos titulares para esta temporada. Hasta ahora, han sido incapaces de proteger a su quarterback o abrir huecos para el juego terrestre.
Ryans no se guardó críticas: “Hubo problemas de comunicación el lunes por la noche. Tenemos que mejorar drásticamente en la identificación de los blitzes.”
Un historial que genera esperanza
Aunque el arranque es preocupante, el vestuario conserva una chispa de optimismo. En 2023, los Texans también comenzaron con marca de 0-2, pero terminaron la temporada con un 10-7 que les permitió ganar la AFC South y clasificar a los playoffs.
DeMeco Ryans se niega a dramatizar: “No estamos en un agujero. Hemos perdido dos partidos que debimos haber ganado. Para ganar partidos, debemos jugar mejor. No te regalan victorias en esta liga.”
El factor lesiones
Las lesiones también han jugado en contra. Los receptores Christian Kirk y Braxton Berrios aún no han debutado esta temporada debido a problemas en los isquiotibiales. Tampoco estuvo disponible el centro titular Jake Andrews, por una torcedura de tobillo.
Estas bajas han limitado las opciones ofensivas, dejando a Stroud sin armas confiables, especialmente en situaciones clave como tercera y zona roja.
¿Un calendario “salvable”?
La próxima prueba para Houston será una visita a Jacksonville para enfrentar a los Jaguars en el primer duelo divisional del año. Es un momento clave: otra derrota podría hundir aún más las aspiraciones y la moral de un equipo que necesita reencontrarse con la victoria esta misma semana.
Después del duelo divisional, el calendario ofrece algunos partidos con oponentes de nivel medio, lo que representa una posible oportunidad para retomar el rumbo, siempre y cuando logren ajustar sus sistemas ofensivos.
¿Panorama sombrío o fundador de carácter?
En la NFL, el rendimiento en septiembre raramente predice lo que ocurrirá en diciembre. Muchos equipos han comenzado mal solo para superar las expectativas más adelante. De hecho, desde 1990, el 12% de los equipos que comenzaron 0-2 lograron llegar a los playoffs (NFL.com).
¿Podrán los Texans repetir su resurgimiento de 2023? Todo depende de cómo respondan a los errores actuales.
En palabras del comentarista y exjugador Greg Olsen: “Lo más importante es encontrar una identidad ofensiva. Eso viene con confianza, y la confianza se construye con pequeñas victorias, una jugada a la vez.”
Claves a observar en las próximas semanas
- Recuperación de jugadores clave lesionados, especialmente receptores y línea ofensiva.
- Mejoras en la protección a C.J. Stroud, reduciendo capturas y apresuramientos.
- Desarrollo del juego terrestre, vital para el balance del esquema ofensivo.
- Definición de jugadas en zona roja, una gran deuda hasta ahora.
- Disciplina táctica y menos errores no forzados, sobre todo en terceras oportunidades.
El panorama sigue nublado, pero aún hay margen para la esperanza. El talento está presente, la defensa responde y Stroud ha mostrado garra y madurez. Solo falta que el engranaje ofensivo encaje. ¿Lo lograrán? El tiempo dirá.