Kokedama: El arte botánico japonés que transforma tus plantas de interior
Conviértete en artesano botánico y dale un toque zen a tu hogar con estas esculturas vegetales colgantes
Septiembre no solo marca la transición del verano al otoño: también es el momento perfecto para transformar nuestros espacios interiores con un elemento decorativo y natural, a través del arte de la kokedama. Esta técnica japonesa, cuyo nombre se traduce como “bola de musgo”, convierte cualquier planta común en una obra de arte viviente.
¿Qué es exactamente una kokedama?
La kokedama es una forma de cultivar plantas sin maceta. En lugar de ello, las raíces de la planta quedan envueltas en una bola de tierra y musgo, la cual se puede colgar del techo o colocar decorativamente sobre una bandeja. Esta técnica proviene del Japón del siglo XVII y está influida por los principios estéticos del wabi-sabi: la belleza de lo simple, lo imperfecto y lo natural.
¿Por qué hacer una kokedama?
- Es una forma accesible de adentrarte en la jardinería artística.
- Permite reutilizar plantas que ya tienes y darles una nueva vida decorativa.
- Ideal para espacios pequeños: se puede colgar o colocar en cualquier rincón.
- Requiere poca tierra y mantenimiento si eliges bien la planta.
¿Qué plantas son ideales para kokedamas?
La elección de la planta es clave para el éxito y el mantenimiento de la kokedama. Lo ideal es optar por especies que toleren cierta exposición de raíces y no demanden riego constante:
- Pothos: excelente para ambientes de poca luz, resistente y de fácil cuidado.
- Filodendro: otra buena opción para interiores con sombra parcial.
- Suculentas: si tu kokedama estará en un sitio iluminado, son perfectas.
- Chlorophytum comosum o planta araña: especialmente los retoños o “hijos”.
Materiales necesarios
Los elementos para hacer una kokedama no son costosos ni difíciles de conseguir. Esto es lo que necesitas:
- 2 tazones grandes
- Musgo esfagno o musgo en hoja preservado (disponible en tiendas de manualidades)
- Turba (peat moss)
- Suelo para bonsái o mezcla común con turba y perlita
- Agua
- Hilo encerado o línea de pescar fuerte
- Tijeras
- Una planta pequeña
Paso a paso para crear tu kokedama
- Prepara el musgo: Coloca el musgo en un recipiente y cúbrelo con agua tibia para hidratarlo mientras trabajas en los demás pasos.
- Prepara tu planta: Saca la planta de su maceta y elimina con cuidado el exceso de tierra entre las raíces.
- Haz la mezcla: Combina 7 partes de turba con 3 partes de tierra. Añade agua poco a poco hasta formar una masa maleable.
- Forma la bola: Toma la masa con las manos y apriétala hasta formar una bola firme del tamaño de una naranja. Si la lanzas al aire y no se desmorona, está lista.
- Introduce la planta: Divide la bola en dos mitades, coloca las raíces en el medio y vuelve a formar la bola envolviendo las raíces.
- Envuelve con musgo: Saca el musgo del agua y exprímelo un poco. Coloca la bola sobre el musgo (lado húmedo hacia adentro), cubre toda la superficie y recorta los excedentes.
- Sujeta con hilo: Envuelve la bola con hilo encerado o hilo de pescar, de forma cruzada en varias direcciones. Cuando quede bien firme, haz un nudo final.
¿Dónde y cómo exhibirla?
Las kokedamas se pueden mostrar en platos decorativos como si fueran esculturas vegetales o, para un toque realmente impresionante, colgarlas del techo con hilos transparentes o enredaderas. Algunas ideas:
- Colgantes frente a una ventana o sobre un escritorio.
- Varias juntas en una bandeja como centro de mesa.
- En el baño, donde la humedad diaria de las duchas beneficia su hidratación.
Cuidados y mantenimiento
Aunque parecen obras delicadas, las kokedamas bien hechas requieren poco mantenimiento:
- Riego: Una o dos veces por semana en verano; entre cada 15 días y un mes en invierno o en climas húmedos. Basta con sumergir la bola en un cuenco de agua tibia por 15 minutos. Luego escúrrela en un colador hasta que deje de gotear.
- Fertilización: Una vez al año, en primavera, se añade un cuarto de cucharadita de fertilizante soluble orgánico al agua de riego.
- Poda: Cada primavera, recorta hasta la mitad del tamaño de la planta para evitar que supere su “contenedor vivo”.
- Ambiente: Evita lugares con corrientes de aire secas. En invierno, utiliza un humidificador o muévelas al baño.
Consejos para que perdure
- Haz un seguimiento del peso de la bola: cuando se sienta ligera, toca regar.
- No uses hilo de yute o algodón: se pudren con el tiempo.
- Si la planta crece mucho, solo puedes moverla una vez a una bola más grande… y luego trasplantarla a una maceta tradicional si se vuelve demasiado grande.
Dato curioso: en Japón, la kokedama está relacionada estéticamente con el arte del bonsái, pero a diferencia del bonsái, que requiere años de poda minuciosa, la kokedama busca una forma más orgánica y libre de crecimiento. Esta técnica también ha sido adoptada por movimientos de decoración sustentable y slow living en Europa y América Latina.
En tiempos donde llevamos la naturaleza a nuestros hogares, ¿qué mejor que hacerlo de forma artística, ecológica y llena de historia? Las kokedamas no solo adornan, sino que nos ayudan a reconectar con el ciclo de vida vegetal desde nuestras salas o balcones.