Rescatar el pasado bajo fuego: la épica salvación de los tesoros arqueológicos de Gaza

Entre bombardeos y negociaciones, una carrera contrarreloj para preservar siglos de historia frente al olvido

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

El arte de rescatar la memoria cultural de una nación en guerra

En los primeros días de septiembre de 2025, en plena expansión de la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, un grupo de trabajadores humanitarios emprendió una frenética carrera contrarreloj. El objetivo: salvar del olvido y la destrucción miles de artefactos arqueológicos milenarios almacenados en un edificio pronto a ser demolido por la aviación israelí.

La operación, orquestada por Première Urgence Internationale (PUI), una organización humanitaria presente en Gaza desde 2009, consiguió rescatar fragmentos esenciales de un pasado que no solo es palestino, ni siquiera exclusivamente cristiano: es patrimonio de la humanidad.

El almacén amenazado: 25 años de excavaciones en peligro

El edificio afectado contenía artefactos provenientes de más de 25 años de excavaciones arqueológicas en Gaza, muchos de ellos procedentes del Monasterio de San Hilarión, un sitio reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial y considerado uno de los rastros más antiguos del cristianismo en la región. También albergaba cerámicas bizantinas, restos humanos y animales, monedas, mosaicos e incluso pintura mural. Todo esto abarcaba alrededor de 80 metros cuadrados de material histórico almacenado en el edificio Al-Kawthar, al este de Ciudad de Gaza.

La evacuación ocurrió tras ser alertados por COGAT —el órgano militar israelí encargado de coordinar asistencia humanitaria— de que el edificio sería demolido debido a que presuntamente albergaba infraestructura de inteligencia de Hamas.

Negociar bajo presión: nueve horas frente a la destrucción

Kevin Charbel, coordinador de emergencias de PUI, pasó casi nueve horas negociando con oficiales israelíes para retrasar la demolición del edificio. A la dificultad del permiso se sumaba una crisis logística: no había camiones disponibles para el traslado inmediato de los objetos. Gaza, devastada y con escasos recursos, hacía casi imposible una respuesta eficaz en tiempo récord.

Cinco minutos antes de resignarnos a verlo evaporarse todo, apareció un socio que nos ofreció camiones”, relató Charbel. El transporte fue facilitado por el Patriarcado Latino de Jerusalén, mientras se optó por mantener en secreto la nueva ubicación de los objetos por razones de seguridad.

Empacar en seis horas: historia sobre camiones descubiertos

A la mañana siguiente, empezando al amanecer, voluntarios y expertos empacaron los objetos en apenas seis horas. No había tiempo para soportes especiales, ni cajas reforzadas ni climatización. Las cerámicas de casi 2.000 años fueron colocadas sobre el suelo de arena, y muchos objetos frágiles pudieron haberse dañado o quedaron atrás.

Los camiones, tal como obliga el ejército israelí, eran plataformas abiertas, sin protección, lo que expuso aún más los objetos al polvo, vibraciones y posibles impactos. Algunos artículos se rompieron en ruta.

Israel destruye el edificio: la guerra contra la historia

La demolición se ejecutó tres días después del rescate. Según el ejército israelí, las instalaciones eran utilizadas por Hamas para actividades de reconocimiento y recolección de inteligencia. Sin embargo, las consecuencias colaterales generaron indignación en el ámbito cultural internacional.

Desde octubre de 2023, cuando inició esta nueva fase del conflicto israelí-palestino, UNESCO ha registrado la destrucción de al menos 110 sitios culturales en Gaza, incluyendo:

  • 13 sitios religiosos
  • 77 edificios de valor histórico o artístico
  • 1 museo
  • 7 sitios arqueológicos claves

La situación ha sido descrita por la propia UNESCO como una emergencia patrimonial sin precedentes.

Un dilema ético en plena emergencia humanitaria

Las prioridades en Gaza son muchas y urgentes: agua, salud, electricidad, seguridad. En semejante contexto, dedicar horas, combustible y recursos humanos a objetos inanimados puede parecer cuestionable.

Nos preguntamos mucho si tenía sentido luchar por estos objetos cuando también faltaba comida y medicinas”, dijo Charbel. No obstante, se aceptó el riesgo porque, en palabras del coordinador, “la pérdida de estos objetos sería borrar para siempre capítulos completos de nuestra historia común”.

La historia de Gaza: un cruce de civilizaciones con 6.000 años

Gaza fue antaño parte de una de las rutas comerciales más antiguas del mundo, conectando Egipto con el Levante. El sitio del Monasterio de San Hilarión, por ejemplo, resume la transición del mundo romano tardío al cristianismo inicial en una zona donde el islam predominaría a partir del siglo VII.

Por Gaza han pasado filisteos, egipcios, romanos, bizantinos, musulmanes y cruzados. Su riqueza arqueológica demuestra cómo esta franja de apenas 40 kilómetros es una bisagra entre culturas e imperios.

Otros rescates históricos en conflicto: lecciones del pasado reciente

No es la primera vez que el patrimonio histórico se ve amenazado por la guerra. Ejemplos célebres incluyen:

  • Siria: el sitio de Palmira fue parcialmente destruido por el Estado Islámico. El director de antigüedades, Khaled al-Asaad, fue asesinado por proteger el patrimonio.
  • Iraq: el saqueo del Museo Nacional de Bagdad en 2003 tras la invasión estadounidense provocó la pérdida de miles de objetos mesopotámicos.
  • Afganistán: los Budas de Bamiyán fueron demolidos por los talibanes en 2001, un evento que conmocionó al mundo y forzó nuevos protocolos de protección de patrimonio por parte de UNESCO.

En todos esos casos, la pérdida ha sido irreversible. Las civilizaciones antiguas sufren un segundo colapso cuando sus rastros materiales desaparecen. Por ello, rescates como el de Gaza constituyen no solo un acto de audacia logística, sino también un grito de resistencia cultural.

Una responsabilidad global

La responsabilidad de preservar estos tesoros no solo recae en los locales o en la UNESCO. Como explicó Kevin Charbel: “No se trata solo del patrimonio cristiano o palestino. Es la historia del mundo la que está en juego aquí”.

La ONU, organizaciones arqueológicas y museos internacionales deben redoblar esfuerzos para garantizar que estos sitios sean documentados, resguardados y, si es posible, restaurados. Esto incluye desde fondos para restauración hasta capacitación digital y campañas educativas para las futuras generaciones.

La cultura como acto de resistencia

En contextos en los que la vida misma peligra, la cultura puede parecer un lujo. Pero conservarla ayuda a preservar el alma de los pueblos. Gaza nos recuerda que incluso bajo las bombas, hay quienes luchan para que la memoria no arda entre escombros.

Salvando jarras quebradas, monedas milenarias y huellas del cristianismo primitivo, estos trabajadores no solo protegieron objetos antiguos. Preservaron la posibilidad de contar la historia de Gaza sin omisiones inducidas por la guerra.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press