El pacto de defensa entre Pakistán y Arabia Saudita: ¿nace una nueva alianza estratégica en Medio Oriente?

El reciente acuerdo militar entre Riad e Islamabad plantea interrogantes sobre su impacto en la seguridad regional frente a un creciente entorno de tensiones

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Un pacto histórico en tiempos turbulentos

El 11 de junio de 2024, Pakistán y Arabia Saudita firmaron un nuevo acuerdo de defensa titulado Acuerdo Estratégico de Defensa Mutua durante la visita del primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, al reino. Este pacto establece que un ataque contra cualquiera de las dos naciones será considerado como un ataque contra ambas, reforzando una alianza que va más allá del intercambio económico o cultural. El contexto regional, marcado por el reciente bombardeo israelí en Catar, ha puesto de manifiesto una vez más la fragilidad de la paz en Medio Oriente.

¿Qué incluye el “Acuerdo Estratégico de Defensa Mutua”?

De acuerdo con el comunicado conjunto, el pacto busca:

  • “Desarrollar aspectos de cooperación en defensa entre los dos países”.
  • “Fortalecer la disuasión conjunta contra cualquier agresión”.
  • “Consolidar la seguridad de ambas naciones y promover la paz en la región y el mundo”.

Aunque no se han revelado públicamente todos los detalles técnicos del acuerdo, expertos indican que podría implicar una mayor colaboración en inteligencia, ejercicios militares conjuntos e incluso el despliegue compartido de tropas en situaciones específicas.

Una relación de décadas entre Islamabad y Riad

Arabia Saudita y Pakistán han mantenido relaciones estrechas desde hace décadas, cimentadas por factores políticos, religiosos y económicos:

  • Religión: Pakistán, siendo uno de los países islámicos más grandes del mundo, siempre ha considerado a Arabia Saudita como el epicentro espiritual del islam. Cada año, cientos de miles de pakistaníes viajan a La Meca y Medina en Hajj o Umrah.
  • Remesas: Más de 2 millones de ciudadanos pakistaníes trabajan en Arabia Saudita. Según el Banco Estatal de Pakistán, las remesas desde el reino árabe sumaron más de $5.7 mil millones en 2023, lo que representa una fuente crucial de ingresos para la economía pakistaní.
  • Petróleo: Arabia Saudita ha sido históricamente uno de los principales proveedores de petróleo para Pakistán, muchas veces proporcionando crudo en condiciones preferenciales o incluso como ayuda.

El contexto geopolítico: Medio Oriente bajo presión

Este tratado ocurre en un momento particularmente volátil. Apenas días antes, un ataque aéreo israelí en Doha –sede de líderes de Hamas– dejó seis personas muertas. Aunque Israel no ha confirmado su autoría, diversos analistas apuntan a Tel Aviv como responsable, lo que ha elevado la tensión entre potencias regionales e internacionales.

En ese sentido, el acuerdo entre Pakistán y Arabia Saudita pareciera enviar un mensaje claro: una alianza sunita dispuesta a cooperar estrechamente en defensa frente a lo que pueden considerar como amenazas más amplias del eje Irán-Hezbolá-Hamas.

¿Y qué papel juega Irán en esta ecuación?

No se puede omitir el hecho de que tanto Pakistán como Arabia Saudita han tenido relaciones tensas con Irán en distintos períodos. Arabia Saudita ha acusado a Teherán de apoyar a los hutíes en Yemen, quienes han lanzado ataques con misiles sobre territorio saudí. Por su parte, Pakistán tiene una frontera de más de 900 km con Irán, marcada por tensiones esporádicas debido a militantes activos y conflictos sectarios.

En enero de 2024, Pakistán e Irán intercambiaron ataques aéreos en Baluchistán, una región fracturada por insurgencias locales. Aunque rápidamente intentaron recomponer sus relaciones diplomáticas, el episodio demostró cuán frágiles son los lazos en esta zona.

Intereses estratégicos mutuos y desconfianza frente a Occidente

No es coincidencia que este acuerdo también surja en un momento donde tanto Pakistán como Arabia Saudita enfrentan cuestionamientos por parte de sus aliados tradicionales en Occidente. Pakistán ha enfrentado reproches de Estados Unidos por su política hacia Afganistán y por su cercanía con China en proyectos como el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). Por su parte, Arabia Saudita se ha distanciado de Washington en diversas áreas como la producción de petróleo, la guerra en Yemen y su política con respecto a Israel.

Acuerdos como este podrían indicar una reconfiguración de alianzas en la región donde las potencias regionales buscan consolidar sus fuerzas y diversificar sus relaciones internacionales, más allá del eje euroatlántico.

Una alianza que también preocupa

Para algunos analistas, este pacto podría agudizar la carrera armamentista en Medio Oriente. Es probable que otros países como Irán o Turquía respondan fortaleciendo sus propios acuerdos de defensa o intensifiquen su proyección militar en la región.

Además, las implicaciones de declarar que un ataque contra uno constituye un ataque contra el otro es una formulación similar a la cláusula de defensa colectiva del Artículo 5 de la OTAN. En otras palabras, Pakistán y Arabia Saudita podrían verse arrastrados mutuamente a conflictos en los que de otra forma no participarían directamente.

La visión de los mandatarios

Durante su visita, Sharif agradeció al príncipe heredero Mohammed bin Salman por “la verdadera hermandad” y por “brindar apoyo a Pakistán en los momentos más difíciles”. Bin Salman respondió declarando que la seguridad de Pakistán es una línea roja para Arabia Saudita.

Ambos líderes acordaron también impulsar la cooperación en áreas civiles como educación, tecnología y agricultura, pero claramente el punto focal fue la defensa mutua frente a amenazas externas.

La reacción internacional

Por el momento, ni Estados Unidos ni China han emitido comunicados oficiales sobre el acuerdo, aunque se espera que ambas potencias sigan de cerca los movimientos a futuro, especialmente considerando que Pakistán es una potencia nuclear desde 1998.

Israel, por su parte, mantiene silencio. Sin embargo, expertos sugieren que Riad busca enviar un doble mensaje: distanciarse del proyecto de reconocimiento formal de Israel sin romper completamente los lazos en curso bajo el marco de los Acuerdos de Abraham promovidos por Washington.

¿Qué sigue?

El acuerdo podría abrir camino a una mayor integración militar entre países musulmanes que sienten cierta marginación o presión por parte de Occidente. Habrá que ver si otros países de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) se suman a iniciativas similares o simplemente observan desde la distancia.

Lo cierto es que estamos ante una nueva dinámica en Medio Oriente donde no solo las potencias globales tienen voz, sino que los propios actores regionales están decididos a tomar las riendas de su seguridad e influencia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press